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Patricia Arenas

Un juego llamado Londres

“Hay un momento en el juego, cuando la bola golpea la parte alta de la red, que por un segundo, puede seguir hacia adelante o simplemente solo caer. Con un poco de suerte, irá hacia adelante y tu ganarás. O quizás no, y pierdas”.

Match Point – Woody Allen

De esos momentos la vida está repleta: segundos que valen todo, o años que no significan nada. Cuando aterricé en Londres no tenia ni idea de lo que me esperaba. Es de esas ciudades de las que se habla mucho pero, hasta que no estas ahí y las caminas, no puedes comprender de lo que hablaban. A mi, esto, ya me había pasado con New York; suelo compararlas con personajes famosos de los que todos juran saber algo pero que solo su núcleo más cercano realmente conoce. En estas ciudades “estrellas” solo si las descubres desde los ojos experimentados de un local, puedes llegar, con un toque de suerte, a vislumbrar un poco de su alma. No lo niego, ninguna ciudad es completamente sincera con el turista, pero de ahí nace la importancia de aprender a ser viajero.

Londres puede ser el té de las 5pm con “scones” o la cerveza de las 6pm en el “pub” de costumbre, porque si existe algo que conecta todas sus diversas actividades, es la tradición. Y sobretodo un amor inherente a las rutinas. A los londinenses les gusta el bar de siempre, ese en el cual se sienten en casa. Y poco a poco esto se contagia, puedes ver como casi todo extranjero que haya vivido o viva en Londres tiene una lista de lugares, que forman parte de una especie de ritual diario: como tomar un café camino al trabajo/estudio en el lugar de preferencia o usar el mismo tipo de transporte diariamente sin importar las otras alternativas, pues en algún momento cediste ante el tiempo y te enamoraste de esa ruta. Y sí, podríamos decir que el ser humano es un animal de costumbre, y que esto ocurre en cada ciudad del mundo. Pero en Londres va más allá, más que un mero acto de usanza es una relación entre los habitantes y su ciudad. Es de esperar, en una ciudad tan grande y multicultural, que sea vital la creación de vínculos que nos hagan sentir parte de ella. No por nada la realeza sigue influenciando su sociedad, y es que, honestamente, la tradición nunca pasará de moda para esta dama multicultural. Aun en su faceta más elocuente, Londres es clásica; podemos estar seguros que el gin seguirá en el menú del bar, sin importar los cambios en la decoración del lugar.

Esta mezcla de historia y modernidad, me atrevería a decir que la convierte en la Ciudad más enigmática y misteriosa que he visitado. Saber que caminarás por calles con tanto peso cultural no solo para Inglaterra si no para el mundo, puede tornar un simple paseo por el parque en un paso por la historia. Y es que la historia está presente en cada rincón, esperando por ti detrás de una placa o la leyenda de un bar. En Londres nada es lo que parece a simple vista, una humilde casa puede haber sido la cuna de un celebre filósofo, o el lugar donde ensayaban los Beatles. Todo parece transcurrir a puertas cerradas, y un gran enigma, más su usual neblina, son la escenificación principal que cubre las calles de esta ciudad. Conan Doyle usó estos recursos para deleitarnos con “Sherlock Holmes», mientras que J.K Rowling creó todo un mundo mágico.

En Londres la Arquitectura, durante muchos años fue sinónimo de gótico y no podría ser de otro modo, abunda entre sus calles. Un estilo que se centra en la luz, y en como captarla. Juego de alturas, mezcla de lo divino con lo humano en una especie de danza que nos ofrece el privilegio, por segundos, de ver, como a través de una cerradura, lo que significa estar en el más allá. El gótico y su aura misteriosa sin dudas recorren Londres pero en la Londres de hoy en día encontramos también una arquitectura moderna que sigue reflejando la admiración y pasión del hombre por captar la luz. Para observar todo esto no habría mejor idea que un paseo por el museo británico, allí donde Foster conjuga lo nuevo de un modo maestro.

Y es así como esta ciudad se resume en esas enigmáticas mezclas, tradiciones, nuevas culturas. Todo parece girar y cambiar en segundos como en un juego de tenis durante el cual la bola choca contra la red, y en palabras de Woody Allen, puedes ganar o perder. Es un partido en el cual el oponente es un desconocido y tu andas como ciego, incapaz de predecir sus reacciones. Parece que no queda otra que adivinarlas o usar tu magia para descifrar la próxima jugada. Pero no te confundas este juego es adictivo y lleva cientos de años de historia.


Photo Credits: super awesome

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