I
De nuevo Luis Guillermo Hernández Camarero, poeta peruano, a casi 40 años de su partida violenta (suicidio, crimen o muerte involuntaria, pues fue encontrado en un rastrojo sin vida), doble versión de 20 años no son nada, menos 40. Solo pensando en sus «Cuadernos de poesía», se siente esa contemporaneidad; no pulió como Miguel Hernández, así éramos los de la Generación del 60, menos Antonio Cisneros, que se sentía cojo ante César Vallejo, y por eso arrojaba en los baños de los aviones sus poemas circunstanciales.
Luchito: Su estilo (quizás quiso ser un orador sin oratoria) solo podrían ser notas clandestinas del amor platónico, atravesado por el fantasma del comunismo contra natura de los Incas del siglo XX, luego celebramos a Aguirre en el cine, asistidos minutos antes en el suicidio de Arguedas, buscando una buena hiperbatón.
Si te secas como escritor, no tanto como poeta, estás liquidado, eso mismo le pasó a Luchito, que se lo dijo a algunos poetas amigos (Luis La Hoz, entre otros), antes de partir al psiquiátrico en Baires.
Nos hemos quedado solos, salvados de las dictaduras anticomunistas, bailando aquí y allá, los bartender no habían salido todavía de Cuba, ni de latinoamericano se pensaba, miedo a Colón, a la dependencia, al baile de Sofía Loren (Americano).
Me llevabas 7 años, ya eras otro en la escuela de la señorita Perú; nos estremecíamos con los testigos de la revolución cubana, y más con el budismo zen. No nos quedó la represión hacia el sexo, todavía, creado, la no libertad de conciencias. Había que salir, y ese dictador peruano te eclipsaba. La lista negra, Kant y Schopenhauer. Todos se iban a parecer al dictador Pi.
Woodstock, Vietnam, el jazz, el Rock contra esto, ganaron los hombres del jazz, intacta la música clásica, en varios vinilos, devorándolos te catapultó en la poesía. Javier Sologuren, perdón, dele el puesto a este medio maldito. No seas amorfo, tildea como sale la voz por entre los cobres. Sublime entre el cielo y la tierra.
II
Luis Hernández Camarero, Lima, 1941, Buenos Aires, 1977.
Tocaba flauta y piano, tomaba mucha leche. Los poemas con los nombres de autores, músicos, clásicos, no desentona. Sobre todo su Divertimento, Región Austral, Los Begunes de la Million, Entre el césped y el firmamento, Gran Jefe un lado del Cielo, cantó una canción más antigua que el ser humano (tremendo título, se los comió a todos), La avenida seis de agosto, Las constelaciones, ay mi madre Capricornio en New York, versión mía. Schumann Robert (para mi su mejor poema)…pa’ bajarse de patillas a sus aserrines del caballo de madera. Un albañil muy profesional de la calle, de las avenidas hacia el Cielo redondo del mar, o de La avenida del cloro eterno.
El sol azul, soy Billy the Kid. Para que no te rajes, universitario de Lima, la horrible. Quién hubiera podido acogerte, si no eras un suicida. Más bien una virgen barroca. Allí la mañana con las niguas de la niña, traspatio el sadomasoquista que no quería ser cura, otra cosa que vanagloriara sus hazañas tan insignificantes. El filme de los 15 años poseído por sus dioses trotamundos y el hacha partida, o sea la política inconcebida, la de la felicidad eterna.
De lo mejor atendiendo a un genio incomprendido, a 40 años de su muerte de forma violenta, dicen que en octubre 3 del 1977 por la milicia de la dictadura argentina, pero han romanizado la escena, de que se le tiró a un tren, en homenaje al poeta húngaro, Attila József, que sí lo hizo, un 3 de diciembre del 37. Suena un insulto para locos con esquizofrenia. Ya había caído asesinado el poeta guerrillero Javier Heraud, a sus 21 años, en 1963, por la dictadura peruana.
Tiene muchas peculiaridades: desde muy joven ya sabía hacer de todo, y no lo sabía, hasta abjuró, cortó su hilo de generación, mas sin embargo ahora lo alcanzaron, o Hernández a ellos. Uno que otro libro, entre Ojeda, Hinostroza (Contranatura y Consejero del lobo). Romualdo, Eielson, Perú que era Miss Perú. Un chamaco serio, que a todo le ve el final, y nada, vivir, que es lo único bello.
Cisneros revisitado (el barroco y él), Vargas Llosa, todas las escuelas unidas. Hora Zero, Enrique Verástegui. Cloaca, y quienes son los neoberracos, si Hernández no pertenece a ninguna de ellas. Viene de Safo, dijo un lector. Yo no sé por qué gusta ahora, si casi todos los poetas de su época fueron académicos buenos, solo Luchito quince años de poesía, puro Rimbaud, unos cuántos por allí, si, menos el aprista ese, con un master en Harvard. Creo que de apellido Escobar.
Sol Lila, Voz Horrísona, mas entre el fuego de las Vanguardias, y la prensada, tuviste un acuerdo para el que no regresaría, que dice ver Edgar O’hara. El final de la octava sinfonía de Malher, a tu dedillo, a tu curación, y la octava inconclusa de Schubert, con la que danzabas ceremonioso con tu cerebro ardiendo.
El poeta Javier Sologuren, el poeta de Detenimientos, 1947, poeta Mayor ante un grande Poeta Menor (Luis Hdez), y su editorial (La rama dorada, que les publicaba a los poetas de los sesenta). Emilio Adolfo Westphalen. José Watanabe mitad japonés, como el cholo Vallejo, Juan Ramirez Ruiz, Hora Zero, Poeta malogrado, encontrado muerto después de ocho meses de desaparecido, tiene dos o tres obritas maestras. Montalvetti por la selección de Eduardo Espina.
Como sabemos, había publicado tres primeros libros, entre 1961 -65, Orilla y Charlie Melnick, bajo el sello La Rama Dorada, y Las Constelaciones.
Blanca Valera, Carlos Germán Belli, íntegro, limpio el tinte por el viento crecido en los valles del Ponto. Pronto y putería. Bueno exagerando. La arenga arrenque. German Belli no ha tenido los lectores universales, que solo ven en la lógica el porvenir. Pesa ahora la risa de una mujer, en los bordes del verso, en sus esquinas aquiescentes.
Bendezú. Un ejército de las sombras que hoy deambula por toda América. Si es cierto que el amigo lleva la otra verdad, todos amigos de su flauta, de esa cicla por la playa, de las clases en la universidad, y sus [poemas y dibujos]; señor no existe!!!.
Si ha pasado de chisme en chisme lo de Luchito, es por lo sagrado de su corta existencia, el picolín de su familia, advertido siempre, su hermano Max que salía por la televisión, ni se imagina lo que me gustaron sus poemas como escritos en la hojita de papel para la formula médica. El chiste zen con los directores de orquesta.
No es William Carlos Willams, ni aunque se le parezca, vaya que tiene uno. Ahora comienza la poesía, que son como siete poemas cortos unidos, eso si es música clásica para la calle de su Alemania favorita, las avenidas y el mar. Yo me lo imaginé solitario perfecto, cuando Ernesto Mora me prestó la segunda edición de Voz Horrisona, para Realidad Aparte, Segunda vida, New York, 1993). L.H., antes, y los poemas de su Impecable soledad.
El poeta Luis la Hoz (Su Semblanza a Luis Hernández) con la toma de la Chakta, y otros viajes por la selva), y el poeta Pedro Granados, que me retaba con Luchito, como un grande por convicciones poético políticas. De ellos dos nació esta pasión y sacrificio por la poesía. La metáfora desnuda, las ganas encanecidas del Modernismo. Cien puntos para un raro, rara. No hay que querer a los suicidas, pero repito Lucho no lo era, algo no le gustó de Paul Celan.
Pasé la onda, unos poetas con cosas nuevas que decir, ante el monumento de la grandeza, Vallejo… Y es como de izquierda calladita sin serlo. Porque todos eran stalinistas, brindaban por su grandeza, ese Stalin, bigotes de cucaracha, como lo interpeló el gran Osyp Mandelstam, que luego fue desterrado a la Siberia.
Con grandes maestros como Mariátegui y Valdelomar. Carlos Oquendo de Amat nos dejó de herencia 5 metros de poesía, lejos de imaginar una dictadura que lo había desterrado del país. En el cielo de Navacerrada, España, por cierto está.
Toda Lima fue suya, La Herradura, hasta Barranco; lo sabe hasta un premio Nóbel de Literatura. Todo lo regalaba, hasta sus más exclusivas cosas (la flauta que le regaló su hermano Max la lanzó al mar). Gandhi le queda chiquito, y el escritor Nicolás Yerobi, que capturó sus cuadernos para una antología que Hernández llamó Voz Horrisona, en sus últimos años. Y que salió publicada un año después de su muerte.
Ahora ya entiendo a Luis Hernández, a quien pudieron haber matado por su talento en la calle, con su amor por la música, sus títulos y ese alemán que dominaba (Amó y odió a Paul Celan). Cómo Rothko, Mayakovsky, Alejandra Pizarnik, se pudieron haber secado como artistas, por distintos abusos.
Su locura (siete pastillas diarias), era su fanático mayor, se tornó peligrosa en Buenos Aires (1977, un año terrible en el Cono Sur). Los desaparecidos, de las mal llamadas dictaduras Gorilas, y los verdaderos gorilas masacrados. Vallejo seguía siendo el primero en la lectura. José María Arguedas no convencía a nadie sobre el indigenismo, el quechua, todo en él un portento, un novelista: Poeta.
Damos por clausurado, ¿su inventario no llega a Luis Hernández Fundación, ni con los besos en clausura de la Hijuelos? Claro, yo soy falso. Los poetas Miguel Ángel Zapata, Mariela Dreyfus y Roger Santibañez, son hoy los ardientes seguidores nihilistas de la literatura peruana. Ojo, Diría que Luchito inventó un movimiento que no era nada, en sus cuadernos, bueno tenía su Anti-Edipo, con fluidez, en boga. Lacaniando.
Quedaban las cartas devastadoras a Betty, ni un ramadán lo salvaba en Baires, su escuela ordinaria no era el fascismo, la escuela ordinaria de un peregrino en su espacio, poeta de los pobres enfermos, de los pobres engranajes con la transparencia. El ancla del barco viejo. El sátiro que no fui.
Y el poeta O’Hara trastabillando, desatando, hacia lo rumoroso, la marinera, en Luchito… Hoy Luis Guillermo, por eso te admiro Edgar. Su elogio ha crecido con sus congresos muy particulares, humor contra danza y tertulias, y dice Luis la Hoz que se han recuperado más de 120 cuadernos (tres en completo alemán) y con títulos hermosos, El estanque Moteado, El elefante asado (puro cine). Arte poética de un caricioso. Amó el silencio en medio de una atravesada esquizofrenia.
A Edgar O’Hara, Luis La Hoz.
***
Selección de poemas de Luis Hernandez Camarero.
Schumann, Robert
Hermanito: Tú posees
La languidez del sueño
Y un amor. Atardece
Y en la calle
A pesar del Tiempo
Me alcanza tu alma
Y me recuerda
Que bajo todo cielo
Existe la nostalgia
Y el silencio. En la taberna
Se escucha
El La doliente. Transeúnte
Es el Tiempo también,
Como nosotros. Yo comprendo
Tu lamento noble
Y tu alegría flores
Sobre el asfalto suaves
Flores. Tú posees
La languidez del sueño
Tú eres quien ahora
Canta:
Solitarios son los actos
Del poeta: Como aquellos
Del Amor
Y de la Muerte.
(«A Roberto Schumann», M: 336-337)
*
Shelley, P.B.
I (PUESTO EN LA EDICIÓN)
Adiós Percy Shelley
Quién sabe
Si nos veremos
Der Dichtung Schleier
Aus der Hand der Wahrheit
Plena ya es mi vida
Puedo regresar
Al valle profundo
O también, Percy,
Volver a hablar contigo,
Tú, que me enseñaste
que nada es sueño
Y menos aún el amor
* * *
Como el sueño tuyo
Que se refleja
En todos los sonetos
De Inglaterra
Tú soñaste
O, igualito es,
No soñabas
Es la enredadera
Y el denso paisaje
Algunos dicen
Que hay que liberarse
De los fantasmas
Del amor
Pero el amor
No son fantasmas
Tú, que sabías
Y hay en algún lugar
Pequeños preludios
Como el sueño tuyo
Nadie puede ocultar
Su origen
En el sueño
Nadie puede cubrir
Sus ojos humanos
Nadie puede ocultar
Su propia poesía
Nadie no ha sido triste
Nadie no ha sido
Alegre
Todos hemos construido
Pequeños preludios
Oda a Percy Shelley
Y, de alguna forma,
To know
Even hate
Is but a mask
(«Percy B. Shelley», M: 378)
Karl Marx
Amado de las flores
Del Convent Garden
Carlos canta
International
Shall de
Así soñaba Vladimir
(«A Carlos Marx»)
“”””
«»»»
Petrarca, Francesco
Qué puedo yo ensayar/Sobre el autor de ese/Soneto. Creo que/
Petrarca…
la sotto giorni
nubilosi e brevi
nasce una gente a cu’il
morir non dole
En Campidoglio
Coronaron al Petrarca
De sonetos
y
la, sotto giorni
nubilosi e brevi
En Campidoglio
Se elevó el Petrarca
El triste Petrarca
A la altura
De coníferas ramas
Asfodelos
Y el agua de los ríos
Tévere
Y en lo alto
La luna
Seine
Rhein Amazonas
Y tras las siete colinas
Petrarca
My soul has grown deep
Like the rivers
Lima Agosto de 1973
6 de Agosto 853
(«Homenaje a Petrarca», M: 519)
“”
Coleridge, S.T.
Te regalo las adormideras/ que crecieron/ Junto al Támesis/
Para Samuel Taylor/ Samuel Taylor Coleridge…
Rodeado de fantasmas
Samuel Taylor Coleridge:
Por qué hiciste tonterías
Algo más esperé de ti:
No esperar más.
Pero fuiste un milagro
De rara belleza
In Xanadú.
***
Goethe, Wolfgang
«Canción para Wolfang (sic) Goethe»
Los cromáticos yates
Cruzan el mar azul
Azul prusia
De La Herradura
Los Cromáticos días
Que jamás no han de volver
Plenan de flores geranios
Blancos y el resplandor
De los bares: Paz de los bares
Paz de los cinemas
Donde recién ahora:
Qué breve es la vida
Se inicia la Poesía
La voz que incontable
Y en misterio
Vuelve para tomar
De cada ser su primitiva
Forma. Yo sé que Goethe
No puede menos que el hacer
Calmar la noche el otoño
Las playas las centellas
El vaso de cerveza
Del apartado ebrio los pétalos
De la soledad, los desiertos
Y las extensiones pálidas
De espuma y sal
Con el cantar que proclama
Que todas las obras de La Creación
Son tan bellas como el día primero
Y que, cada sentir cada anhelo
Es sólo paz:
La inquietante paz
Que algunos llaman vida
***
Chapter the one
En toda confusión hay siempre mezclado un asunto
de cerveza. O de quermeses centelleantes bajo la luz de los
focos de 25 W. El aire es denso y añil como una caja cubierta
por dentro de corduroy y algunitas estrellitas.
En alguna habitación del rincón, por ejemplo, de los cristales
rotos, de las campanillas, clips, cartones, alguien entona una
canción con algo, quien sabrá de tristezas y si no ¿cómo?
Oh isla de San Jacinto si no ¿cómo?
Ahora es pleamar nocturna bajo los faroles y la luz de las
mechas de alquitrán.
Alguien compra en la tienda con sus soles.
»
«»
Herschell, William
Sir William Herschell
dijo: el universo
es como un ladrillo
visto de canto
todo podía esperarse
de quien había
descubierto
las estrellas
dobles
en un universo
preeinsteniano
cerveza helada
viendo el mar
azul profundo
y la paz
de los bares
(«Urano»)
Canto segundo
¡Un río. Melodía, dios, un río!
El espacio en el cauce de lo alado,
Sordo monstruo tallado por Estío
Entre un triste frescor
Oh, ignorado,
Tan eterno tu Otoño en la caída!
Como garra rapaz: sí enredadera,
Flama amada del tiempo, desvaída
Por la turbia carcancha, tan certera.
Dios oculto en un vientre de roca:
Destrozado, muda espina lanzada
Por la noche fugaz sobre los cantos.
Agotada en sí misma es honda roca
Cegadora de grutas arrancadas
Por las fieras llameantes de amarantos.
***
Keats, John
Hermano:
Tierno hermano
Triste hermano
Mío. El jardín,
Ha florecido, tú,
Quien conduces
Las flores
Tierno y triste
Hermano mío
Yo hubiera deseado
Para ti el cielo
La mar que no tuviste
Porque el amor
Te relató el secreto
De la Poesía.
Déjame llorar por ti
God damm!
(«A John Keats», M: 180)
***
Ezra Pound: cenizas y cilicio
1
Tower of Pisa
Alabaster and not ivory. Y eterno,
Para ferias de fascistas
Quien la canta.
Y ebrio ya de belleza y en demencia
(Puede ser que sus ojos sean nuestros)
Rojo mar y el adriático crepúsculo
Y dos guerras herrumbradas en su frente:
Frente a la lívida amenaza de la historia:
Ezra Pound,
Ezra
Y su ejército perenne en pie
De muerte.
Torre de Pisa
Et cinis et cilicium.
2
Ezra:
Sé que si llegaras a mi barrio
Los muchachos dirían en la esquina:
Qué tal viejo, che’ su madre,
Y yo habría de volver a ser el muerto
Que a tu sombra escribiera salmodiando
Unas frases ideales a mi oboe.
El milagro se oculta entre lo oscuro
Donde olvido y memoria son tan sólo
Los reflejos de lo áspero y amado,
La ilusión que ha surgido de enebro
Duramente recuerdo tus poemas,
Viejo fioca,
Mi amigo inconfesable.
***
Soy Luchito Hernández…
Soy Luchito Hernández
Ex Campeón de peso welter
Poca gente me habla
Hasta oí a alguien
Preguntarme
¿De qué te defiendes?
Y yo hubiera respondido
Si no silencioso fuera:
Más bien te defiendo De mi luz. Una luz
Que reuní y me friega.
El Helio
Es un gas
Extraño
Y noble
Como el delicado
Corazón
De algunos seres
Traducciones de Paul Celan
[De paul Celan: en alta mar]
París, el barquito, yace en el vaso, ante el ancla:
Así estoy contigo, veo por ti.
Y bebo hasta que mi corazón se oscurezca,
Y bebo hasta que parís flote en sus lágrimas,
Hasta que lleguemos a los lejanos velos
Que nos ocultan el mundo, donde cada tú es una rama,
Y yo la hoja que calla y asciende.
[De Paul Celan: Ven, ven]
Ven, ven
Ven una palabra, ven,
Ven a través de la noche,
Ilumina, ilumina.
Ceniza
Ceniza, ceniza,
Noche.
Noche -y- noche – Hacia
Los ojos llega
Centelleante
***
Cactus
Soy un mexicano herido
por la espalda. Y como
estoy herido, sé ya
qué ciudad tomar.
En el crepúsculo crecen
cactus, grama pequeña
y piedras sobre el
grass.
Y no he conocido jamás
un adicto a la
mariguana. Porque no
Existe adicción a la
mariguana. Pero sí
clínicas donde se
trataba la adicción
a la mariguana. Con
celda de castigo,
cuatro enfermeros
macetas y un
residente tó de blanco
que les tiembla a los
loquitos y es ciego
a las acciones
y pasiones de los
enfermeros.
Hugo me dijo: un
día, en la selva
yo dije para ver
a Dios. Y cerré
los ojos. Y vi a
Jesucristo y sus
doce apóstoles
montados a caballo
sobre nubes con sus
capas. Pero algo pasó
y me pregunté
¿y si yo fuera
Dios? Y el rostro de
Cristo se transformó
es el del Diablo.
Por eso estoy: seguro
de dos cosas. De que
Dios existe y sé
que no soy yo.
***
El sol azul
Soy Billy the Kid
Ladrón de bancos
Y voy herido por la espalda
Y como herido voy
Sé dónde he de ir
Y la inmensidad, el Brillo
Del Sol y su hermano
El Desierto son claros
Y simples a mis ojos
Y entre la Estrella rutilante
Y mi silencio median
Únicamente ciento cincuenta
Millones de Kilómetros
En el polícromo espacio
Y cerca de mí, lo más cercano
Veo el Amor
Esa más alta estrella
Y en mi libro de poemas
Leo cuando luego
De la hora vespertina
La luz asciende y no olvido
Pues nada llevo en mí
De olvidar: made weak
By time and fate
But strong in will
Y nada porto de olvidar
Pues el recuerdo no hiere
Así como no existe desgarro
En el olvido. Y en mi libro
De poemas de Lawn Tennyson
Veo cantos hermosos
Resonar en las viejas Wurlitzer
De las playas de Agua Dulce
O La Herradura
Con los muros trazados
Por el musgo: ese musgo
Especial melancólico
Lánguido que muestra
Que los seres humanos
No son parte sino
Cada uno el Universo
Y como tal herederos
De los dones del mar
De la merced del aire
Del torbellino estático
Del fuego pero yo no acostumbro
Hablar tanto: Soy Billy the Kid
y como voy herido
took a few herbs and apples
And the Day. Soy Billy
The Kid, de ahí que mi idioma
Natal se me confunda
Por instantes y en esta
Vasta pradera traiga
Del tiempo que fue
Algunos días.
Como en Lima el primer
Dulce recuerdo, mi ciudad
Natal e indescriptible
Y rodeado de bruma
Transparente las extrañas
Botellas de los bares.
A Antonio Bienvenida
A Antonio Ordónez
A Antonio Camarero
A Antonio Machado