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alejandro garcia vielma
Photo Credits: denialpolez ©

Tango, el primero (Parte V)

Escribí este texto tras mi salida del país, Venezuela, con destino a Buenos Aires. Es una narración de no ficción, pero con una estructura enrevesada: la única forma que encontré para contar lo vivido. Fui poseído por muchas emociones y pensamientos.  Nunca busqué la originalidad pero sí la autenticidad. Ser inmigrante podrá ser un asunto de estado, pero principalmente es una realidad que se padece individualmente.

10. Restan dos días para volar a Caracas. Decidí postergar la lectura de «Carpe Diem» para cuando esté en Buenos Aires. Las primeras páginas del cuento me trajeron otros nombres, textos, lugares donde encontrarme con Marina. La trilogía fílmica de Richard Linklater, por ejemplo: «Before Sunrise», «Before Sunset» y «Before Midnight». Las propuse esta mañana cuando Johanna me comentó sus ganas de pasar el rato conmigo viendo películas. Debemos aprovechar el tiempo, no sabemos cuándo volveremos a estar juntos. Buscó la sinopsis de las películas y aceptó. Esta tarde vimos «Before Sunrise». La película la ayudó a entender mejor lo acaecido, ella fue la primera persona en enterarse de mi breve episodio con Marina Sau.

Johanna y yo nacimos el mismo año. Mi tía Oliria, la madre, estaba embarazada cuando yo nací y fui trasladado a una sala de cuidados por problemas respiratorios. Mi madre debía guardar reposo postparto, no pudo estar atenta a los sobrevenidos. Mi tía Oliria se ocupó de mí, con su barriga de seis meses pasó las noches siguientes atenta a los reportes de los doctores y los avisos de las colegas enfermeras. Johanna, siendo parte de ella, también estuvo presente en ese complicado proceso: Respirar por primera vez y no hacerlo bien. Nuestra misma edad, nuestro lazo de consanguinidad, no es lo único que ha mantenido esta hermandad inquebrantable. Ambos supimos en primeras instancias, ella antes, sobre la hostilidad. Ambos somos igual de temerosos, por eso uno es siempre el que empuja al otro para que viva cuando el miedo nos paraliza.

Leer las primeras páginas del cuento de Abelardo Castillo también me trajo a la memoria la relación de Tomáš y Tereza. Debí volver sobre las páginas de «La insoportable levedad del ser» como si fuese un camino hollado en la arena. Repasé el capítulo nueve y diez de la segunda parte de la novela. El narrador trata la coincidencia, empieza hablando del malestar que siente Tomás al pensar en las «casualidades improbables» y cuantificables que dieron lugar al encuentro con Teresa. Luego reflexiona del encuentro y las casualidades: «¿Pero un acontecimiento no es tanto más significativo y privilegiado cuantas más casualidades sean necesarias para producirlo?».

Cristian entre todos los intereses desarrolló uno por la lengua y la cultura francesa. La oficina migratoria francesa diariamente rechaza una cantidad exagerada de solicitudes para la visa estudiantil, pero no fue el caso de Cristian. París es una ciudad con aproximadamente 21.000 habitantes por kilómetro cuadrado, Cristian coincidió con Coralie y entabló amistad con la hermana: Marina Sau. Marina, entre todas las posibles amigas, hizo labor humanitaria en zonas desfavorecidas de España y aprendió español. Cristian, necesitado de ver a los suyos, propuso un proyecto en la école d’arts y la posibilidad de una visita al lar nativo se convirtió en una oportunidad. Marina se enteró del proyecto mientras circundaba amistosamente por la vida de Cristian y terminó sumándose al viaje. El primer motivo para ella, seguro, fue la oportunidad de volver a poner en práctica el español con más nativos parlantes. Luego, en el viaje, descubrió el cariño como el motivo más profundo. El cariño por Cristian la impulsa a conocer y convivir con la familia, así eso implique un contexto catastrófico: Venezuela en el 2018.

Cristian y Marina Sau compraron billete de avión con destino a Caracas.


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