Antes que nada, les aclaro que esto no es una nota de suicidio ni me diagnosticaron una enfermedad mortal, simplemente estoy tomando previsiones por si a la muerte se le ocurre encontrarme antes de lo previsto. Igual yo estoy haciendo lo imposible para que no me atrape.
Más bien esto es una lista de deseos para que mi funeral no sólo sea inolvidable sino divertido. Cómo primer punto de esta lista quiero hablarles del lugar, definitivamente tiene que ser en el Luna Park, pues es lo que se estila para una persona como yo. Si estuviera en Venezuela sería en el Teresa Carreño, pero bueno, creo que estaré en Argentina por mucho tiempo así que ya fue.
He escogido el Luna Park porque es de fácil acceso, además es el único lugar en Buenos Aires para albergar a la gran cantidad de gente que querrá despedirme. Había pensado en el congreso o La Casa Rosada, pero capaz ese día hay cortes programados en la 9 de Julio y los sindicatos tendrán que decidir si van a la marcha de Moyano o a mi funeral. y la verdad no me gustaría que el señor Moyano note que soy más querido que él. En cuanto al costo de alquiler del recinto no será problema, bueno por lo menos no será el mío porque estaré muerto.
Para la ambientación me gustaría que se divida el teatro en varias zonas, para que los asistentes puedan escoger entre múltiples opciones de diversión. Por ejemplo, quisiera un área dispuesta con colchones inflables y máquinas de videojuegos, también un patio de comida donde se presenten las ofertas culinarias de mis dos países: Venezuela y Argentina.
Los platos venezolanos que quiero que ofrezcan a mis deudos son: arepas y tequeños, porque según dicta la tradición el tequeño no puede faltar ni en bautizos, ni en matrimonios y justamente el matrimonio es lo más parecido a un funeral (De hecho, nunca he entendido porque en las bodas llora la mujer, si quien tendría que llorar es el hombre pero eso es otra historia)
Las opciones de comida argentina tendrían que ser asado y choripán, siendo este último ideal para eventos multitudinarios. Decirles que debe acompañarse con vino de cajita (Termidor preferiblemente) es una obviedad.
Otras de las zonas que debe instalarse si o si, es la de baile. Pueden colocar cualquier tipo de música, menos reguetón porque eso simplemente no es música. Además, si colocan reguetón en mi funeral es posible que resucite para volverme a morir.
Finalmente, en la parte donde coloquen mi féretro debe celebrarse no una misa sino un Open Mic (micrófono abierto para quien no maneje la jerga “standupera”). Lo imagino como un “Juanette´s got Talents”, donde comediantes de todas partes prueben material. Si la rutina es mala propongo que en una pantalla gigante se lea “Juanette se quiere suicidar… otra vez”, pero si por el contrario el material es bueno, entonces que se lea en la pantalla “Juanette está muerto… de la risa”.
Para cerrar con broche de oro me gustaría se presenten mis comediantes favoritos: Laureano Márquez, Andreu Buenafuente y Reuben Morales (cuya presencia no es negociable). Ahora bien, si no llegaran a negociar con Jessica Naranjo (representante de Márquez) y Xen Subirats (apoderado de Buenafuente), no tendrán más remedio que pedirles de favor, eso sí, a Gordy Palmero y David Show que los suplanten (así me pagan todo lo que me deben). En caso de que quieran transmitir su programa de Radio por favor no se lo permitan.
En cuanto a mis restos, originalmente había pensado en que fueran cremados y lanzarlos al Río de la Plata, pero prefiero que los sepulten en el Cementerio de Chacarita, donde están Gardel y Cerati para que mis admiradores puedan llevarme cajas de alfajores bañados en chocolates y tarros de dulce de leche.
En cuanto al epitafio sobre mi tumba, quiero algo sencillo puede ser una placa de oro o platino que diga: HA MUERTO JUANETTE, ¡NO ES JODA!
Igual tienen tiempo de planificarlo, pues en lo que a mí respecta no pienso morir, por lo menos no todavía.
Suyo de ustedes tanto en el más allá como en el más acá,
Juanette
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