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La noche de pie

Intuía su despertar provocado por aquellos que salían a luchar de noche. Nosotros estábamos fuera del tiempo. Faltos de horarios, solo nos despertábamos cuando el mundo llamaba.

¿Cómo ir en contra de las advertencias? No pensé en ningún momento cerrar la ventana, pude dejarla en esta jaula ilusoria. 

Yo seguía mi peregrinaje ocular sobre su silueta mientras su descanso se diluía entre los cantos; la reclamaban.

Recién despierta y desnuda, quiso asomarse a la calle. No tuvo problemas en mostrar sus senos blancos a los que andaban. This is France dijo, con el mismo tono que una canción The Smiths. Comenzó a vestirse violentamente, colocándose el atuendo de primavera con la misma intención que una bala en un revolver.

Yo sentía una vez más el frío en mis pies descalzos y la somnolencia de la penumbra. No nos habíamos levantado en casi todo el día. La noche antes de la protesta, habíamos tenido nuestro propio ejército en el salón de la casa. El único recuerdo rescatado del alcohol era de un alemán y una francesa que no se habían molestado en cerrar la puerta. Es que después de haber hecho la guerra a cielo abierto ¿para que encerrarse durante el amor?

Aun no cubría sus senos, símbolos oníricos de libertad. Ella me colocó los lentes y me llevó a la ventana. Se apoyó en mí, rodeando mi cuello con su brazo y sus dedos ocupando los espacios en mi cabello. We have to move susurraba a mi oído y yo contemplaba a la gente avanzar.

Sus senos presionaban mi espalda. Símbolos empíricos. Yo recordaba las viejas marchas, los pasos vencidos. Ella seguía susurrando palabras de revolución y rebeldía. Era ella la hija adoptada de la República. Allons-y, c’est elle qui nous appelle  y yo recordaba los cantos ahogados del español.

Volteé. Sus senos aún liberados sobre mi pecho. Símbolos efables. Ella fijaba mis ojos y yo contemplaba la inocencia de nunca haber visto la sangre. Se hacía menuda entre los recuerdos del humo y mi pecho. Las pequeñas brechas en sus labios se rompían con el mismo sonido de los vidrios y los gritos. No pude resistirme a la mirada joven de lucha. Estaba agotado del amor, de resistir, de la batalla, del llamado, de los estandartes.

La lancé a la cama. Sus senos descubiertos. Símbolos impíos de libertad.


Photo Credits: Porsche Brosseau

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