Está crónica es el pago de una promesa, pues hace algunas semanas en esta misma revista se publicó “Pequeño Niño Pintor”, donde dediqué algunas rimas a mi hijo Roberth. Y su hermanita Mía que no es para nada tonta me reclamó: “Bueno papá ¿y yo cuando?”.
Hija no te la escribí antes, porque las crónicas tienen vida propia y deciden el tiempo justo para ser escritas. Es algo que no puedo explicar con exactitud, pero uno va viviendo y de pronto pasa algo que te activa la imaginación, el camino se aclara y comienzas a teclear sin rumbo hasta que todo se confabula para resultar en un producto final.
Hace poco me enteré que mi prima Rosi, quien es como mi hermana menor, va a tener un niño. La noticia me alegró muchísimo y sé que a su padre Enrique también. Justamente la noticia de la llegada de ese nuevo integrante en la familia fue ese faro que indicó que era el momento de compartir con todos “La Bella Princesa Mia”. Esta crónica no va solo dedicada a mi hija sino también es para Rosi, para Enrique y para todos los padres que tenemos la fortuna de tener una niña.
En un mundo de doncellas, hadas, luces y alegría
Donde las princesas juegan y danzan todos los días
En la colina más alta, en ese hermoso castillo
Vive la Princesa Mía
La Bella Princesa Mía
Se robó mi corazón
Desde el día en que la vi
La bella me enamoró
Tienes una cara linda
Unos ojos sorprendentes
Un cabello lizo hermoso
Y un poco el carácter fuerte
Yo por mi bella princesa
Me he montado en un corcel
He sido el sapo del reino
Y hasta el ogro verde Shrek
Un día un príncipe azul
Vendrá por mi princesita
Pero no la tendrá fácil
Pues ella no es nada dulcita.
Junto a mi niño Pintor
La Princesa Mía y mi muñequita
Escribimos nuestros cuentos
Sólo con cosas bonitas.