Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
serigio marentes
Photo Credits: Alvin Bueno ©

Ni vivos ni muertos

Nacimos en la era, o en la época, no seamos extremistas, en la cual los tiempos no están para ello, en la que para casi todo hay una solución al alcance de la mano. Por ejemplo, hace unos días tuve un problema gravísimo de falta de tiempo. Nada anormal, a todos nos pasa, pero, como si el algoritmo mayor no hubiera dado ya suficientes pruebas de vida, de la nada, a mi teléfono llegó una notificación que me ofrecía una solución. Se trataba de una Aplicación en la que, con solo autenticarme usando mi huella dactilar, podía conseguir quién hiciera algunas cosas por mí. El costo era, en principio, mínimo, porque no se trataba de dinero, sino de, a cambio, ofrecer mi conocimiento para otros, para ayudarles con eso. Me inscribí sin dudarlo mucho. En la casilla principal había que poner las necesidades por las que había llegado a la Aplicación. Fui concreto y dije que necesitaba alguien que escribiera lo que yo estaba pensando. Y por supuesto, en la casilla en la que tenía que describir mis habilidades ofrecí mis servicios de domiciliario, de articuentista, de masajista, de editor, de taxista, de lector nocturno, de inventor de palabras, de constructor, de mensajero, de aforista, de consultor, de consejero, de sous-chef, de reseñista, de confesor de agnósticos, de auxiliar, de cronicuentista, de niñero, de dibujante, de librero, de vendedor, de digitador, de vidente, de corrector, de cajero, de vigilante, de redactor y de desempleado, porque uno nunca sabe.

A los pocos minutos llegó un voluntario, en forma de notificación, a decirme que él me podía ayudar con lo que necesitaba hacer. Me pidió unos cuantos datos y, como si nada, empezó a trabajar. Pronto me regresó el resultado que, por cierto, fue acorde a lo que yo, de tener el tiempo, hubiera hecho. Me sorprendió su semejanza con las palabras y hasta el estilo que yo hubiera usado. Pero de haberlo dicho en el foro destinado para las duda, quejas o reclamos a lo mejor hubiera sido descubierto en los dos perfiles que tengo en tal Aplicación.

Me reconforta haber nacido en la época en la que en mi bolsillo puedo llevar más soluciones que problemas, más libros de los que leyó Borges, y, de paso, más manuscritos de los que creó Balzac. Y, por suerte, me entretiene más aún que pueda llevar adentro la vida de más de una persona, una de las enfermedades que padezco, no todos los cuerpos aguantan la sobrepoblación.

No sé qué sentiría un cavernícola, por poner un ejemplo cualquiera, si nos viera sacar del bolsillo, a la vez y en un solo intento, dioses y demonios, voces e imágenes, colores y oscuridad, el pasado, el presente y, en ocasiones, hasta el mismísimo futuro. No sé si nos matarían o nos dejarían con vida. Así como no sé si hoy en día, al hacer lo mismo, morimos o quedamos vivos.


Photo Credits: Alvin Bueno ©

Hey you,
¿nos brindas un café?