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PAOLA MAITA
viceversa magazine

Mitología para hoy: Fata Morgana (Parte II)

Es difícil en estos días, por mucho que me lo proponga, pensar o escribir de algo distinto que no sea Venezuela porque han sido tensos, llenos de incertidumbre y de muertos. Las horas de la noche son las más largas, cuando suele ponerse más caliente el pavimento con cauchos quemados, saqueos y disparos a mansalva por parte de quien sea que tenga un arma. Dentro de todo esto, me propuse continuar con el tema que dejé abierto la semana pasada, sobre la mitología, porque creo que todo está conectado, así el hilo se nos pierda a veces.

En la cultura pop, las mitologías mejores conocidas son la griega y la romana, pero eso no quiere decir que no hayan más. En realidad, cada cultura tiene sus propios cuentos y figuras mitológicas y, aunque algunas se hayan hecho más universales que otras, dentro de los parámetros del inconsciente colectivo todos estamos relacionados con ellas de alguna manera.

Recibe el nombre de Fata Morgana aquellos espejismos mayores productos de una inversión en la temperatura que provoca que los objetos que se encuentran en el horizonte tengan una forma alargada y elevada. El nombre proviene de la palabra italiana fata que significa hada; y de Morgana, una poderosa hechicera del ciclo artúrico.

Evidentemente, este fenómeno juega con la senso-percepción (mecanismo indispensable con el cual podemos reconocer lo que nos rodea), distorsionando lo que vemos. Si consideramos que la vista es el principal sentido para la mayoría de las personas, el fata Morgana es todo un tema.

Partiendo de esto, vamos a verlo desde el lado metafórico. Estamos en un mundo donde la mayoría de las cosas que vemos nos llegan a través de una pantalla de unas cuantas pulgadas. Teléfonos, tablets y/o computadoras forman parte de nuestro diario vivir. Imágenes que se forman a partir de la decodificación de información, un procedimiento que probablemente ni el 10% de los usuarios tengamos claro, pero que un 100% dependemos de él.

Vemos textos e imágenes que vamos organizando en nuestra cabeza, pero sin saber que quizás el fata Morgana digital ya ha hecho de las suyas. Creemos que lo que nos llega es cierto, que la vida del otro es tan fabulosa e increíble como la vemos en nuestra reducida ventana al mundo, que las noticias que nos llegan son veraces siempre, que ese test tiene razón cuando dijo que eres la dona glaseada de Homero Simpson… Morgana ha vuelto a hacer de las suyas, sólo que esta vez no ha usado magia sino tecnología.

Si normalmente todo el mundo posmoderno corre el grave riesgo de ser víctima de este fenómeno, ¿Qué podemos esperar de los venezolanos en este momento? Hay días que hemos pasado sin salir porque hay una protesta, o es inseguro, siendo nuestra única ventana el teléfono, la tablet y/o la computadora, dependiendo de cuál tengamos y nos guste usar. En mi caso, uso dos de ellos casi indistintamente, y aunque sé que el fata Morgana pueda hacer de las suyas, a veces no me queda más remedio que caer en sus redes.

No soy quién para decir cómo se debe mirar lo que rodea a cada quien, pero al menos puedo intentar advertir sobre los peligros de la distorsión de la magia de la tecnología, más aún cuando el mundo que refleja la pantalla está en las pailas del infierno.


Photo Credits: Hartwig HKD

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