Lo sagrado es una invención humana. Si no hay dios, la vida no es sagrada. Se requiere una ley humana para considerar que algo es sagrado en el mundo. Si no hay tal consideración humana, si no hay ley que instaure lo sagrado, lo único que existe es cosmos y hombres. Entonces, lo que existe (más allá de la aspiración metafísica del hombre) es cosmos: este se define por la existencia de la materia. Todo lo demás es superfluo. Por tanto, lo que es valioso para el hombre (lo simbólico, lo que va más allá de la materia) surge de una convención creada por los hombres.
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