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Taibo II, un escritor de izquierda al Frente del Fondo de Cultura

Hace unos meses entrevisté al escritor Paco Ignacio Taibo II. En ese momento, habían pasado pocos días desde que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo nombrara director del Fondo de Cultura Económica (FCE), una de las editoriales más importantes de América Latina.
A casi 10 meses de asumir el cargo, lo volví a entrevistar para saber qué retos había tenido al frente de una institución que se ha vuelto un referente de las letras hispánicas modernas.

En octubre de 2018, Taibo II, escritor de galardonadas novelas policiacas e historiador, aceptó el reto de dirigir la editorial fundada por el economista Daniel Cosío Villegas. Y así un escritor de izquierda y un activista a favor de la lectura, quedó al frente del Fondo, tras la partida del editor José Carreño Carlón.

Taibo fue un intelectual activo en la victoria del Movimiento de Regeneración Nacional en México, el partido que tiene el control de la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, así como varias gubernaturas e incluso la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, a cargo de Claudia Sheinbaum Pardo.

Por eso Taibo es cercano a Morena (a quien ha criticado fuertemente en los últimos meses), y no solamente es director del FCE sino que está también al frente de la Brigada “Para Leer en Libertad”. Todos estos elementos lo vuelven un personaje peculiar para la difusión de la lectura en América Latina.

Lejos de los trajes y corbatas de otros escritores capitalinos, Taibo viste informal y lo veo de un templete en medio de Paseo de la Reforma, a unas decenas de metros del monumento del Ángel de la Independencia.

Lleva una playera roja, una chamarra blanca holgada con líneas negras cerca de los codos, tenis y un pantalón de mezclilla. Le pregunto, ¿qué se puede decir de estos casi 10 meses que ha estado al frente del Fondo?

“Hemos hecho un montón de cosas apasionantes”, me dice sin dejar de sostener su cigarrillo, “estamos llegando adonde no llegaba nadie, llevando librerías y participando en ferias de pequeñas ciudades”.

Explica que se han hecho “campañas de lectura geniales, moviendo Libro Buses por toda la República y empezando a publicar lo que yo quería publicar: una colección muy popular, junto con una vieja tradición de libros del Fondo que abastecen a la educación media superior en este país”. Destacan entre esos títulos libros clásicos de Octavio Paz, Alfonso Reyes, Rosario Castellanos, Rafael Bernal, Carmen Boullosa, entre otros.

El cambio se ha notado en muchos de los anaqueles del Fondo de Cultura. Ahora, es recurrente ver mesas enteras con descuentos, incluyendo obras del autor experimental Salvador Elizondo y del «contemporáneo» Salvador Novo.

Me comenta que en esta cruzada a favor de la lectura, se bajó el precio de cerca de 1200 títulos “y aumentó notablemente el número de ejemplares vendidos”. Esto luego de que, al poco de asumir la dirección del Fondo, anunció las bajas considerables en el precio de los libros, lo que provocó un debate nacional sobre si era la mejor opción, en un país donde se leen 3.3 libros al año por persona, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2015-2019).

“Teníamos razón”, reafirma, “hay más lectores que acceden a libros más baratos”.

Todos estos esfuerzos por llevar los libros a lugares donde nunca antes habían sido una novedad, se enmarcan en el modelo político, cultural y económico de la “Cuarta Transformación”, de Andrés Manuel López Obrador. La primera fue la Independencia de México, la segunda fueron las Leyes de Reforma y la tercera la Revolución Mexicana.

¿Cómo va la “Cuarta” en el Fondo? Taibo responde optimista: «En nuestra esquina estamos avanzando fuertemente. Hay que darle tiempo a que se perfile en profundidad. En nuestra esquina rápidamente y potente».

Ese proceso de alinear las instituciones de cultura a un nuevo gobierno y un nuevo pensamiento no ha sido fácil. El propio Fondo de Cultura Económica ha tenido problemas, como la controversia que suscitó Taibo II luego de declarar el 31 de julio que la editorial no iría a la Feria Internacional del Libro de Fráncfort, la más importante del mundo.

En entrevista para El Universal, Taibo respondió que el FCE “no tenía nada que ofrecer” en Fráncfort, algo que desató la polémica respecto a si había un buen timón en la editorial.

«Ya lo expliqué tres veces, no vamos a Fráncfort porque no tenemos derechos literarios qué vender. Y los derechos de los libros mexicanos, infantiles y juveniles, los fuimos a vender a Bolonia».

Para él, era una discusión absurda: «No teníamos derechos para vender», reitera.

Él ahonda más: «Los derechos publicados en el fondo los dan las agencias literarias y los herederos de estos autores. Y los libros en otros idiomas nosotros los compramos, no tenemos los derechos para habla española».

Por eso explica que se prefirió “gastar el dinero que se daba para andar paseando funcionarios a Fráncfort, para poder ir a la Feria de Guatemala, y para participar en las de Bolivia, Argentina, La Paz: eso fue lo que hicimos estos últimos meses».

Ese es otro ángulo que ha adoptado el Fondo de Cultura Económica: el priorizar recursos y aceptar a más escritores latinoamericanos, así como vender libros de corte social que sean accesibles a grandes públicos. Un ángulo poco común en un mercado donde los monopolios literarios son cada vez más comunes y agresivos. ¿La propuesta de Taibo será la correcta? Solo el tiempo lo dirá.


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