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arturo serna
Photo Credits: Jan Tik ©

La imaginación

Lo real es el olvido. La belleza puede adoptar la forma de lo que pervive. Si el instante es intenso, aspira a cierta forma de la eternidad.

Aunque pertenecemos al reino de lo fugaz, no todo se pierde. Lo real se pierde. La ficción está asociada a lo irreal. Las ideas y la belleza proponen una forma de perduración.

Lo que pervive pertenece al orden de la imaginación. La imaginación nos propone un orbe paralelo: crea un mundo irreal y cierto. En este marco, es preferible lidiar con lo imaginario que con lo real. Lo real es torpe, desleal, anacrónico, despótico, a veces. Las ideas forman parte de la imaginación, de eso que deseamos y que sabemos que es imposible. Pero allí, en ese orden ficticio, el desorden puede ser fatal.

La imaginación nos proporciona una intensidad que decuplica la epifanía de lo real. ¿Qué es la pobre vida sin imaginación? Existencia deslucida y desnuda. Solo sobrevivimos por la imaginación.


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