Documentar el dolor personal se convirtió en una de las mil formas que encontré para lidiar con una depresión severa. La soledad del inmigrante tampoco ayuda. El mundo se vuelve abrumador, tu visión mucho más oscura. Lo que ves cambia tanto que actualmente no me reconozco. La opresión emocional se vuelve tan tóxica, tan real, que casi la puedes tocar, luchando para no perderte en la neblina.
Hay color al final del túnel, no solo luz. La luz viene de adentro.