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Paola Herrera
Photo Credits: Der Seiltaenzer ©

Our new home: The Morgue

Ha ocurrido hace poco un atentado terrorista en Barcelona, una ciudad pacífica, turística, descrita como primaveral por su pluralidad social ¿A dónde hemos llegado? ¿Será nuestra misma especie la culpable de nuestra futura extinción? En Afganistán la guerra nunca ha cesado, el 13 de abril de este año EEUU lanzó la madre de todas las bombas en un campo colmado de yihadistas terroristas que se encontraban conviviendo en suelo subterráneo. Desde hace mucho las acciones bélicas están arrebatando a seres queridos, ya no hay hijos que lloran a sus madres, ni madres esperando a sus hijos, ni inocentes saliendo ilesos, ni familias ajenas al desorden originario de esta beligerancia que se salven de la atrocidad.

Por otro lado y no menos estrepitoso es el caso de Venezuela que se encuentra sumergida en el terrorismo de Estado, en el totalitarismo, en una narco-dictadura despiadada. Por día hay más occisos de los que podamos contar, asesinados por la delincuencia desatada, asesinados por pensar diferente, asesinados por caminar en un lugar donde nadie transita, asesinados por estar en donde se supone que nadie debería estar, asesinados simplemente por respirar. No hay cifras, hace mucho se perdió la cuenta, no hay morgues suficientes para tantos cadáveres. No hay es la palabra recurrente en el vocabulario rutinario de un venezolano, es la palabra más escuchada, más pronunciada, además de muerte.

Hace 2.5 millones de años evolucionó el género Homo en África, hace 200.000 años apareció el Homo Sapiens y hace aproximadamente 70.000 años los Homo Sapiens comenzaron a construir las llamadas culturas. Y es a partir de las culturas donde se origina la revolución como punto de toda nuestra historia. La mayoría cree que los Homo Sapiens eran la única especie de homínidos que habitaba el planeta tierra, pero lo cierto es que convivieron con otros grupos de Homos que se fueron extinguiendo poco a poco, estaban los Homos Erectus, Rudolfensis, Habilis, Neanderthalensis y otros que si bien no permanecieron el tiempo suficiente para evolucionar, nos dejaron, según estudios científicos realizados en el año 2010, parte de su ADN -aproximadamente un 4% de él. Eso nos conduce a la hipótesis de que Sapiens copularon con especies de Homos diferentes en una época donde aún no se podía comunicar palabra alguna, logrando así simpatizar con grupos que no poseían su mismo modo de vida ya que pertenecían a lugares muy lejanos entre sí, pero, que, al emigrar y conquistar nuevas tierras, se encontraron.

Es lo que suele pasar entre nosotros en el cosmos actual, en este avance tecnológico, en este siglo evolutivo, en esta masa de diversidad cultural. Entonces ¿Cómo es posible que la única especie que ha subsistido durante todo este tiempo se haya dedicado a exterminarse con sus propias manos? ¿Cómo es posible que entre nosotros no exista la tolerancia y que se utilice la cobardía de las armas como escudos?

Los depósitos de cadáveres están llenos, los vertederos están llenos, tal vez los campos abiertos tengan bajo sus suelos los huesos de algunos de nosotros, los lagos bañaron cuerpos inertes, el océano se ha devorado como buen caníbal marino organismos que podían respirar fuera del agua, que caminaban erguidos y articulaban algún idioma. Todos ellos desaparecidos, en fin; muertos.

La guerra entre naciones, las diferencias entre culturas, las disputas por religiones y creencias, los problemas de negocios, las mafias, el narcotráfico, las ideologías distintas y las cuentas por pagar están convirtiendo la morgue en nuestra nueva casa y lo estamos permitiendo.


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