¿A qué se debe mi afición por los mapas y las ciudades? ¿Qué relación hay entre cartografía y crónica?
El mapa describe detalladamente la ciudad. Propone una vista abstracta y general. La crónica, en cambio, no abarca la ciudad en su totalidad. Busca los rincones, hace íntimos los espacios públicos. Con los años, he acumulado nostalgias bajo la forma de mapas. Cajones ultrajados y bolsillos abandonados guardan los fantasmas de calles y rutas azarosas y regulares. ¿Es el mapa una huella, una prenda de lo que se pierde? Si lo pensamos de este modo, la crónica es un sucedáneo del mapa pero es una seguidora osada que mira al sesgo, que reduce y especifica la captación de la zona. La crónica es un mapa personal y arbitrario, un mapa miope –torcido, aberrante– de lo que inevitablemente se fuga en el polvo del camino.
Photo by: Phoebe Baker ©