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fabian soberon cronica
Photo Credits:nik gaffney ©

Otra confusión cotidiana

Kafka persigue a Felice. F lo acepta y luego lo desprecia. Entre diferentes rodeos, que parecen ser propios de las mujeres, F oscila frente a K.

K la adora y persiste en la búsqueda. F mueve a K como el motor inmóvil al mundo. K está sediento y no le importa. Insiste en el desierto. F viaja en tren desde Praga hasta Breslau. K también viaja en tren desde Praga hasta Breslau. Llega al hotel en que se hospeda F y no la encuentra. K pide una habitación y espera el regreso de F. En el cuarto 24 del hotel, K escribe, en la agonía de la espera, Una confusión cotidiana. La noche lo atrapa y ella no regresa. Sorpresivamente alguien golpea la puerta del cuarto de K. Es el ujier. El conserje le cuenta que F lo está buscando. K se confunde. El conserje se va y lo saluda, pero K no le contesta. Duda mientras piensa y decide irse del hotel, olvidar a F, dedicarse completamente a la literatura. Se levanta de la silla y sale raudamente. Al llegar a la escalera, observa que en los primeros escalones viene subiendo F. Ella levanta la cabeza y observa a K. F se apresura, se tropieza y cae bruscamente. K, indiferente, salta sobre el cuerpo de F y la deja tirada en la escalera. Ella llora y nunca sabrá que hubo un malentendido. Felizmente K no se arrepiente, olvida a F y elige la literatura.


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