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Mario Chang

María José (Majo) Morales y Mario Chang: La música es para la sociedad como el alma para el cuerpo

La música les permitió conocerse, los acompaña y los envuelve. María José Morales (Majo), soprano y Mario Chang, tenor, ambos de Guatemala, han logrado crearse un espacio importante en el difícil mundo de la lírica a nivel nacional e internacional.

Majo, con su vitalidad, alegría, fuerza y Mario con su carácter más tranquilo e introvertido, al compartir iguales pasiones y una misma profesión han construido una relación solida, especial que, como en un pentagrama, se escribe entre notas y armonía.

Conversar con ambos es como hacerlo con una persona sola, las experiencias se entrecruzan y los recuerdos también.

Al hablar del despertar de su pasión por la música Mario nos cuenta: “La primera vez que vi cantar a alguien en vivo fue a mi tío Juan durante un cumpleaños en familia. Mi tío era muy buen cantante y estupendo imitador de voces. Me impactó la forma en que cambiaba la voz para lograr diferentes tipos de timbres. También crecí con la leyenda de mi abuelita quien era mezzo soprano y cantaba en las radios de Guatemala. Lastimosamente nunca la vi cantar en vivo, me hubiera encantado”.

María José por su parte recuerda: “Siempre me ha gustado cantar, actuar y producir. Mi papá ama mucho el arte, canta y toca instrumentos y mi mamá es la mejor fan que tengo. Ambos me han apoyado incondicionalmente en todas mis decisiones y sobre todo en mi pasión por el canto. Siempre me acompañaban a mis clases y conciertos”.

Mario empieza a apreciar la ópera tras escuchar un CD, regalo de su papá, del maestro Plácido Domingo interpretando canciones de Agustín Lara. “Estaba en sexto grado de primaria y me aprendí todas las canciones – recuerda con entusiasmo – Jugaba al karaoke en la casa tratando de imitarlo y de cantar como él. Pero la ópera me flechó completamente cuando un amigo me prestó un DVD de la ópera Pagliacci de Leoncavallo, también cantada por Plácido Domingo. Él es mi primer y gran ídolo”.

A pesar de la pasión y los estudios, el camino de la lírica es muy cuesta arriba, sobre todo en países como Guatemala en los cuales vivir de la profesión de cantante de ópera es casi imposible. Sin embargo tanto Mario como Majo decidieron correr riesgos y enfrentar sacrificios con tal de lograr sus sueños. “Puedo decir que el canto me arrastró para siempre. – comenta Mario – El canto me eligió y la vida me puso en el camino a las personas claves y las oportunidades que me guiaron hasta donde estoy. Dios puso un angelito en mi vida que es ahora mi esposa Majo, sin ella no lo hubiera podido hacerlo. Ella creyó en mí, se arriesgó, y se sacrificó muchísimo para que yo pudiera dedicarme a esto”.

diariodeunavozMajo sonríe y confiesa que para ella dedicarse al canto fue algo natural. “Siempre me gustó. Iba a clases de música y después a las de canto, actuación y baile. Para mí era increíble la sensación de estar en un escenario, se me volvió una adicción. Conocí el teatro musical y me enamoré de ese género. Esa fue mi puerta hacia la ópera”.

María José solía tener un show variado en un hotel de Ciudad de Guatemala, en donde interpretaba desde jazz, hasta teatro musical y huapangos pero, al final, cerraba quitándose el micrófono y cantando arias de ópera.

Majo y Mario recuerdan con ternura como se conocieron y como se enamoraron. Majo nos cuenta: “Nos vimos por primera vez en una audición para la ópera La Traviata en el 2006, que se presentó en el Teatro Nacional de Guatemala. Yo era nueva en el mundo de la ópera y no conocía a nadie. Aún cantaba música popular. Tras esa audición Mario obtuvo su primer papel en una ópera en Guatemala.

A los pocos días me inscribí en el Conservatorio Nacional de Música para poder estudiar música formalmente y en el primer día de clases, Mario se me acercó y me dijo que había visto mi participación en la audición y le había gustado. Empezamos a ser amigos de Conservatorio y a pasar mucho tiempo juntos. Él iba más avanzado en canto lírico por lo que me invitaba a sus conciertos. Lo admiraba muchísimo por su talento y voz. Un día le dije: ¡Yo te veo en los grandes escenarios, vas a ver!

Todo el día platicábamos de música y de nuestro sueños. Al comienzo fue una muy linda amistad y luego nos enamoramos y nos casamos”. Muchos los sacrificios que han tenido que enfrentar juntos para surgir ambos y para que Mario pudiera ir a sus concursos y audiciones fuera del país. “Si quieres aspirar a ser un buen cantante – explica Mario – debes ser muy disciplinado y trabajar muchísimo. Sin trabajo y sacrificios no se logra nada en esta carrera pues requiere mucho tiempo el poder dominar la técnica necesaria para llegar a un nivel de talla mundial. Las exigencias ahora son mayores con el crecimiento de la tecnología y redes sociales. Existe mucha más competencia y hay más herramientas por lo que tienes que estar al día. Las casas de ópera buscan a cantantes más completos, mejores actores, que puedan verse bien también frente a las cámaras y que sean sólidos en su técnica. La humildad es una virtud muy importante que se debe mantener. Lo más difícil no es llegar sino mantenerse.

“Fue una etapa muy difícil y de sacrificios – agrega María José hablando de esos años – pero que nos unió muchísimo. Aún chateamos todo el día cuando estamos lejos y aún hablamos de música cada día; somos los mismos que cuando nos sentábamos en el graderío del Conservatorio a compartir nuestros sueños de cantar”.

Al hablar de lo positivo y lo negativo de ser pareja y además cantantes, ambos consideran que lo peor es tener que pasar largas temporadas separados uno del otro. Mario confiesa: “No estar cerca por largos periodos de tiempo, es lo más doloroso pero lo acepto porque sé que ella está cumpliendo su sueño al igual que yo”. Y Majo agrega: “Duele tener que viajar, estar separados mucho tiempo, compartir con otras personas, grupos diferentes de gente, y tener que aprender a controlar las inseguridades normales que puedan surgir… pero así es esta carrera y hay que aceptarlo. La primera vez que lo vi con otra cantante actuando de enamorado lloré como nunca, pero ahora soy yo la que le dice: ‘Creo que tienes que ser más cariñoso, ¡no te la creí!’

Lo positivo es que ambos tienen las mismas exigencias, y saben que es muy importante llevar una vida muy disciplinada, no hablar mucho antes de una presentación etc. Al ser ambos profesionales muy serios y competentes pueden ayudarse mutuamente. “Somos muy honestos el uno con el otro y muy críticos – subraya María José – Soy su mejor fan pero a la vez su peor crítica. Y lo mismo vale para mi. Aprovecho mucho sus consejos y él escucha siempre mis sugerencias”. Reflexiona un momento y luego sigue:  “Me encanta poder ser testigo en primera fila de cada paso de Mario en su desarrollo como artista y su carrera. Estoy muy feliz por sus triunfos y premios”.

 

Photo Diego Acotsta
Photo Credits: Diego Acotsta

¿Cuáles son los cantantes que más aman y que más influyeron en su formación?

María José confiesa que le encanta la soprano Victoria de los Ángeles. “Es perfecta y elegante. Me gustan también Mirella Freni por su expresión, Maria Callas por ser perfecta musicalmente y una gran actriz. De las modernas aprecio mucho a Anna Netrebko por su entrega, carisma y por como ha sabido manejar su carrera.

Pero mi más grande ídolo es Montserrat Caballé. La considero la voz más hermosa que ha habido en la historia. Uno de los días más felices que he tenido fue cuando canté para ella el año pasado en Zaragoza, España y me felicitó por mis pianissimi”.

Chang por su parte confirma su admiración por el maestro Plácido Domingo. “La forma en que interpreta y como ha manejado su carrera han sido una inspiración para mi. Pavarotti es también un enorme ejemplo a seguir por su técnica e interpretación. Trato de escuchar a todos los tenores, porque sé que siempre puedo aprender algo nuevo de todos ellos”.

Tanto Majo Morales como Mario Chang están viviendo una etapa muy satisfactoria de su carrera profesional. Chang estuvo recientemente en el Metropolitan de Nueva York debutando como Nemorino del ‘Elisir d’Amore’ y luego en Los Ángeles con ‘La Bohéme’ de Puccini. Por su parte Morales está produciendo en Guatemala la primera ópera de ambos en el Teatro Nacional. Es algo que la llena de gran satisfacción. “Producir y cantar esta ópera con él ha sido nuestro sueño y hemos trabajado mucho para concretarlo. Cada detalle, textura y momento tiene nuestro sello, está siendo un proceso muy especial. Es increíble y para mí es uno de los momentos más lindos de mi carrera, me siento muy completa y realizada como artista”.

Al hablar de la realidad operística en Guatemala, nos dice: “En nuestro país es muy difícil hacer ópera pues no existe una compañía, ni temporada oficial, ni un sistema establecido. Hay muchas compañías independientes pequeñas y personas particulares que hacen actividades en pro de la ópera. Tampoco contamos con una gran cantidad de maestros o coaches con la suficiente experiencia para transmitir esos conocimientos y formar a los artistas. Es un arte que necesita desarrollarse”.

Para ayudar ese desarrollo han creado el proyecto Querido Arte. “Nuestro primer paso es la creación de una Compañía de Ópera y con ella hacer nuestras primeras producciones a gran escala. Guatemala cuenta con muchísimo talento y queremos ayudar a los artistas a salir adelante”.

En cuanto a su presentación en el MET Mario comenta: “A lo largo de este camino han habido varios momentos que han marcado grandes logros que a su vez han provocado cambios importantes en mi vida. Por ejemplo tras ganar un concurso en España me ofrecieron la posibilidad de formar parte del programa Lindemann en el MET de Nueva York donde estudié tres años. Después participé en el Concurso Operalia del maestro Plácido Domingo y eso me dio la oportunidad de conocer a mi gran ídolo y leyenda de la ópera. Cantar el papel de Nemorino en la opera ‘L’elisir D’amore’ de Donizetti en el MET, ha sido otro sueño hecho realidad. Ese personaje me encanta, y siempre había querido cantarlo. Fue un gran reto pero, gracias a Dios, el público lo apreció mucho.

 

¿Hasta qué punto la música puede transformarse en un vehículo capaz de romper fronteras y superar diferencias?

Un amigo muy querido, pianista, Hugo Arenas, siempre nos dice ‘todos somos amigos mientras la música dure”. Y es cierto. Cuando estás haciendo música es difícil que exista conflicto, en ese momento el tiempo se detiene y no existe cabida para lo negativo. La música es para la sociedad como el alma para el cuerpo. Tiene que ser cultivada y fomentada. La música es el Soundtrack de tu vida. La música conecta, reconcilia, recuerda, fija. Te hace recordar momentos y personas, es un idioma universal que rompe definitivamente todas las fronteras. En cualquier estrato social donde te presentes, en cualquier país, aunque cantes sin palabras, la gente te entiende. La música trasciende los bloqueos.

 

¿Se han sentido discriminados en el exterior por ser de Guatemala?

Hasta el momento no hemos tenido experiencias desagradables. Cuando alguien no conoce nuestro país, nos gusta tomarnos el tiempo de explicarles, mostrarles fotos y contarles las maravillas que tiene Guatemala. Es como ser un embajador de nuestra tierra y nos llena de orgullo poder exponerla y representarla.

Mario ama el sonido del piano y, con una sonrisa confiesa: “Aunque suene algo irónico, me fascinan las piezas orquestales en donde no hay voces. Mi composición favorita es el concierto No. 3 de Rachmaninov para piano y orquesta”. Majo por su parte es apasionada de jazz y es fan de cantantes como Ella Fitzgerald y Frank Sinatra

En cuanto a la ópera y sus personajes, Chang dice que su ópera preferida es Tosca y Majo ama los personajes de mujeres con personalidades fuertes y bien definidas. “En este momento estoy enamorada de Gilda. Mis heroínas favoritas son Mimí de La Bohéme, Liú de Turandot, Adina de Elixir del Amor y Norina de Don Pasquale, estas últimas dos por pícaras. Algún día me encantaría poder interpretarlas a todas.

 

¿Cuáles arias consideran más difíciles?

Sería muy fácil decir que la segunda aria del Duca en Rigoletto es una de las más difíciles – contesta de inmediato Mario – por el tipo de música y por el drama que conlleva su interpretación, pero me he dado cuenta que mientras más simples suenan las Arias, más difíciles son de interpretar. Por ejemplo cualquiera podría pensar que cantar ‘Una furtiva lagrima’ de ‘L’elisir D’amore’ sea fácil, pero realmente para mi es una de las arias más complicadas ya que en sus melodías tristes y lentas, lleva una energía contenida que hay que saber manejar para dar el verdadero sentido de alegría y melancolía a la pieza.

Majo por su parte considera que todas las piezas tienen su dificultad. “Si crees que algo es muy fácil es porque no estás encontrando el trasfondo ni su complejidad”.

Ambos tienen una única aspiración: seguir cantando. “Siento que este no es un trabajo, sino una vocación y una forma de vida – dice Mario y Majo agrega – Mis planes futuros son poder seguir creciendo como cantante y productora. Me apasiona poder crear mundos y realidades y contar historias por medio de la música. Actualmente estoy preparando nuevos roles y proyectos en pro de la ópera.

 

¿Qué representa la música en sus vidas?

La respuesta llega al unísono.

Nuestra vida es una canción, una ópera. Así lo sentimos. Todo el día cantamos. Cada día tiene su melodía y sentimiento especial. Es nuestro lenguaje, con él construimos cada momento de nuestras vidas.

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