Jean Plantureux, mejor conocido como Plantú, es uno de los caricaturistas más importantes del mundo. En sus viñetas está dibujada no solamente la historia de Francia de los últimos cincuenta años, sino la del mundo. Después del atentado a Charlie Hebdo que costó la vida a 12 personas, dos guardaespaldas lo acompañan cotidianamente. Su pluma es temida y respetada.
Hace unas semanas se fue uno de sus más grandes amigos, Kofi Annan, el economista ghanés, galardonado, junto a la ONU, con el Premio Nobel de la Paz de 2001, quien, durante casi 10 años, fue el Secretario General de las Naciones Unidas.
La amistad entre ambos se profundizó cuando, en el 2006 juntos organizaron un simposio en Nueva York del cual nació Cartooning for Peace, organización que defiende la libertad de expresión de los dibujantes de todo el mundo y que reúne a más de 162 diseñadores.
Plantú confiesa que dedica las primeras horas de la mañana, desde las 6:00 hasta las 10:00 al trabajo de reflexión sobre el papel, para después “dejar al creyón la libertad de pensar”. Es un método que lleva adelante desde hace cincuenta años y que cada día cobra más fuerza en las manos del caricaturista que publica en El Diario El Mundo de Francia desde 1972.
Tal vez por sus estudios en medicina Plantú maneja el creyón con la precisión de un escarpelo y poco o nada se le escapa de la actualidad política de Francia y del mundo.
En ocasión de la exposición que le ha dedicado en homenaje la Biblioteca Francois Mitterrand (BnF), confió en la seriedad profesional de Martine Mauvieux, curadora a cargo de las colecciones de prensa del Departamento de Grabados y Fotografía de la BnF, para la selección y organización de sus trabajos. Durante una visita guiada y una entrevista pudimos realizar un recorrido por los cincuenta años de su trabajo y descubrir lo pesado del mundo con la ligereza de una pluma.
Bienvenidos al mundo de Plantú
Nos cuenta Martine Mauvieux, que después de estudiar e investigar en profundidad la trayectoria de Plantú a través de sus diseños, decidió organizar la exposición dividiéndola en siete temáticas:
“Plantú visto por él mismo”, “El planeta” , “La identidad”, “El mercado del Mundo”, “Libertad, igualdad y ley “, “Educación, Cultura e Información”, y “La Marianne”.
Los dibujos, croquis, bocetos muestran tres períodos de trabajo: el primero realizado directamente desde la pluma, el segundo sobre planchas para imprenta y el tercero, el actual, que se basa en un diseño sobre papel que luego digitaliza y desarrolla en la computadora.
Plantú nos va explicando como nacieron los diferentes dibujos, y su manera de contar es tan llena de entusiasmo y sencillez que hace parecer fácil un trabajo que en la realidad es muy complicado. Plantú, con sus 67 años, sigue siendo el niño que ha mejorado el mundo con su presencia. Su mirada azul Francia parece haber sido diseñada por Walt Disney y contener la profundidad de Molière.
Nos habla de uno de los últimos encuentros que mantuvo con Kofi Annam en Ginebra, tras recibir un mensaje sobre un diseñador que corre el riesgo de volver a prisión en uno de los tantos países que temen el poder de la sátira.
A pesar de su trabajo como diseñador a tiempo completo, Plantú se dedica con pasión a ayudar a sus colegas a través de Cartooning for Peace.
– Fue así como conocí a Rayma – nos dice -. Ella estaba siendo amenazada por Hugo Chávez y después siguió perseguida por Maduro. Hoy vive exiliada en Miami. Hace unos días despidieron a un diseñador alemán y la semana que viene estaré con otro colega ruso, también perseguido. Es una gran responsabilidad y me quita muchísimo tiempo. Lamentablemente desde hace 10 años no he vuelto a hacer una escultura”.
Plantú se planta por la paz
La paloma de la paz de Plantú es bien conocida como parte de una identidad en sus dibujos. Apareció a inicios de los años ’70, en plena guerra de Vietnam, al igual que el pequeño ratón que siempre nos sorprende desde una esquina de sus historias.
Uno de los logros que le mereció el respeto de sus cientos de millones de seguidores es la historia del dibujo en el cual “se firmó” la paz entre Palestina e Israel. En un futuro este dibujo estará presente en la paz definitiva.
Fue en mayo de 1991 cuando Plantú conoció a Yasser Arafat quien vivía en Túnez como refugiado político.
– El líder de la Organización de Liberación de Palestina, quien murió en Francia en 2004, dibujó, por primera vez, tan solo la silueta de la bandera de Israel y una división punteada de la frontera que definía la división del territorio. Él mismo rellenó los colores de la bandera, y también dibujó la estrella de David en la bandera de Israel. Le pedí que firmara ese dibujo y le dije que estaba implícitamente reconociendo a los israelíes. Cuando regresé a Paris no faltaron personas quienes me criticaron diciéndome: -Tú, que te reuniste con un terrorista…”. Sin embargo no les hice caso. En cambio fui a ver a Mitterand y le pedí acompañarlo en una visita a Jerusalén. Fui y traté de conseguir que firmara ese dibujo también Yitzhak Rabin pero él no quiso. Entonces encontré a Shimon Peres, quien se había convertido en presidente de Israel, y él sí firmó el dibujo. Justo al lado de Yasser Arafat”.
Es así como se dibuja la historia, con astucia y atrevimiento.
El poder a rayas
Exceptuando al General de Gaulle, quien estuvo en el poder cuando Plantu aún no había comenzado su carrera, ningún presidente y político de alto nivel se ha salvado de su pluma. Se han vuelto emblemáticos los dibujos en los cuales vemos a Pompidou con su cigarrillo en la boca, a François Mitterrand con una verruga en la nariz, a Zarkozy con las habituales moscas volando sobre su cabeza y a muchos otros.
Plantú cree en La Escuela del Diálogo y viaja por toda Francia visitando escuelas para explicar a los niños como comprender la prensa y porque es importante defender la libertad de expresión.
Con su trabajo diario, su solidaridad hacia los colegas, su gran sensibilidad humana, Plantú es la demostración que los hombres mejores son los más humildes porque saben hacer de sus vidas algo grande.
Photo Credit (video): Randy Heinitz ©