Asdrúbal Hernández y María Angélica García son una joven pareja de venezolanos, que desde hace un par de años, convirtió su enorme pasión lectora, en una diaria constancia impresa. Desde Nueva York dirigen Sudaquia Editores, una iniciativa comercial que promueve, edita y publica autores de toda América Latina en Estados Unidos. “Se lee en español” ha pasado a ser no solo una consigna, sino un mantra: el orgullo de permanecer y mostrar el valor de una lengua, un idioma, que día a día se escucha más en las esquinas de este país.
Ella, con la consciencia estética formada como profesora de Historia del Arte y él, apasionado de la fotografía con estudios mayores de marketing editorial. La vocación que los convoca se ha hecho patente en los más de 60 títulos publicados hasta la fecha. Un sello, un estilo y una bandera, ya forman parte de la cultura literaria que atendiendo a la mejor tradición hispana, también nace en la gran manzana.
¿Con cuales antecedentes nació la iniciativa de empezar una casa editorial en español desde Estados Unidos? ¿Era ese el producto cultura al que querían apuntar?
Desde que pensamos el proyecto, pensamos siempre en una editorial. De hecho, mi tesis de grado tenía que ver con el mercadeo de libros en español y las respectivas experiencias previas en Estados Unidos. Si bien hay excelentes iniciativas, muchas veces independientes, noté que muchas de las editoriales que operan desde aquí, se enfocan en bestsellers o en catálogos de autores muy consagrados y establecidos como García Márquez o Isabel Allende.
¿Con cuales títulos empezó el proceso de publicación?
No fue un primer título, sino un primer catálogo, que es el de 2012. Una selección que por vía natural, incluía principalmente venezolanos. Ese año publicamos 14 autores y lanzamos 2 colecciones. En la Colección Sudaquia, incluimos autores de ficcióncomo Francisco Massiani, Israel Centeno y Héctor Torres de Venezuela, Osdany Morales de Cuba y Francisco Díaz Klaassen, de Chile. Entre ellos, la propuesta osciló entre libros inéditos y re ediciones. Por otro lado, en el lado de no-ficción, la Colección Énfasis reunió tres títulos: Eco divino del padre Alexis Bastidas, Nadie nos enseñó a ser padres de César Landaeta y Siempre nos quedará Madrid de Enrique del Risco. Como verás, se trató de una suma de espiritualidad, parenting y memorias de un inmigrante. El año pasado lanzamos la colección El gato cimarrón, de poesía y para 2016 lanzaremos Cangrejo, orientada hacia el thriller y la novela negra, policiales.
Siempre es muy interesante pensar en el tránsito que hay entre descubrir la obra de un autor hasta ver su propia obra impresa bajo tu sello. ¿Cómo llegaron, con una iniciativa tan reciente, a los primeros escritores que se sumaron a Sudaquia?
Bueno, como suele pasar, a muchos les daba miedo que fuésemos una editorial fantasma o que no cumpliéramos con las impresiones. Afortunadamente, nuestro mismo trabajo demostró compromiso y con éste, llegó la confianza. Ese primer año de Sudaquia fuimos a Guadalajara, un viaje clave, tomando en cuenta que buena parte de los 16 títulos del segundo catálogo, surgió de buen feedback e impresión que nuestros libros causaron en la feria. Posterior a ese segundo catálogo ya se entabló una dinámica, puesto que unos autores conllevaron el nexo con otros, de otros países y propuestas disímiles. Tal fue el movimiento, que tuvimos que detener la recepción de manuscritos pues no nos damos abasto.
¿De ese momento a la actualidad cuantos autores hay?
Ya son 60, más los que están firmados pero todavía no han salido de imprenta. Este año incorporamos escritores de Uruguay y Ecuador, con lo que prácticamente ya tenemos autores de todos los países de Sur América.
Sudaquia ha establecido una red entre instituciones y espacios orientados a la promoción de la cultura “en español” en Estados Unidos y especialmente, en Nueva York. De hecho, New York Public Library se cuenta en esa lista. ¿Cómo se ha dado esa dinámica?
La red de librerías ha sido trabajada a pulso. Las primeras con las que contamos fueron McNally Jackson Bookstore en Manhattan y Books & Books, que está en Miami. En ambas hemos hecho numerosos eventos y lanzamientos. En Chicago tenemos presencia en la librería Tres Américas, también estamos enMontclair, New Jersey con Watchton Booksellers. Seguimos negociaciones con otras librerías. Recientemente entramos en Brazos Bookstores en Houston. Por otro lado, fuera de Estados Unidos estamos en Librería Mi Casa en Buenos Aires, Ateneo Café en Santa Cruz Bolivia, Sophos en Guatemala, Exceda en Panamá y últimamente entramos en Costa Rica en la librería Duluos, en San José. A su vez, estamos trabajando en expandirnos hacia Europa y otras partes de Latinoamérica. Todo esto sin descontar a Amazon, que es un requerimiento del mercado y además, un canal confiable para los lectores, dado el sistema de valoración y reseñas que brindan.
¿Cómo ha sido el proceso de interactuar comercialmente en otro mercado? Además de la iniciativa, les ha tocado vivir la experiencia como emprendedores y partícipes del cambio que propician. Han tenido que construir y mostrar lo que construyen.
En un sentido, no hay un mercado muy amplio de libros en español, pero más problemático es el hecho de que no haya suficientes caminos para llegar a ese mercado. En inglés, está muy asimilada la idea de la “recomendación”, establecida por ejemplo, por los reviews del NYT. Los principales periódicos de USA tienen secciones de reseñas o entrevistas a los autores en inglés, así como listas muy influyentes. En español, eso solamente no existe, sino que siquiera se sabe qué es lo que se publica, qué se está vendiendo. Nosotros estamos construyendo esa información, para lectores, editores y críticos, de manera que se tienda un camino hacia el mercado.
¿Qué rasgos comunes definen a todos los autores de Sudaquia?
Calidad. Todos tienen calidad. No se trata de un track record. De hecho, hay autores que publicaron con nosotros su primer libro. Buscamos calidad en el sentido amplio de la palabra. Sudaquia ha creado un lugar para los autores latinoamericanos dentro de EEUU, que juntos, conforman un catálogo muy representativo de lo que está sucediendo con la literatura de América Latina. Hay una explosión creativa en todos los géneros y cada autor es un boom. Todo se ha alineado para que Nueva York, de manera evidente, sea el espacio de legitimación cultural de ese fenómeno.
A partir de este momento, las tres colecciones y las que sumen, ofrecerán otra lectura de América Latina. ¿Cómo sienten que se vivirá esa otra realidad posible?
Creo que nuestros libros ofrecen de una manera muy interesante, un puente que ayuda a descubrir la realidad latinoamericana desde el fondo. Hay mucha reflexión de la realidad, o las realidades múltiples, encuadradas dentro de miles de historias, reportajes, crónicas. En general, visto todo nuestro catálogo, se arroja una perspectiva global de la región. Inmigrantes, mitos culturales, romances, leyendas de cada país junto a comics, ciencia ficción y humor. Toda la fantasía y la descomposición, toda la diatriba del intercambio humano. Cada libro representa una porción del continente y de su estética, sus distintos imaginarios.