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paola maita
Photo Credits: Kevin Dooley ©

La vida para tres (Parte II)

Estamos sentados en una terraza MV., V., S., y yo. Es la primera vez que S. conoce a MV. Con V., ha compartido a lo largo de todo este primer año que hemos estado viviendo en Barcelona.

Somos un grupo un tanto peculiar. Somos 3 mujeres y un hombre que juntamos dos bisexuales, una lesbiana y un heterosexual. Además, a pesar que es la primera vez que estamos sentados los cuatro juntos, de alguna manera terminamos hablando de relaciones poliamorosas. Quizás no es el tema más común a conversar la primera vez que te reúnes como grupo, pero las personalidades de tres de nosotros tienen especial y profunda debilidad por los temas polémicos e intensos. No es raro que tres cervezas y un vaso de sangría entre el pecho y la espalda de cada uno de nosotros, nos hayan conducido a este tema.

Alguien cuenta que tiene una amiga que tiene una relación poliamorosa, y que aún le hace ruido. Le entiendo apenas dice esto.

A mí me encanta pensar que soy una persona de mentalidad abierta y de tolerancia infinita para respetar las cosas y decisiones de la vida de los demás que no me hacen daño. Sí, quiero creerlo, pero he de admitir que de cuando en cuando me encuentro algunas situaciones que me hacen darme cuenta que esto no es más que una fantasía.

A medida que discutíamos sobre el amor y las relaciones poliamorosas, sin entrar en el terreno pantanoso de la moral, me fui dando cuenta que poco a poco la idea me iba pareciendo menos extraña. Este tipo de relaciones donde la relación de pareja deja de ser una línea para pasar a ser un polígono de tantas aristas como los sujetos involucrados quieran, me recordó la pregunta que me plantee hace un par de años antes de casarme… ¿Será la vida para tres una realidad posible?

* * *

Como casi todo lo trascendental que sucede en mi vida, comento todo esto con M. A pesar que nos separa un océano y 6 husos horarios, siempre corremos a comentarnos las cosas que nos preocupan.

Ella me comenta sobre dos chicas y un chico que tienen una cuenta en Instagram donde muestran su relación poliamorosa. Es muy fácil encontrar en la cuenta de cualquier persona muestras de amor hacia nuestra pareja. Sin embargo, al ver esta cuenta, me sorprendió que demostrasen tan abiertamente su elección para vivir el amor.

Tan pronto pensé esto, le saltaron las alarmas a la voz crítica que llevo dentro: “¿Y por qué no habrían de hacerlo? ¿POR QUÉ NO?”. Ahí estaban las fotos de estas tres personas profesándose abiertamente amor. No había nadie engañado ni mucho menos. Son tres adultos que tomaron una decisión consciente.

Legalmente, pareciese ser muy fácil pensar que están cometiendo un delito. Levantar el mazo como un juez de gran parte del mundo occidental y acusarlos de “polígamos” podría ser la reacción natural. Investigando un poco más a fondo, me encuentro sentencias como esta, donde en España se le concedió derechos sobre la sucesión de un fallecido a varios cónyuges simultáneos.

Si bien esto no implica automáticamente que varias personas puedan casarse, para mí abre la puerta a la duda: ¿El poliamor podría eventualmente llegar a convertirse en una realidad común?


Photo Credits: Kevin Dooley ©

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