CARACAS: True Detective S01 es una hermosa pieza de televisión. Creada por Nic Pizzolatto y dirigida en su totalidad por Cary Fukunaga (Jane Eyre, precursor del man-bun) True Detective venía con todo para comerse a la televisión. Un elenco prometedor, el hecho de que se desarrollaría todo en Luisiana y que esas tierras del sur estadounidense son bastante místicas, los créditos y la música. La primera temporada de True Detective es una obra de arte. Ocho episodios que parecen una película que tuvieron que cortarla para hacerla miniserie. Fue un éxito rotundo para HBO.
TDS01 salió en el auge de lo que los medios llaman el McConnaissance, el renacimiento de Matthew McConaughey a un actor serio, dramático y multifacético en vez del tipo de aquellas comedias románticas que dejaban mucho que desear (excepto “¿Cómo perder a un hombre en 10 días?” Es malísima pero me encanta). Nadie podía creer lo que estábamos viendo en la tele.
La segunda temporada de True Detective fue estrenada el domingo siguiente al final de temporada de Game of Thrones que, si me permiten, puedo afirmar con propiedad que consumió el internet y se llenó de teorías conspirativas. Veníamos con la adrenalina alta y las expectativas a millón, no solo porque GOT fue sorprendente sino porque había que ver qué venía para TD.
¿Qué era lo que sabíamos de TDS02? No iba a ser una continuación de la primera, sino una nueva ciudad con un nuevo crimen. Esta vez sería Los Ángeles y actuarían Rachel McAdams, Vince Vaughn, Taylor Kitsch y Colin Farrell. Rolo de elenco para rolo de serie.
Lastimosamente, TDS02 no fue lo que se esperaba. Pero es que ni rozó los talones de la primera. Es muy difícil hacer una segunda cosa de algo que a la primera salió tan bien, pero de verdad. DE VERDAD. Me siento hasta engañada. Es que no puede ser. Le dediqué dos meses de mi vida a esta serie y al final fue como si Nic Pizzolatto se bajó los pantalones y nos dijo a todos “You’ve just been PUNK’D”. BIEN BELLO QUE TE QUEDÓ, PIZZOLATTO. BIEN BELLO.
Es que fue demasiado mal ejecutado. ¿Para qué hacer un salto de tiempo para resolver cosas si lo vas a dejar todo para el final de temporada? Yo entiendo que las redes de corrupción son demasiado complejas y que rara vez gana el bien, pero de pana, ¿lo único que nos vas a dejar es que a Taylor le pusieron una autopista con su nombre? ¡Qué va!
Antes de continuar, quiero aplaudir a que una vez más Venezuela es el lugar en donde todos los maleantes se pueden venir a rehacer sus vidas del mal sin que tengan miedo a ser extraditados. Nos merecemos una Orquídea de Platino por ser tan buenos. Sin embargo, gracias Nic Pizzolatto y tu equipo por pegar el logo de CANTV y la Divina Pastora. “Barquisimetou is beautiful this time of year”, le dijeron a Vince Vaughn en un momento. Pasamos a la ciudad y hay una rumba montada con tambores. Para los americanos somos un lugar autóctono de gente morena que baila bien que está rodeada de cuanta parafernalia se te ocurra del difunto presidente Hugo Chávez.
Sigamos por partes. Me voy a referir a todos por su nombre de verdad porque así es más fácil seguirle la pista.
Rachel McAdams: fue la que más me gustó de todo el elenco. Aunque no me encanta ver a Regina George molesta todo el día por todo y siendo un alma atormentada que necesita pintarse el pelo de un solo color, era la que sentía que estaba más metida en la cosa. Sin contar su historia horrenda de cómo un hippie loco abusó de ella, su mamá murió bajo circunstancias extrañas, su hermana era medio actriz porno para pagarse la universidad y su papá era el líder de una comuna bien rara. Todo Rachel en la casa donde eran las fiestas de orgías locas fue espectacular. El final donde ella sale con su bebé con Colin… no tanto.
Taylor Kitsch: G.I. Taylor fue demasiado badass en el tiroteo y cada vez que había una situación de peligro él estaba demasiado preparado. Parecía un robot. Qué lástima que le metieron esa historia de gay enclosetado que no se quiere a sí mismo porque es gay. Me pareció un poco 1999, la verdad. Estiraron esa liga al punto que se rompió y por eso lo mataron. Bien chimbo.
Colin Farrell: tengo sentimientos encontrados con Colin Farrell y su bigote. Me gusta. No me gusta. Me gusta. No me gusta. No sé. Todavía no me decido. Al principio no me caía tan bien pero después fue mi segundo personaje favorito, porque tener que lidiar con una ex esposa tan malagradecida como la que tiene, su actual esposo que es un imbécil y un hijo que es un gordito pelirrojo que no te quiere del todo y provoca meterle cachetadas de verdad uno sí puede buscar refugio y sanidad en otra parte (Rachel).
Vince Vaughn: SNOOZEFEST. SNOOZEFEST. SNOOZEFEST. Miren de verdad yo no entiendo cómo Vince no se murió antes en la serie. Dios mío que insoportable su personaje y su relación con su esposa. Se nota que querían que él fuese el filósofo de esta temporada pero dios mío qué mal lo hicieron. Qué mal lo hizo. Vince estaba demasiado fuera de su zona de confort de comedias gafas de hacer el ridículo. Las únicas veces que de verdad me cayó bien fue cuando estaba quemando todo y cayéndole a tiros a la gente porque parecía que sí estaba disfrutando lo que hacía. De resto… el peor personaje de los 4.
De ocho episodios solo dos valieron la pena, y justamente fueron los dos penúltimos antes del final de temporada, como para hacerte creer que sí iba a mejorar todo y hacerme perder una hora y media de mi vida en un final de temporada que fue Pizzolatto intentando atar todos los cabos que dejó sueltos porque se armó una red tan enredada que él mismo se perdió en el intento.
Mira, Pizzolatto, aquí en Venezueila donde está Bariquisimetou tenemos un dicho que dice: «El que mucho abarca, poco aprieta”. Y a ti se te fue de las manos.
Esto continuará si decido ver la tercera temporada de True Detective. Puede que vea solo el primero, pero sólo para ver cómo quedaron los créditos.
Photo Credits: Televisione Streaming