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Arturo Serna
viceversa mag

La rosa y el devenir

Para Nietzsche, el filósofo platónico (léase la tradición filosófica) niega el devenir. Busca el ser. Y confunde al devenir con el ser. Engañado, el filósofo se queda con lo imaginario, es decir, con aquello que imagina que es el ser, aunque el ser no exista.

Ahora bien, ¿qué es eso imaginado? ¿Una entidad, un fantasma, una figuración? El ser es una ficción, una creación útil para la vida. En términos generales, las personas piensan como los filósofos, se mueven como si la vida fuera una entidad fija, como si la muerte no existiera. Y de esa forma, esperan la eternidad. La idea del ser ha sido una fatalidad, una falsificación necesaria, una mentira útil para la vida. Pero no hay que olvidar, entonces, que es una mentira.

Lo único que hay es devenir: puro acontecer. Un acontecer sin un sentido prefijado. ¿Qué lugar le cabe a la dicha, a la rosa de la pena en el torbellino sin orden ni orientación?


Photo Credits: dasha gosteva ©

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