A Sergio Pujol
Fue un día de invierno. José Mafud estaba parado al lado de una columna. No fumaba pero movía las manos como si tuviera un cigarrillo. Miraba al cielo y después seguía el movimiento de la gente en la calle. Al rato, como si volviera con sus pensamientos de alguna parte, se despachó con un comentario que no le pedí. “Me gustaría escribir una canción con Freddy Mercury. Imagino no sólo la letra de la canción sino, sobre todo, la interpretación.”
Le dije que a mí no me gustaba Queen. Me parecía un grupo engolado, lleno de tics barrocos, una música impostada, un poco sucia. No le importó. José siguió como si estuviera solo o como si lo suyo fuera un discurso en una cátedra. Creo que yo no le importaba. Lo único que quería era despacharse con sus palabras, dejar que el flujo saliera a la luz. “El rock está muerto como género rupturista”, agregó, y sacudió su cuerpo flaco. Parecía que estaba imitando los gestos de Freddy. “Pero claro”, agregó, “la música de Queen es el último exponente de lo mejor del rock. Antes de morir, el rock dio su último suspiro.”
Me reí a carcajadas. Estampé mi mano en su espalda. Lo hice para llamar su atención pero también como una venganza. Exteriorizaba mis malos pensamientos. “¿Ahora vas a decir que el rock es como un cisne?”
José cambió de posición. Caminó y se puso en el centro de la vereda y miró la puerta del local. Estábamos esperando que abriera. “Esperá un poco, estás acelerado”, dijo. “La voz y la textura de las canciones de Mercury forman parte de la última etapa creativa del rock”.
“¿No dijiste que el rock está muerto?”, pregunté.
“Claro, por supuesto. Está bien muerto”, comentó. “No sólo está muerto sino que la canción es el canto del cisne. En el caso de Queen, estamos frente al estertor final. Mercury es uno de los artistas más versátiles del rock. Canta su canción como un homenaje a aquello que se pierde, que abandona su condición de música innovadora.”
Lo dejé seguir. Me dediqué a ver la cola de una chica que pasaba por ahí. A José no le hizo mella mi desatención. “El rock es gloria pasada, es un impulso para una novela, una película o una historia desaforada sobre aquello que se pierde.”
Cuando terminó su discursito, me di cuenta de que no teníamos nada de qué hablar. Me estaba aburriendo. No me gustan los apocalípticos y menos los que vaticinan la muerte de una música.
Le dije que me tenía que ir. José me saludó con desgano.
Solo nos cruzamos en las presentaciones de libros.
Photo Credits: Jimmy Baikovicius ©