Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Palabras Cruzadas, soñadas, rasgadas, robadas, usadas, sangradas: Exposición Individual de Miguel Río Branco

En su carrera de más de 50 años, Miguel Rio Branco (1946) construyó una obra única, marcada por la intersección entre fotografía, cine, instalación y pintura. Su producción fotográfica es el foco de la exposición “Palabras Cruzadas, soñadas, rasgadas, robadas, usadas, sangradas.”

La muestra, con obras producidas especialmente para su presentación en el Instituto Moreira Salles, fue el resultado de la inmersión de Rio Branco en su propio archivo. Al revisar su producción, el artista creó conexiones y diálogos entre sus fotografías, atribuyéndoles nuevos significados a las imágenes. La exposición estuvo curada por Rio Branco y Thyago Nogueira, coordinador del área de Fotografía Contemporánea del IMS.

 

Exhibida hasta el 26 de marzo de 2023, la selección reunió alrededor de 200 obras producidas desde la década de 1970, cuando Rio Branco comenzó a experimentar con la fotografía, hasta la actualidad. Las obras investigan temas queridos por el artista, como la sexualidad, la violencia, el dolor y la soledad, además de resaltar el carácter multidisciplinario de su producción.

Hijo de un diplomático, Rio Branco creció en España, Portugal, Brasil, Suiza y Estados Unidos. En la década de 1960, en Berna, Suiza, comenzó a dibujar y pintar, lenguajes que influirían en su obra posterior. En 1966, se matriculó en el Instituto de Fotografía de Nueva York.

En Brasil, en la década de 1970, trabajó como director de fotografía en películas de Júlio Bressane y Arnaldo Jabor, entre otros cineastas. También actuó como fotógrafo documental, registrando paisajes y habitantes del país. Entre 1980 y 1982 fue corresponsal de la Agencia Magnum en París. Pionero en el uso del color, Rio Branco fue alejando gradualmente su producción visual de la función documental para crear paneles e instalaciones que adquirieron connotaciones poéticas y sensoriales, en diálogo con otros lenguajes artísticos.

Crucigramas… presenta imágenes de varios momentos de la carrera de Rio Branco. Incluye, por ejemplo, New York Sketches, una rara serie producida en blanco y negro en Nueva York entre 1970 y 1972, cuando Rio Branco vivía en esa ciudad y trabajaba con artistas como Hélio Oiticica, Antonio Dias y Rubens Gerchman. Estas fotografías, poco conocidas, documentan tanto la energía vibrante como el ambiente decadente del barrio del Lower East Side. Entre las imágenes, hay registros de Oiticica en el metro y de hitos arquitectónicos, como el World Trade Center, destruido el 11 de septiembre de 2001.

Luego, la exposición presentó obras producidas en Brasil, como la serie Coração, Espelho da Carne, premiada en 1980 en la I Trienal de Fotografia del MAM/SP, y Mona Lisa (1973), secuencia fotografiada en un prostíbulo del municipio de Luziânia (GO), en los alrededores del Distrito Federal.

Rio Branco creó el políptico Maldicidade #3 para la exposición, parte de la serie en continuo desarrollo que recombina imágenes de diferentes ciudades para tratar la experiencia urbana, asociada al placer, la violencia y la soledad. Este tercer políptico reúne fotografías tomadas en metrópolis como São Paulo, Salvador, Nueva York y Ciudad de México. “La carrera de Rio Branco es una elegía a la experiencia urbana y colectiva, protagonizada por las personas que se cruzaron en su camino. Nadie captó la belleza y la pobreza de las ciudades como él. Sus imágenes anticipan muchas de las contradicciones que se instalaron brutalmente con la pandemia y la crisis económica que vivimos, pero también apuntan a una forma de repensar la dignidad de la vida urbana”, destaca Thyago Nogueira, co-curador de la exposición.

A partir de la década de 1990, el artista cambió la agilidad de la cámara de 35 mm por películas de medio formato, produciendo imágenes cada vez más refinadas. “La fuerza del trabajo de Rio Branco no está sólo en el encuadre de las imágenes, sino en la libertad con que las saca de su contexto original para darles un nuevo significado, construido a través de una cuidadosa edición. Rio Branco utiliza sus fotografías como notas musicales, que asocia en dípticos, trípticos y polípticos para componer los acordes de una melodía visual”, dice Nogueira.

Fotografía y música se unen en la instalación Out of Nowhere, creada originalmente para la Bienal de La Habana de 1994 y que aquí se mostró en una nueva versión. En esta obra, Rio Branco combina las famosas imágenes que produjo en un gimnasio de boxeo en Lapa (un barrio bohemio de Río de Janeiro) con fotografías de otros momentos de su carrera y páginas de un periódico de Nueva York de la década de 1930, todo reparado por una gran tela negra. En la instalación se enmarca el propio movimiento del visitante, reflejada en espejos antiguos.

La exposición también contó con las obras Azul-verde y Azul-gris (1994-2000) y Morandi perverso (1993-2020). En los dos primeros, las imágenes de un automóvil en La Habana evocan la realidad económica del régimen cubano. En el segundo, las botellas en una fábrica de aceite de oliva abandonada en Santiago de Compostela, España, hacen referencia a las famosas pinturas del italiano Giorgio Morandi.

“Miguel Rio Branco es uno de los grandes nombres de la fotografía brasileña y mundial. No sólo por la forma en que utilizó el color para narrar un Brasil visceral, sino también por la libertad que le dio a la fotografía al desdibujar el aspecto documental y dar a las imágenes connotaciones trascendentes. Rio Branco se movió con facilidad entre las artes visuales, el cine y la fotografía, pero sus ejercicios de escritura visual son el foco de esta nueva exposición. Es también esta forma de pensar la imagen la que le permite revisar un acervo histórico para transformarlo en una obra viva y palpitante”, concluye Nogueira.

Hey you,
¿nos brindas un café?