Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
sarah colmenares
Photo by: Casey Brown ©

Tradiciones que deben romperse

Es increíble que la supuesta especie que usa el razonamiento lógico se entretenga con el salvajismo. Tras años de evolución, aún nos divierte el sufrimiento ajeno. Un ejemplo de ello son las corralejas, la aberración más grande que ha creado el hombre quien, con el único fin de entretenerse, demuestra una carencia absoluta de auto respeto y hostilidad con su entorno. Una corraleja es un espectáculo mediático en el que se torean toros y vaquillas y se anima a las personas en el sentido de “ya que eres invitado, participa en el evento’; y como diría la ley de Murphy “Si algo puede salir mal, saldrá peor”. Creo que sobra la argumentación del porqué personas sin experiencia toreando un animal, que pesa más que la persona promedio, sea una terrible idea. Este espectáculo de entretenimiento, que ocurre en Sincelejo, Colombia, se conoce como la fiesta de las corralejas, pero si me preguntaran a mí, lo llamaría fiesta de barbarie.

Esta tradición tiene un origen un tanto curioso e interesante. Se remonta a la época colonial cuando, en las haciendas coloniales, los peones se entrenaban para manejar ganado, tarea a la cual no muchos podían acceder. Además de esta práctica se les enseñaba a herrar, descarnar y curar dicho ganado. Estas lecciones luego se tornarían en algo muy divertido para los habitantes de Sincelejo, puesto que llegaron a popularizarse tanto que se convirtieron en faenas a las que asistían amigos y familias, hasta convertirse en un evento masivo, que, a su vez, se combinó con una celebración religiosa. Se constituyeron entonces las primeras corralejas en honor a San Francisco de Asís patrono de Sincelejo.

Sincelejo ubicado al noreste del país, está lleno de tradición cultural, musical y patrimonial como la catedral de San francisco de Asís o la Plaza de Majagual. En cuanto a arquitectura y música, tienen a Héctor Rojas Herazo, una muy importante figura del vallenato. Sin embargo estas fiestas son un acto cruel e inhumano que pone en riesgo la vida de un animal y la de varios seres humanos.

Es increíble pensar que estas fiestas son el atractivo turístico por excelencia, y que la gente visite esta ciudad más para asistir a esa barbarie que para conocer su patrimonio artístico y cultural. Las fiestas de las corralejas, celebradas el 20 de enero, son una costumbre cultural de la región del caribe colombiano y no son terribles solo por la muerte de los toros, sino también por la falta de las más mínimas medidas de seguridad durante el evento.

El 20 de enero del año 1980 ocurrió una verdadera tragedia pues se desplomó una gradería dejando a más de 500 personas muertas, según el periódico el Heraldo quien publicó esa información el 21 de enero de 2018; más recientemente, en el año 2013, hubo 29 personas heridas y 4 caballos muertos. Sin duda alguna, es una oda a la muerte y la destrucción. Y así me la podría pasar describiendo otros acontecimientos, como el más reciente, el del 20 de enero del 2022, en el que hubo 2 personas y 2 caballos heridos. En definitiva, estas prácticas solo demuestran nuestra falta de empatía hacia lo que nos rodea.

Está más que claro que las corralejas son una tradición que debemos romper ya que no nos aportan absolutamente nada de bueno ni satisfactorio. Quisiera exponer otras tradiciones colombianas que dejan huella y muestran la Colombia consciente, sanadora y sensata que amo. Unos ejemplos: el encuentro nacional de bandas de Sincelejo, que se celebra el 24 y 28 de octubre y fue declarado patrimonio folclórico nacional. También la feria agropecuaria de Sincelejo, la cual es de suma importancia puesto que ayuda a fomentar el comercio y a dar más visibilidad a la ganadería del país. Además, cuenta con charlas educativas sobre ganado y clima. Son estas pruebas irrefutables de que es posible crear algo emocionante y divertido sin tener que imponer sufrimiento a nadie, ni personas ni animales.

Este tipo de tradiciones son las que deberían representar a Colombia para mostrarle al mundo lo que realmente somos.


Photo by: Casey Brown ©

Hey you,
¿nos brindas un café?