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willy wong
Photo by: Zonda Bez ©

No se tienen culpables, sino responsables

Parece ser que desde el inicio del mandato del Presidente del Perú número sesenta y uno, los temperamentos enardecidos de los monstruos de la mitología griega se asentaron en el poder ejecutivo y el legislativo de la república. Gritos, escarnios, verbos punzantes y decisiones unilaterales han sido los ingredientes, torpemente incluidos, en la receta para gobernar al país que lideraba el crecimiento en la región sudamericana. Esta inaudita mezcla de infortunio y revanchismo en la sazón de los poderes, ha provocado uno de los desenlaces más descabellados en la vida contemporánea de la nación. Resultados dolorosos que se traducen en un parlamento disuelto, un gabinete inestable y, lo más sangrante, una población totalmente polarizada. Triada de desgracias que impactan directa y fehacientemente en la esfera política, social y económica del Perú. Porque no solo se trata de arrinconar y largar congresistas, generalizando que el cien por ciento es incapaz, corrupto o mafioso. Se trata también de prever si se cuenta con un sistema de partidos fortalecidos, con cantera potencial y lista para asumir el rol de padres de la patria. ¿Qué candidatos se vislumbran en la agonizante política peruana? Asimismo, no es cuestión de convocar al consejo de ministros a quienes tienen más años de experiencia pública o fueron parte de la campaña presidencial, como si se estuviera cumpliendo con una cuota de ascensos. Es cuestión de escudriñar y reclutar al mejor talento peruano disponible, dentro y fuera del territorio, para que sirvan con excelencia. ¿Qué buen tecnócrata deseará laborar, hoy, para un estado con garantías cuestionables? Y finalmente, no es únicamente un asunto de interpretación de leyes que se pueden sopesar en un tribunal constitucional. Es también, y con preponderancia, un asunto de perspectiva económica. ¿Qué pasará con los ciudadanos de a pie endeudados en moneda extranjera, así como con los importadores, los cuales empiezan a ver un incremento en la cotización del dólar? Más aún, ¿qué sucederá con los que no conocerán nuevas empresas inversoras y, por el contrarito, sí el desempleo? Recordemos, en los enfrentamientos, especialmente en los parecidos al del último día de septiembre de este 2019, no se tienen culpables, sino responsables.


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