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Jorge Volpi
Jorge Daniel Ferrera Montalvo - ViceVersa Magazine

Jorge Volpi: La trama del siglo (Parte III)

Por último, la tercera novela de la asombrosa trilogía de Jorge Volpi es No será la tierra. Publicada en el 2006 por el sello de Alfaguara, la historia examina los eventos principales de la segunda mitad del siglo a partir de la vida de tres mujeres: Irina Nikoláivena, bióloga rusa que atestigua el desplome del Imperio y cuya hija muerta (Oksana) representa el éxito del capitalismo; Jennifer Moore, funcionaria del Fondo Monetario Internacional encargada de monitorear la libertad de mercados y distribuir las riquezas a los países en vías de desarrollo; y Éva Halász, subjefa de bioinformática de Celera, matemática brillante e investigadora del genoma humano. Al igual que en las otras dos entregas, Volpi recupera los discursos  hegemónicos de la Historia (El martes negro, la Hungría del cincuenta y seis, el Afganistán  de los ochenta, el accidente de Chernobil, la caída del Muro, la desintegración de la URSS y el ascenso de Yetlsin), pero entre todos ellos, sobresale uno que pretendo abordar: el Genoma humano. 

El Genoma humano es el otro gran relato que Jorge Volpi aterriza. La idea de que los movimientos sociales estén condicionados por nuestro material genético y el rumbo de la historia sea una lucha de especies (no de clases) suena sencillamente aterrador. Por ello, desde el inicio la novela plantea la tensión de que la vida pueda ser de este modo o estar delineada por factores externos: “¿Qué determinaba el carácter de las personas?, se preguntaba. ¿Por qué algunas están preparadas para enfrentarse a las dificultades exteriores, como Olga, mientras que otras parecen condenadas a errar sin fin? ¿Era el medio, la voluntad, la educación? ¿O allí, en el interior del cuerpo, en las células, se inscribía la verdad de cada uno?” Pero la obra no solo señala estas cuestiones, sino que también en el tema del amor se ven plasmadas y traducidas en la voz del personaje de Eva Hálasz: “Eva me dijo que los sentimientos eran un rescoldo evolutivo, una patología de la inteligencia, en el mejor de los casos un manual de conservación […] el amor es el engrudo de la reproducción, la ira un detonador frente al peligro, el miedo un sucedáneo del dolor y acaso de la muerte. Y más adelante dice “A Eva el amor (no había palabra más empalagosa) le tenía sin cuidado, era una máscara para disfrazar una necesidad evolutiva: el deseo de atrapar un hombre para siempre o al menos durante unos años, a fin de convertirlo en proveedor de genes y alimentos.”

De esta forma, con la publicación de su última novela de la Trilogía, Jorge Volpi termina por trazar un amplio proyecto narrativo que comprende los acontecimientos más importantes del Siglo XXI -vistos desde la perspectiva de la historia oficial y  de occidente- pero  que también señala la irrupción de los nuevos relatos que moldean y definen las corrientes de pensamiento actuales, como lo son la Psicología, la Mecánica Cuántica y el Genoma Humano. Creo que la obra de Volpi es interesante no sólo por los temas que aborda y su sencillez estilística, diferenciada a conciencia de la gran plasticidad del boom latinoamericano,  sino porque además es de los pocos escritores que se arriesga, que tiene una preocupación genuina, por relatar de nuevo los eventos centrales de la historia, por urdir la trama del siglo, de nuestro siglo. En ese contexto, pienso que el trabajo de Volpi debe ser leído y revalorado en su justa dimensión.

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