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Jonatán Reyes

Seis poemas desde Puerto Rico

 

Queroseno

Cómo te amé antes de ser el invento quebrado de un bolero
bolero de luna caída, de santos con ramos de queroseno o
lirios de castañuelas. ¡A cualquier ruta, resonante!

entre todos los inventos fuiste la que pudo jugar con mi pelo
mientras me aguantaba a tu trenza para no caer al vacío

¡oh! ¡cómo te amé, lloré la soledad en un florero roto!

soy el escrito que escribiste en el epitafio de las flores:
 .                una sombra de carnaval
un añejo vino saboreando la noche cenicienta
un cuento tan tuyo que no parió el vientre de tu madre
cuando a solas recolectabas ideas del ensayo
 .                                   (el arte del existir)

soy el velorio en tus pupilas
la vida pasada, dormida en la cayuela de los sueños
un gran invento de pasarelas granizadas

te repito: soy el poema que diseñaste
en el brillo de la luna descontinuada

 

Todos vivimos en la marea

¡Tengo la noche entera para mí
y no sé qué carajo hacer con ella hacer con ella!
la bombilla del incendio a máxima
intensidad no le quita negrura ni travesura

la espada no le quita espesor ni pizca de espanto
un canturreo salvaje divide la línea del horizonte
como una postal simple de la edad de oro
¡sin que tú quisieras verte nacer de tus palmeras
patria interna, insolación lunar
mientras ella pretende mirar nuestro abismo!

solía tener un
gato que brillaba
a luna
tenerlo como lámpara
sobre el velero en marcha
astro como ancla
manos negras antillanas
re timbran las tumbas
como un oleaje de
cascabeles voluptuosos
ante el último ahorcado por el cuello de una estrella
por su muerte un índice fino
y raro;                          .se alteran los nervios de los dioses
y un manantial de ti se esparce cómplice materia, a ti toda plata arteria

Todo duele en la marea
todo se sufre en la marea
todos somos nada en la marea
todos vivimos en la marea

 

Memorabilia

 

I

No me gusta la rima ni la melodía; no se bailar.
Nací muy cansado como para salir bailando de la nada
pero puedo maniobrar mi caída al suelo
para disimular un ataque de nervios, de vida y de sol
un ataque de océano agravando la marea en mi sangre
(mientras en la lejanía) un mambo
dando tumbos a tropezones se le salen las frutas
y no soy nada, soy danza.

 

II

Torpe me arrimo a esa calle rota
donde nacimos espuma, diáfanos
jugando a las escondidas y al exilio
donde las brujas invierten su magia para prender inciensos
y un jazz suena ebrio de madrugada hasta perder los colores
donde un perro Gran danés desordena todas sus manchas
con cadencia y rabia, y los relojes babean leche de sombra
y simulábamos ser felices
a media cuadra el mar agitando todos sus hechizos
llegando un otoño hallowinesco, de postal, disléxico
derramando la piel de las hojas
alborotando la diáspora de los atardeceres
alterando la alquimia del salitre y la nostalgia

 

III

¡La cena maldita del alba, donde están servidas las escenas!
las azucenas decoradas de polvo
los fantasmas bebiendo del llanto amorfo de las piedras
cómplices de todo júbilo y de todo crimen
mientras organizan mi primer colapso
entre los acuerdos rotos del viento
la ravenala palpitando
(bombeando a machetazos la luz)
y entre la hojarasca desafiando la forma precisa de la belleza:
¡No hemos vuelto a saber de nosotros!

 

Orión

Ella cuelga los fantasmas al sol
abre una botella de vino, mira hacia las pirámides
pierde su mirada; la mirada cruzando la lejanía
no ve nada y lo ve todo.
Sola con su semi-sol y gaviotas
no conoce patria sin ningún nombre
(adónde irán a parar todos sus descendientes)
y más mar es el que hunde la ciudad
cada una de las hermanas, y no es la sangre
es hechizo; cae la tarde

el sol balbucea: el polvo se retuerce.
Ella más sola que el páramo, canta y canta toda la vida irse
disléxica irse; encorvada, cruzando el umbral del atardecer
pierde el camino, y se encuentra ella.

 

Voodoo Down

Y que en la muerte quedes hechizada
y que sufra el que te olvide
que el sueño libere todos sus encantos
¡se agite la esencia, se vuelva colibrí!
y que cuando baje la marea se invierta tu génesis.
Que te crezcan los laberintos hasta la metamorfosis
que te crezcan matorrales y zaguanes de hermosura.
¡Pues hoy te adoro de esta manera tan extraña!

 

Ravenala

Fui azul y negro, semen de la niebla
y tarareando sobre tumbas abandonadas
formé mi historia rasgada
y mientras descendía el sol
mi sangre levitaba;

olvidando la forma de las penas
el cloroformo soñó; tus ojos al ritmo de las velas
era un mar que de la nada oscilaba
pagano e iracundo, habite el fuego
la ceniza y tus cartas incendiadas;

fui y no fui, rabieta y azufre, astrología desahuciada
bandido del néctar, la taxidermia restaurada.

¡Oye! El crujir de mis huesos sobre los tambores del silencio
abre el alma y saca lo lastimado, escucha hondo y lamenta elevado
que fuimos reales cuando menos lo quisimos
y ahora que somos calvario y herida, el espíritu se derrama
cantando y deprisa.

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