Para el texto que acompaña esta serie decidimos transcribir textualmente algunos apuntes del diario de Proyecto Análogo, mismos que se hicieron en torno a las fechas en que hicimos estas fotos. Parece que no tienen nada que ver, pero nosotros pensamos que tienen todo que ver.
Se respetó su orden de aparición y también las notas al pie, como recordatorios o apuntes sueltos. También se hicieron las correcciones ortográficas y gramaticales pertinentes.
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Qué raro es buscarse a uno mismo.
Pero raro, raro, sin eufemismos.
Es muy raro, de veras, tan raro como mirarse en el espejo por un largo tiempo hasta que nuestra cara, esa configuración simétrico-tridimensional que reconoceríamos incluso en mil años, incluso en un planeta distante, pierde su forma habitual y solo queda ante nosotros un amasijo de elementos sacados de contexto que nos produce horror.
Reconocemos un ojo, o una ceja, o un poro.
Pero la cara en un espejo, después de un rato, ya no es nuestra.
Acaso es algo, pero ese algo ya no es nuestro.
¿Es eso lo que ven los demás cuando nos encuentran en la calle?
¿Esa cosa amorfa, cubista y horrenda es lo que traemos cargando sobre el cuello?
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Recordatorio: verse al espejo por un largo tiempo, a ver qué pasa.
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Comprar Portra 800, en internet carísimos.
¿Hassie? ¿Mamiya?
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Lista de moteles:
–Ramsés Faraón
-Atenas
-Bahamas
-Majestic
-Estrellas
-El del señor desnudo que salió en las noticias
(Preguntar a A qué otro motel sería buena idea)
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Hoy fuimos a los primeros moteles a hacer las fotos. Nuestra intención era hacer una recopilación estética de cada uno, pero salvo por algunos motivos decorativos alusivos a sus nombres (en el Faraón hay un Faraón encima de la cama), todos son iguales.
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Si la serie no sale: fotos ¿Madrid ventanas?, ¿Caminata Manatí?
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Esto es:
Para buscarse a uno mismo, hay que mirarse fijamente en el espejo hasta que las cosas pierdan su forma, y eso es muy raro.
Salir de nuestra calle, de nuestra selva, de nuestro útero: ver los ojos y los labios y las arrugas y las frentes y los poros todos puestos sobre la mesa, como en una plancha de carnicero.
Hay que llegar hasta ahí para poder tener aunque sea una idea vaga de nosotros.
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M, el mesero de un restaurante al que vamos mucho, nos dijo que fuéramos al Avia porque estaba muy limpio. Creyó que lo de las fotos era un pretexto jaja, pero buscamos fotos en internet de ese y otros que nos dijo y son iguales a todos los que hemos ido.
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¿Estética?
¿Soledad?
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Se cancela el Majestic: van dos veces que vamos, una en la mañana y otra en la tarde y siempre está lleno.
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Volvimos a ir al Majestic, ahora en la noche. Sigue sin haber lugar.
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Hoy me vi al espejo y mi cara sí perdió la forma después de un rato. Qué loco. Es como estar borracho después de un rato.
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Cosas que pasaron en los moteles a los que fuimos:
-En el Isla Bonita le preguntaron a Pablo si venía solo.
-En el Estrellas la única habitación que había disponible era la de “50 sombras de Grey”
-En la Habitación de “50 sombras de Grey” vimos la marco de dos manos en el espejo. Intentamos sacarlas, a ver si después de revelar salen.
-En el Bahamas había un bidet en el baño y no nos sacamos la canción de Charly Garcia de la cabeza en todo el día.
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Llevamos: 1200 pesos.
¿Quién nombra los moteles? (Escribir sobre eso)
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En uno de los moteles a los que fuimos, había un directorio de teléfono que parecía haber estado en la misma posición por años. Parecía, también, como si la gente que limpia los cuartos, que se supone y por lo que vimos lo hacen varias veces al día, no lo hubieran tocado nunca.
Es como si quisieran dejarlo así desde la última vez que alguien lo usó.
Es como cuando una señora se queda viuda y quiere dejar los trajes del marido intactos, en la misma posición de siempre.
En el mismo ropero de siempre.
Así se veía el directorio de teléfono.
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No es estética, lo de esta serie. Es cómo se ve un lugar que fue hecho para algo (dígase un cuarto de motel) desde la vista de alguien (nosotros) que entra en ellos a observarlos en otro contexto.
Es ver las camas tristes.
Los lavabos sarrosos.
Los teléfonos percudidos.
Los sillones recién forrados.
Los espejos marcados por manos grasosas.
Un intento de calabazo con condones “de cortesía” adentro.
Es ver un techo de luces
Es ver un techo de satín falso.
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Mandar serie a Flavia: 23 de febrero.