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Edward hopper
Photo Credits: Sharon Mollerus ©

El pensamiento de lo nimio

“Quizás yo no sea muy humano. Lo único que he deseado es pintar la luz de sol sobre la pared de una casa”, escribió el pintor Edward Hopper. Se trata de un artista que busca en lo cotidiano, en lo nimio y, quizás, en lo espurio, la belleza de lo real. Hopper no aspiraba a describir un bar nocturno con ideas. No hacia instalaciones o performances. Su arte era elemental en el sentido literal y conceptual. Su visión de la pintura puede vincularse con los clásicos. Hoy está de moda ser artista conceptual. Supongo que eso forma parte de las imposiciones del mercado. Ojalá pudiéramos encontrar un hombre que solo levante el pincel y pinte el efecto de la luz en las cosas. Yo he deseado llevar a la filosofía el método de Hopper. Como el pintor, el filósofo no necesita la jerga hermética y sesuda de los lienzos abstrusos. Ni está obligado a pensar en el ser o en la “cosa en sí” para indagar en el problema humano. El filósofo, como el pintor, puede especular sobre el instante real al detenerse en el rastro que deja la luz en una pared de barrio.

Filósofos: escuchen el golpe blanco de la luna oscura o el roce de los dedos en la piel de un niño.


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