Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Nos faltan peros

Mi papá me decía “experimenta, descubre y disfruta”, hizo hincapié en la necesidad de ser tolerante, me dijo que mientras viva en amor, despertaría feliz.

Me dijo que cada etapa tiene sus matices, que viviría cambios, pero que por nada del mundo me asustara.

Ya con un poco más de dos décadas, sé que cambiamos, sé que no paramos, que cada día enfrenta el anterior y le demuestra por qué vale más, bien sea por plata o por cualquier suceso que nos alegre o empañe.

La verdad sentimos que avanzamos, tenemos acceso a internet, pagamos las deudas por la compu, usamos una tarjeta para pagar el bus, el aporte médico es cada vez mayor, no comemos gluten, yo escribo esta nota en google docs, etc, así vamos… y nosotros solo nos dejamos llevar, nos adaptamos.

La vida va siendo una receta más simple. Nosotros nos enorgullecemos de la trascendencia histórica de esta generación, con bastante ego por cierto, pero ¿está todo bien cuando estos progresos nos insensibilizan?. Sé que soy una consumidora más de esas recetas, pero ¿y si vamos con más convicción y raciocinio?, capaz me hago muchas preguntas.

La verdad es que cuando crecemos vemos como realidad lo que vamos aprendiendo, viviendo y experimentando. Ahora queremos hacer parte de nosotros todas las tendencias, las redes son una segunda casa, entendemos nuestro entorno según se nos muestra y así todo se desvirtúe, nos dejamos llevar, no ponemos peros, se cree que en un estado de Facebook es una declaración jurada, y así vamos… En realidad más egoístas, porque mientras las cosas sucedan lejos de ti, todo bien, como escuché hace unos días: “estoy en Surámerica, solo me sentaré a ver desde Facebook lo que pasa en Francia, igual a mi nada me afecta”.

Todo sucede abruptamente y el espacio para indagar y analizar parece que se está disolviendo. Cada día que pasa permitimos mostrarles a las nuevas generaciones “lo normal” que son estas experiencias, que también son nuevas para nosotros. Parece que estamos olvidando la incidencia de nuestra comunicación, justificando todo lo que tenemos en nuestras manos y mostrando sin base ni fundamento estas “realidades”. Le tenemos miedo a una futura generación insensible y adicta a estas facilidades, pero no exponemos sus ventajas  de una manera audaz, inteligente y respetable.

Mi papá no es un tipo perfecto, me dio valores y justificó todo lo que podía. Mi papá fue mi primer medio de comunicación, capaz ni él estaba muy al tanto de eso, pero sabía que las ideas a la deriva no generan interpretación, ni acción; probablemente eso me tiene acá  sentada entendiendo por qué es normal desenvolverse y llevar a los niños a jugar con la contaminación.

Reserva Ecológica de Buenos Aires, Argentina. 29/11/2015

Hey you,
¿nos brindas un café?