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Photo by: Julien Belli ©

Tres siluetas

El teatro puede solo entretener y sorprender, o hacer que el espectador goce frente a temperamentos distintos.

En Tres siluetas, el escritor y cineasta argentino Fabián Soberon, de una amplia obra, crea un lienzo teatral poderoso en el que se desnuda el temperamento del poeta Dante. Y el hombre del poder y sus penumbras, Maquiavelo. O Leonardo, con su deseo de representar e inventar el mundo con finas pinceladas y dibujos.

Los tres son florentinos. Espíritus inquietos que respiran entre la edad media y el Renacimiento. Sus diálogos y parlamentos expresan pasiones, búsquedas e incertidumbres, de cara a la complejidad humana y la grandeza del mundo natural.

Dante es guiado por Virgilio para encontrarse, en el infierno, con los otros personajes.  En la altura del autor de La divina comedia siempre resplandecen Dios y Beatrice, y para su ojo “todo es una forma de la piel femenina”.

Maquiavelo observa a César Borgia, el príncipe que contrata a Leonardo como ingeniero en fortificaciones. Y  “Borgia tenía todo el poder porque era el dueño del miedo. El miedo es la clave del dominio de los hombres”, asegura el escritor de El príncipe que, en la obra también recuerda  que los príncipes “deben conocer al pueblo para gobernar”.

Y Leonardo, que pondera las observaciones de Maquiavelo, desprecia íntimamente a Borgia, se deja seducir por su discípulo Salai, y reprocha a esos pintores que “solo copian lo que ven. ¿Pero qué ven? No saben lo que ven. La clave es la posición de la mente, la combinación de lo que veo y de lo que sé”. Para Leonardo hay que saber por la mente lo que se pinta; y romper con la herencia de los antiguos. Ser modernos. En el desarrollo de la obra, Leonardo no se cansa de celebrar la experiencia de la naturaleza y de la belleza, esquiva, de este mundo. Y para eso es el arte, diferente al dinero y el poder que Maquiavelo se fatiga en comprender.

Tres siluetas, tres miradas intensas de la vida entonces, para enriquecer al espectador en el cruce entre el conflicto y la creación.


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