Al acercarme en la tarde luminosa reconozco sus ojazos, granos de café tostado rociados por miel, y sus colochos, juguetones como la espuma del mar en su isla natal, Puerto Rico. Observo los mismos ojos y el mismo cabello del poema que me ha pedido traducir, Being 3, donde escribe:
“Sueño que tengo tres años. Veo mis grandes ojos marrones y mis grandes rizos castaños. Sé que tengo tres años. Toco mis pequeñas manos, mis pequeños pies. Tengo tres”.
En su arte, la fotógrafa y poeta Carla Tomassini Quijano mantiene la vivacidad y capacidad de asombro infantiles en su forma de mirar al mundo para hallar conexiones, continuidades, relaciones y encuentros, a menudo inusitados. Su obra es expresión de esa mirada, amorosa y libre a la vez.
En este proyecto, traducido como Ser 3, esa mirada se colma de gracia para expresar y sanar su mundo íntimo, el compartido con las personas con la mayor capacidad para cuidar, herir, perdonar, recrear y continuar lado a lado.
La obra consiste en un poema de veinte estrofas acompañadas de veinte imágenes. Según explica Carla, “cada imagen es una combinación de dos fotografías que crean una tercera imagen. Así el 3 nos sigue ayudando a ver con el ojo del Ser, al unir espacios que parecían estar separados”.
De hecho, cuando me pidió que tradujera el poema sin haber visto las imágenes que lo acompañarían, noté que en el mismo se encuentran tres miradas. Está la mirada de la mujer que describe una experiencia de autodescubrimiento y transformación en entornos familiares y naturales.
Aparece también otra mirada, tan amorosa como la suya, de sagacidad afectiva: “Ojos marrones me ven más profundamente de lo que yo me veo. Me animan a querer ver más, sentir más. Cada día es diferente.”
Y se une a la escena una tercera mirada, dolorosa y extraviada, que quizá, en el fondo, anhela perdón: “Viejos ojos verdes miran, perdidos. ¿Me pueden ver?”
Poder verse: gran desafío humano que el amor y la gracia pueden superar.
El encuentro de estas tres miradas en varias direcciones temporales y afectivas —en los continuos pasado-presente-futuro y amor-dolor-gracia— conducen a la mujer de voz poética hacia el bienestar en unión:
“Floto. Fluyo. Veo árboles altos y frondosos. Siento su presencia. Hay ojos en las sombras. Miran. Los veo. Los siento. Los árboles y los ojos están en el agua conmigo”.
Mientras tomamos un café en la tarde primaveral, soy yo quien la mira con agradecimiento por la invitación para traducirlo. Comentamos el borrador que le presento y me muestra las imágenes. Me sorprende la aparición de retratos humanos: miradas niñas y adultas, superpuestas con elementos naturales como las nubes del cielo o la espuma del mar. Son las miradas del poema, unidas a la naturaleza, para sanar.
Recuerdo que la curadora mexicana Elisa Gutiérrez me había dicho que las fotografías de Carla son retratos, aunque los sujetos sean bicicletas, flores o árboles. Ahora lo veo con mayor nitidez. Añadiría que su obra es un retrato de su vida interior, orientada hacia la unión, la conexión, el encuentro afectivo y espiritual.
Ahora Carla se prepara para la muestra inaugural de Ser 3. Será en la Casa Ulanga, en Arecibo, Puerto Rico, el 7 de octubre del 2021 a las seis de la tarde. Exhibirá el poema acompañado de las veinte imágenes fotográficas. Y compartirá, con quienes puedan asistir, la riqueza de su mirada artística y vida interior.
“La obra fotográfica es propiedad exclusiva de su autora, Carla Tomassini, y al compartirla no se transfiere ningún derecho sobre la misma, sino que sólo se autoriza el uso acordado entre las partes. Cualquier otro uso deberá ser autorizado por escrito por la autora.”
Instagram: @carlaeyeball