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Delia Ackerman

La Fiesta de Semillas, raíces ancestrales

Desde el amanecer de los tiempos la celebración del Solsticio ha unido a los habitantes en torno a la tierra y al sol. En el Perú la Inti Raymi, (Fiesta del Sol ), era una celebración  sagrada  en honor al Dios Sol y marcaba el inicio del invierno.

Cuenta el mito que Pachacamac sembró los dientes de Vichama, y nació el maíz; sembró sus costillas y huesos y nacieron las yucas y demás frutas. De la carne nacieron los pepinos, pacaes. Desde entonces no hubo hambre ni necesidad alguna y continuó la suerte de la abundancia y fertilidad de la tierra. (Sobre el mito de Vichama, Antonio de la Calancha.)

El Perú es una tierra bendecida con abundantes alimentos y productos de alto valor energético, nutricional y curativo. La sabiduría colectiva ha sabido seleccionar y domesticar 182 cultivos y numerosas variedades en cada especie.

Esta riqueza ha sido transmitida de generación en generación, en un minucioso proceso de selección y recuperación de las mejores semillas de los diferentes productos. Muchos de ellos eran desconocidos al resto del mundo y otros están siendo revalorados como alimentos muy nutritivos por su calidad dietética y contribución a la salud humana.

Actualmente, cada final de junio, en distintas zonas del Perú, este espíritu de conservación se torna en fiesta, reuniendo a los productores y a sus familias en un intercambio de semillas. Así,  fuimos desde Lima a Huánuco – en el centro del Perú – para participar en el Muru Raymi, cuya traducción literal del quechua es  Fiesta de Semillas. Nos recibió una tierra que ostenta el mejor clima, donde el sol brilla siempre en un cielo celeste intenso.

Fue toda una fiesta de agrobiodiversidad para los productores de tubérculos, raíces, granos y frutos. Es una ceremonia en la que participan comunidades de las diferentes alturas de Huánuco, para intercambiar y compartir  sus productos y semillas en la plaza de armas de Huancapallac en el Distrito de Quisqui. Asistimos a un ritual con baile y música, durante el cual todos rindieron homenaje a la Pachamama, la madre tierra, en la que los agricultores conservacionistas compartieron con la comunidad sus mejores semillas, para que sigan reforzándose la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Es lo que vienen haciendo de generación en generación.

Una sensación de esperanza se observaba en los rostros de los pobladores. Miradas cargadas de interrogantes y manos llenas de productos de múltiples formas, colores, sabores, bondades!!

Se podría decir que, así como existen los bancos de semillas de Svalbard en Noruega y los Bancos de germoplasma en el Perú, a través del “Muru Raymi” el Perú andino mantiene viva su agrodiversidad.

Con la intención de honrar esta sabiduría ancestral estoy realizando un documental que he titulado “Hatun Phajcha, Tierra Sana”, donde Hatun es grande y Phajcha es cascada. Esta cascada grande, u ojo de agua, es el origen para la cosmovisión andina. El film busca resaltar el concepto de consciencia ecológica, que tiene una tradición milenaria en lo que hoy llamamos Perú. En Huánuco pudimos presenciar que es cultura viva.

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Photo Credits: Mumumío

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