Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
En nuestras caras
En nuestras caras

En nuestras caras, o lo que no vemos a la altura de nuestra mirada

Que un día cualquiera la monótona rutina de un barrio se vea interrumpida por las labores de reparación de funcionarios públicos podría ser un hecho, por demás, intrascendente, de no ser porque allí, ante la mirada cegada por la costumbre, se teje el ingenioso plan de una mente criminal. Ésta es la trama de “En nuestras caras” (Hadriaticus Editores), primera historia del libro homónimo con el que el escritor y periodista barranquillero Juan Quintero Herrera, nos recuerda que la extrañeza no está marcada, al menos en nuestros tiempos, por lo fantástico, sino precisamente por aquello que, acechándonos, prevalece a la altura de la mirada.

A lo largo de los seis relatos que componen la obra aparece, como leitmotiv, la premisa de que frente al mundo se abre un abismo infranqueable, superable acaso sólo en los instantes de verdadera comunión. Por eso sus protagonistas se aferran a la posibilidad de encontrarse en el otro, como aquella mujer de “El signo de la Victoria” que, acechada por el sino excepcional de su nacimiento, siente como un mandato divino la búsqueda constante del amor; o como el protagonista de “Un ídolo desconocido”, quien cree encontrar en las palabras de un escritor idealizado la clave para escapar al vacío de su existencia.

No obstante, como en la vida misma, como sucede en nuestras caras diariamente, hace falta más que el deseo, que la simple proyección de nuestra propia imagen, para establecer un vínculo con el otro. A veces hace falta tan sólo un simple gesto amable, como sucede en “El compromiso de dos viejos”, relato con el que el escritor nos lleva, usando el recurso de la expectativa, a vivir junto con el personaje la necesidad imperiosa de cumplir una promesa, como si con ello quisiera devolvernos la esperanza, salvar ese último reducto de empatía que nos une con el mundo.

Pero el escritor no se detiene aquí. Como si la reflexión sobre la condición humana no pudiera estar disociada de la reflexión sobre su finitud, encontramos en la obra “En busca del tiempo perdido”, un cuento con guiños de ensayo, en el que casi se puede sentir la voz del autor advirtiéndonos del engaño de un tipo de vida cada vez menos auténtico, sentencia que parece cumplirse en el personaje de “Cuando sonó el teléfono”, cuyo pasado vuelve a hacerse presente a través de una llamada inesperada.

El mosaico de relatos que configuran la obra de Juan Quintero Herrera es, sin duda, un abrebocas de un carrera literaria que apenas comienza, pero que promete ofrecer una narrativa fresca y alejada de lugares comunes. El lector se encontrará entre sus páginas con la mirada atenta del periodista y, a su vez, con una prosa ágil y creativa.

Hey you,
¿nos brindas un café?