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queen elizabeth
Photo by: Ann Longmore-Etheridge ©

¿No éramos todos iguales?

A pesar que S. y yo estamos en lugares ideológicos bastante disímiles en ciertos puntos, nuestras conversaciones han sido parte del pegamento que nos ha mantenido juntos en estos 9 años.

Esa noche, mientras yo recogía la ropa que ya estaba seca, conversábamos sobre los duques de Sussex.

La conversación entre nosotros ya llevaba un par de días, pero esa noche le añadí el comentario que F. me había hecho temprano en el trabajo.

Eso es lo que pasa cuando metes gente de color en las familias reales.

Estábamos haciendo bromas al respecto, cuando él soltó este chiste. Mi primer pensamiento fue enseguida acusarlo de racista y discriminatorio. Por otra parte, la verdad es que sé que uno de los comentarios que la prensa ha hecho sobre la duquesa es sobre el color de su piel. Eso no es un secreto para nadie.

Cuando se lo comenté a S., quería que admitiese que, de alguna manera, eso no había sido un factor, que estamos en el siglo XXI y no en la Edad Media, que hemos avanzado y, por sobre todo, que el mundo puede continuar mejorando.

Necesitaba que él me lo dijese porque sé que puedo tender a ser muy soñadora y él no. Quizás si esas palabras salían de su boca, era un poco más cierto.

¿Qué es lo que han hecho todas las sociedades desde el inicio de los tiempos?

Sabía que era una pregunta trampa, una en la que ya él tenía una respuesta en mente y que me la hacía para llevarme a su terreno. Obviamente, la respuesta podía ser casi cualquier cosa: cosechar, pelear, cazar, reproducirse… La respuesta que él quería era «discriminar».

Todas las sociedades están divididas por clases, castas, tribus… ¿Por qué te extraña que a ella le haya costado incluirse en la familia real? Es la única persona de color y americana.

Para mí, fue de esas cosas que, aun sabiendo que son ciertas, no quiero pensar ni mucho menos admitir. En el fondo sé que S. no está errado. Calibrar todo aquello a lo que puedo extender su observación, hace que me pregunte si en realidad el que queramos que todas las personas seamos iguales no sea más que una mera ficción que nos hemos sacado de la chistera o si realmente es factible.

En el fondo, me da miedo tener la sensación de que le estoy haciendo apología a la discriminación. No siempre hacerme preguntas me lleva a los lugares que quiero, y el pensar que la conclusión de este cuestionamiento pueda llevarme a sacudir las bases de mis creencias no es poco menos que aterrador.


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