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Margara Russotto

Tundra 3

No echéis margaritas a los puercos

Contemplo mi nombre como de lejos
una constelación
brillante perlada preciosa
chrisantemum de prado
gema apasionada
punto de bordado catenella margherita
frescura perenne y lanceolada
pianta fiorita
bellísima pianta fiorita
amada y cultivada

Veo mi nombre de pueblito de Somalia
cabeceando en el verano
entre plantaciones de algodón,
y de la más alta montaña
de Uganda y Congo Belga
rodeada de bruma

Pero es mi nombre realeza
y no sólo botánica geografía

Es la fáustica Margarete
Duquesa de Borgoña Condesa de York Delfina de Francia

Y es la reina de Escocia, Suecia y Noruega
pronto desposada
¡Pobre Margarete
unificadora de los pueblos escandinavos
a los diez años desposada!

¡Oh Margarita de Constantinopla!
¡Y Marguerite de Provenza, reina de Francia
guerrera y salvadora
de aquel pequeño esposo
tímido y esponjoso
prisionero en alta torre!

Así llegan todas las margaritas galopando con sus nombres
en la grupa
de potentes dromedarios

Así traen la parola de Margherita de Savoia
Ma chi era questa regina de cuatro Nápoles
de dos Sicilias y otras islas flotantes en la bruma?
¿Esta educadísima doncella en la corte de su tía Giovanna?

Y por allí aparece el manto brusco y etrusco de
Margarita de Navarra
jurista, poeta, música y contadora
del siglo XVI

¡Oh mística oh erética oh asesina oh heroica!

¡Oh margheritina menor
espontánea y generosa por los campos dispersada!
¡Oh rosa!
variable caprichosa
¡Cuánta fiesta cuántas flores!
¡Oh margheritona inmensa
majestuosa y altezzosa
en la cima de los Pirineos!
Ocho centímetros de corola exuberante cargas
asomada al abismo
sin temor del abismo
escéptica intacta inalcanzable

¡Oh margarota
barca ligera que surca il canaletto!
¡Oh Marguerite
isla de la Antártica
descubierta por Charcot en 1909!
¿Quién era yo en 1909?
Y está la margosina
que se extrae
de la corteza índica de Australia.
¿Cómo llegó hasta aquí la margosina?
Ah, lo sé bien
es porque alguna vez te unté de
margosina
el cuerpo amado
el cuerpo tuyo margosinado mío
todo mío era
bálsamo y aroma
todo mío de mí solamente era

Pero ahora estás sin cuerpo
¡oh sujeto arrodillado!
y eres margravio
inmenso territorio carolingio inexplorado
y hasta ti llegar no puedo
¡Oh Margutte y Morgante
gigante y glotón!
¡Ay cómo te perdiste, arrogante!
mar grande océano espejo insondable
¡Oh Margiana, tierra de la antigua Persia hoy devastada!
¡Oh lengua original
que unta con mieles de relato nuestra alma errante!
¡Oh cuántas somos
cuántas fuimos!
Marginalia como margo
escrita al margen siendo reina
subordinada y adorada
nombrada Marga
¡Oh tan amada y amarga!
Nombre de flor
de tanto
de nada.

Para Marguerite Sylvester

Centenaria, en su pequeño cottage de
Maine, apasionada lectora de
biografías, resistiendo al mal de
Parkinson.

Infame geografía

Kosovo es
en su albanés original
un nombre femenino:
Kosova
Territorio mucho tiempo devastado
por la guerra
hasta mil novecientos noventa y nueve
Luego
protectorado internacional
administrado por Naciones Unidas
y con más de quinientas organizaciones no gubernamentales
operando entre cadáveres
Desde Macedonia
veinte mil prófugos se refugian en Estados Unidos
en New Haven exactamente
como decir
en la misma esquina de mi casa
allí donde el aroma de los pinos atenúa los gritos
allí mismo
donde me encontraba con el científico ruso
enfermo de reumatismo
para sostenerle el papel tembloroso con los verbos en pasado
y el turco candidato al Nobel
con su aire torturado
de perdido entre los turcos
y la sonrojada china servicial
que no sabía pronunciar world
y yo misma asomada
desde un suéter demasiado grande
la más kurda de todos
balbuceando un abecedario sin límites
sin otra geografía que el agua clara de la nada

Nadie dice Kosova ni pronuncia world ni musita je t’aime
impunemente

Tundra 4

Alegoría de la paz

Que se pueda libremente un día
disponerse a la pura contemplación
y desplazarse a pie hasta el viejo museo
sin extrañamiento de vida ni castigo

Y el alma encuentre al joven flautista desnudo
lustroso de alabastro mojado
inmerso
en su celeste tonada inmerso

Y el que tenga ojos que escuche

Con el sensible cristal de los ojos se escuche
por encima del estruendo banal
el canto blanco del mármol embrujado

El canto

Y en el lugar apacible surjan
las verdades del retrato
sin retoques de inflación identitaria

Que así surjan
desde el púrpura bruñido
la modesta importancia de las vidas privadas
porque es sabido que cada uno
campesino o barrendero
estudiante o bodeguero
es el héroe de su propia vida

y se pueda estar como fumándose un puro
entre gentilhombres de severos bigotes
y damas inclinadas sobre un libro
resistiendo privaciones e infamias dignamente

Y la forma de lo justo se haga tangible
en el trazo del hombro que soporta una sombra

Y la verdad más capturable sea
que una nuez en el puño
porque
también se sabe
es de la posteridad
descifrar el mensaje

Que descifrar el mensaje
sea sólo el gesto de correr una cortina
deslizarse apenas de una a otra sala
y cruzar el umbral de la leyenda
a través de un cofanetto nupcial

y entrar por el anillo con base de tortuga y ornamentos de filigrana
y dejarse alcanzar
por los resplandores de media granada olvidada
espejeando en una mesita del siglo XVI

Que el resplandor de media granada olvidada
sobre una mesita del siglo XVI
nos devuelva la experiencia de lo esencial

Porque al final
las guerras son una serie de azules venecianos
y ya pasaron todas
fueron eliminadas y aprendida su sangrienta lección
en la memoria ejemplar
y todos murieron todos fueron felices y no existe la muerte
y quedan sólo crines de caballos
ondulando en la niebla como pañuelos blancos

sólo airosos guerreros de fábula
más bien discípulos quedan
deponiendo sus lanzas ahora mismo
a la hora del reposo que incita un candelabro de marfil

Que un candelabro de marfil
sea vehículo del animal profundo que nos lleva
por el cuello
como felino a sus cachorros
y nos transporta sobre lomo de ballena
a las profundidades del paisaje más fantástico

sin alejarnos nunca de donde se está

Porque no alejarse nunca de donde se está
será lo mismo que dirigirse al llamado de lo antiguo

¡Ah
se me ha despertado en este viaje el sueño de la candidez
y la eterna juventud!
Soy yo el pequeño ángel de
policromada madera
vigilando el descanso de una doncella

Soy la doncella misma
Como ella dejo los miembros endulzados a lo largo de mí
fluyendo

Me estoy entre esos niños que recogen
aceitunas
en una cesta de bejucos cruzados
como todo lo que es y existe
se cruza de bejucos cruzados

y me descalzo
me entrego
me termino

Me cruzo y me completo
con todos los demás

Sin alejarme nunca de donde se está

Carta encontrada en un archivo público

Nadie conoce América
muchos hablan de América sin conocerla

Nadie conoce el Oriente
La soberbia biblioteca de Schopenhauer
sobre Oriente
lo que él mismo dijo en sus siete mil páginas
sobre Oriente
no son el Oriente

Schopenhauer nunca tomó un tren
que lo alejara de su ilustre aldea

Cristóbal Colón tampoco conoció América
Mucho se movió y agitó el pobre genovés
en el intento
fue y vino
venció y perdió una y otra vez
pero nunca sus monedas de mercante
nos garantizaron América

No se llega nunca a América
No hay propiamente ruta segura
un mapa confiable
un testimonio veraz

Mares se extravían en innumerables
redes de aguas sin destino

Selvas se cierran sobre sí como erizo de mar
tocado por criatura extraña

No hay cómo llegar a América
Alguien proporciona direcciones falsas
confunde fronteras
pronuncia mal
quema bibliotecas
borra las huellas del fuego sagrado que fue encendido

Nadie sale nunca de América
enredado entre las lianas de un puente colgante
o escalando las ruinas de algún derrumbe
que se pretende barrer con un pedazo de escoba
Nadie puede discernir las cosas
enceguecido por el humo de volcanes traicioneros
echados al sol

y la lluvia no para y hace demasiado frío
y el pasaporte se ha perdido
y nos derrite y evapora la violencia del calor

No se puede jamás volver a América
a recoger un objeto querido
esperar un momento
dar un último vistazo a la casa
rescatar una pequeña fotografía
una escudilla de arroz iluminado

No podré escribirte una carta describiéndote América
como me pides

Tengo apenas una sucia tablilla sobre las piernas
donde apoyo este papel
que fue oscura envoltura de pan

donde dibujo infinitamente tu nombre

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