Una hermosa exposición que reúne a dos artistas quienes, a pesar de sus diferencias, tienen en común un trabajo meticuloso y detallista. Son Roxa Smith y Cal Lane. Sus obras quedarán en la galería C24 de Nueva York hasta el próximo 15 de marzo.
Roxa Smith es una artista venezolano-americana quien refleja en sus telas recuerdos de infancia que quedan atrapados en un objeto, un color, un mueble. Los reproduce con la vivencia de los sueños o más bien de la memoria que diluye algunos aspectos y agudiza otros. La tela damascada de un sillón, un espejo que refleja objetos que se quedan fuera del cuadro, un tapiz, un florero, una mata. Son pequeñas huellas que hablan de la cotidianidad de una familia. En los colores que iluminan generosos sus cuadros encontramos el trópico de su infancia y adolescencia, y en los demás detalles el deseo profundo de quedar conectada con un mundo que le pertenece y del cual la alejaron los años y la distancia física.
Como ella misma explica, a raíz de la pandemia, que nos obligó al encierro, se agudizó su capacidad de sumergirse en el entorno en el cual vive visualizando hasta el más mínimo detalle que luego interioriza y finalmente reproduce en las telas transformado por las emociones que retiene la memoria.
En sus cuadros, pasado y presente se mezclan, y podemos entrever espacios de ayer y de hoy. Momentos de vida diferentes que nos van contando pequeñas historias familiares.
La imaginación de quien mira los cuadros de Roxa Smith corre veloz. En cualquier detalle cada uno de nosotros puede construir su propia historia, imaginar a los personajes que allí vivieron, compartir esa cotidianidad que construye la vida de todo ser humano.
La fuerza del arte de Roxa Smith reside en su capacidad de ponernos frente a pinturas que son como ventanas hacia nuestro propio inconsciente, nuestros recuerdos, nuestros sueños.