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Margara Russotto

Tundra II

La conquista de lo inútil

En 1979 Werner Herzog escribe su diario
mientras filma Fitzcarraldo en mitad del Amazonas
De camino a Iquitos pasa por Caracas
Se queda en el hotel Ávila
Sin agua
Sin el pasaporte confiscado por falta de Visa
Dice que no ha comido en todo el día
Dice que feroces mosquitos le torturan los pies
Dice que le dicen no confiar en los taxistas
Largamente espera en el aeropuerto repleto
de histéricos sujetos
Es junio cuando pasa fugazmente por Caracas
el ojo de la devastación
el alucinado
Yo estaría entretenida en futilidades extremas
limpiar una habitación o escribir una carta comercial
Sea junio sea diciembre
yo sería aquella misma rana ciega
que limpia una habitación o escribe una carta comercial
reinando el ínfimo charco
con pretensiones de océano sin par
Pero estaría cerca sin duda
pasaría distraída por la calle del hotel
tal vez a la peor hora
Entrando justo en escena
con la furiosa corona de insectos
en el apogeo del hambre
la desolación
y la frenética corrupción de los taxistas
Yo pude haberte visto de reojo
sentado en el bar
y ver en ti
detrás de tus hondas ojeras
las desgracias de la demasiado larga y torturada
filmación:
la fila de indios devorados por las fiebres
la ingente comparsa de locos sin esperanza
el barco deshecho enterrado en las rocas
¿Y cómo es posible trabajar en estas condiciones?
Ni la 20th Century Fox se digna en contestar
Te diré que mientras se te infectaba aceleradamente la herida en la mano
y los monos salvajes se arrancaban la carne a mordiscos
por la disputa de una hembra
frente a tus camarógrafos exhaustos
otras manos me diseñaban a la perfección
como sobre una mesa se extiende
con cautela
un pergamino real:
piel de seda
piel de otro territorio

y todo lo demás me sería indiferente…
¡Ah!
¡Oh sí!
Y jamás imaginaría que más tarde
muy tarde después mucho tiempo después
recorrería yo las mismas rutas salvajes tuyas
con la misma mano infectada –y el codo hasta el hombro
para ser exactos-
y me encontraría a los bárbaros gorilas
a los confusos técnicos tirados en el lodo
en verdad tan solo el polvo de sus masticados huesos
para ser exactos digo
y definitivamente no será posible ya
trabajar en estas condiciones
diga lo que diga la 20th Century Fox
los funcionarios venezolanos del aeropuerto
la Universidad de Massachussets
y el planeta entero contaminado
por la corrupción de los taxistas
Por eso no hubiera podido jamás reconocerte
Werner Herzog, no
aunque nos hubieran lanzado el uno contra el otro
a la entrada del hotel Ávila
como me lanzo ahora a destiempo
en el torbellino brutal de tus visiones
Sombras de las sombras
de universos paralelos circulando
devoradores de falsos éxtasis somos
o seríamos
porque ya nada sé ahora
ciegamente cerca de ti de igual ceguera
en la recurrencia voraz de los siglos
de los siglos
No hubiera podido, no
disponiéndome como me disponía
al rito ancestral de la procreación
la higiene moderna y el espejismo de la trascendencia
Y estaría soñando el otro Brasil que no conociste
una civilización de nobles anarquistas fundadores de ciudades
gente que tocaba el violín el fin de semana
y canturreaba las óperas de Verdi

Porque donde tú verías luz de barbarie yo vería culturas en sombra
Tú encandilado y yo más terca que una mula
Y estaría pasando inmune
por la antropofagia de los mosquitos
cuando la malaria literal y metafórica habría anidado ya en tu sangre para siempre
Mis taxistas serían entonces veloces chasquis cruzando los Andes
Yo viviendo todavía piadosa tregua
¡oh, el intervalo feliz de los recién casados!
“te daré todo lo que quieres porque no sabes lo que quieres”
mientras tú registrarías el delirio devastador
del Amazonas
registrado después por mí
con la sangre igual de carcomida

¿Qué clase de horror es éste que nos acerca y aleja caprichosamente
en oleadas de inútiles conquistas
sea el privado charco sea un continente intervenido?
¿Para qué te encuentro ahora
erosionado tu rostro
quemado el mío
en una lejana y florentina librería?

 

Herman Hesse y las mariposas

La magia del acuarela
le fue revelada a los cincuenta
años

Insuficiente cualquier otro lenguaje
para nombrar el susurrante bisbiseo
de las ramas rozándose

el sobresalto
el gran estupor de estarse en el vuelo
entre ellas
elevado por ellas

Porque de todas las cosas preciosas
que había visto
y escuchado

de todo aquello que al apelo del pincel
obediente acudía

sólo ellas en perderse insistían
siguiendo su curso innombrable y sin curso
de rebelión y elegancia

Y pronto supo
que ninguna oración formulaica
podía constituirlas

ningún alfiler en verdad detenerlas
ni color alguno en el tiempo fijarlas

Porque inalcanzables eran las ingratas
y pasaban veloces con la saturnina al frente
y la pica-pica de agilidad ecuestre
como si nada

Demasiado lento o demasiado pronto
doblaba a la izquierda la repentinamente zurda
y la de rasgados ojos
con aires de Singapur

Por allá se iba la aterciopelada viuda
falsamente distraída y orgullosa
con inclinaciones humildes ante su Señor
(¡ah traidora!)
Rápidamente pasó la napolitana
de blanquísimo encaje

Sin misericordia huye
la que lleva palmeras repujadas en el ala

y ahí va la última

la más pequeña de todas también se pierde

gota de miel suspendida
en una punta de lengua

al final del verano

 

Todo lo que es no siendo

Piensa en el escalofrío
de andar bajo el peso del mármol
entre bóvedas
veinte metros bajo tierra

Y en los esqueletos diamantinos
que todavía te miran
con extrañeza
en las catacumbas del museo arqueológico

Déjate aturdir por el rosa pompeyano
que resiste en la piedra
siglo tras siglo
allí donde el pie mismo tropieza se hiere y sangra
justo en el saliente al borde del camino
donde amarraban los carruajes
en el siglo primero antes de Cristo

Piensa en esta persistencia orgánica y plural que somos

El pasado es más profundo que el futuro
y en un punto de luz pueden tocarse
como si una escafandra olvidada
en un errante planeta
comenzara a llenarse de peces

Mira la variedad de pieles que existen creando vida

Cómo fraterniza la tuya y la mía
en musical discrepancia

Todo carga un delicado envoltorio
de identidad soñada
y se presenta humilde
total
emocionado

Tiende la mano buscando
la redondez del toque
orgulloso de no poder ser otra cosa

Heme aquí, dice
Me presento
Soy el garbanzo rugoso, por ejemplo
tan gregario
saltarín
Me colmo en la sabrosa acumulación de las ollas
y nada significo en soledad

Y yo la madera noble y cariciosa
que retiene de los bosques
concentradas sinfonías
Sólo experta mano de samurai
solo ésa
podría escindirme de mí, dice

Soy el complicado puercoespín
que observa y ama
hoscamente ama y husmea en soledad
siempre intocable

Ya ves
unos tienen prohibida la entrega
otros
no hacen sino dispensarse
en hemorrágica errancia

Toda forma necesita un cántaro
un pretexto
una inesperada coincidencia
algo en que volcarse

Se abraza a lo que puede
¡Oh confusa hiedra!

Es lo que encuentra
y quiere ser no siendo
y tiembla
frente a la amenaza de inútiles derrames

Fíjate en el apelo de amor
por sobre todas las cosas
verdadero núcleo de todas las cosas
hasta golpeando una espalda con látigo

Pero tampoco para ti será el golpe
la gran herida del amor
la extrema erosión
¡Oh, lo sé bien!
Ni para mí será nunca

Pero piensa piensa

Piensa en todo lo que eres y fuiste
rodando rodando
en estaciones y aeropuertos
en caminos de monte y
de mar

Tómalo todo sin impaciencia

Toma todas las ciudades
Todo es tuyo
Te pertenece
aunque ninguna cosa o lugar haya sido
para ti destinado

Piensa cuán lejos puede llegar un pensamiento
sin pensador

Cada mañana
habrá un rostro un gesto un eco de geométricas formas
de ti y para ti
llamando

Pero tampoco esta vez será posible
ni esperes traducciones confiables
porque no se verá la tensión
que abandona el dardo
después de lanzado

Ni para mí ni para ti será el llamado

Sólo por aquel pájaro

Por el ala quebrada
rozando la niebla

 

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