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Jorge Daniel Ferrera Montalvo

Jorge Volpi: la trama del Siglo (Parte II)

Jorge Volpi: la trama del Siglo (Parte I)

La segunda novela de la Trilogía del Siglo XX, aunque no en un orden  cronológico, es En Busca de Klingsor. Ganadora del Premio Biblioteca Breve en 1999, la historia aborda las pericias del teniente general Francis Bacon y el matemático Gustave Links para hallar al responsable de la aprobación, durante la segunda guerra mundial, de la bomba atómica en Alemania. La novela, es un compendio de los avances y la carrera científica de aquel período. Con la habitual síntesis que lo caracteriza, Jorge Volpi nos va desentrañando las vidas de físicos notables como Johannes Stark, Werner, Shoring, Heisenberg, Borh, Godel, Von Neumann, Planck hasta llegar al mismo Einstein. Quizás, como señala Christopher Domínguez Michael, en La Patología de la recepción, los posibles defectos de En busca de Klingsor están en la intención didáctica y hasta un poco cansina de Volpi cuando explica el origen del mito de Parsifal  y esa obstinación por condescender a las exigencias de las novelas de intriga o los recursos propios del triller, de las peores películas de Hollywood, pero la obra es magnífica en lo referente al contenido porque si en El fin de la locura el propósito era hacer una relectura de las ideologías revolucionarias, de los motivos inconscientes del Siglo XX, ahora el objetivo será demostrar que el motor del rumbo de la historia son (como en los mejores cuentos de Borges) los otros universos del azar, la incertidumbre y el caos. Por ello, la novela explora desde el comienzo las consecuencias de que el mundo sea determinado por estos principios: «A diferencia de otras épocas, la nuestra ha sido decidida con mayor fuerza que nunca por estos guiños, por estas muestras del ingobernable reino del caos. Me propongo contar, pues, la trama del siglo. De mi siglo. Mi versión sobre cómo el azar ha gobernado el mundo y sobre cómo los hombres de ciencia tratamos en vano de domesticar su furia.» Pero ¿Qué influencia tuvieron los nuevos descubrimientos de la ciencia, la publicación, por ejemplo, de la Teoría de la relatividad?

De las preposiciones formalmente indecidibles de Gödel a los Escritos de Lacan (la primacía de Lo no dicho)

Dos de los personajes principales de la Trilogía del Siglo XX de Jorge Volpi son el matemático Kurt Gödel y el psicoanalista Jacques Lacan. Del primero sabemos que nace en la ciudad de Brno, el 28 de Abril de 1906, en la actual República Checa. Desde muy pequeño su talento y carácter indagatorio se inclinan por el estudio de la física, pero su fascinación por la verdad y la exactitud lo vuelcan pronto por el campo de las matemáticas. Así, en 1924 ingresa en la Universidad de Viena donde finaliza sus estudios con la tesis doctoral La suficiencia de los axiomas del cálculo lógico de primer orden y en 1931 publica el teorema que lo catapultará como uno de los matemáticos más brillantes y que culmina con más de un siglo de investigaciones en el terreno de la lógica: Sobre sentencias formalmente indecidibles de Principia Mathematica y Sistemas afines. Para entender mejor cuál es la relevancia de este hecho, habrá que describir brevemente el contexto de aquellos días.

Corre la década de 1930 y los estudios por completar el Programa de Hilbert acaparan los esfuerzos de la comunidad matemática. El proyecto consiste en dotar de solidez lógica a los métodos de análisis, las formas de aproximación a la verdad por parte de ésta. En otras palabras que las matemáticas no presentaran paradojas o contradicciones. Pues bien, como reacción a ello entre 1910 y 1913 Bertrand Russell y Alfred Whitehead publican el tratado de Principia Mathematica, el cual contiene la totalidad de los razonamientos matemáticos y que por otra parte, contribuye con la Teoría de Conjuntos, de George Cantor, al entorno de bienestar y formalización. Sin embargo, faltaba probar si estos sistemas eran consistentes.

La llave llegaría en 1931. Escrito con sencillez y elegancia asombrosa, de tan sólo veinticinco páginas, el Teorema de incompletitud-como mejor se le conoce a la tesis-pone fin a más de un siglo de nociones sobre la verdad y la exactitud de las matemáticas, pero mejor veamos cómo lo resuelve el propio Gödel:

«Como es sabido, el progreso de la matemática hacia una exactitud  cada vez mayor ha llevado a la formalización de amplias partes de ella, de tal modo que las deducciones pueden llevarse a cabo según unas pocas reglas mecánicas. Los sistemas formales amplios construidos hasta ahora son el sistema Principia Mathematica (PM) y la teoría de conjuntos de Zermelo-Fraenkel (desarrollada aún más por J. Von Neumann)

Estos dos sistemas son tan amplios que todos los métodos usados hoy en día en la matemática pueden ser formalizados en ellos, es decir, pueden ser reducidos a unos pocos axiomas y reglas de inferencia. Resultan por lo tanto natural la conjetura de que estos axiomas y reglas basten para decidir todas las cuestiones matemáticas que puedan ser formuladas en dichos sistemas. En lo que sigue se muestra que esto no es así, sino que por el contrario, en ambos sistemas hay problemas relativamente simples de la teoría de números naturales que no pueden ser decididos con sus axiomas (y reglas).»

De lo anterior se desprenden al menos dos aspectos importantes para el ámbito de las matemáticas: el primero, la estandarización de los métodos de análisis para evitar contradicciones y el segundo, no tan evidente, la depuración de un lenguaje que se apegue  a la realidad, que se despoje de toda vestidura que lo vuelva impenetrable. En este sentido, la preocupación de Gödel se asemeja más a la de Wittgestein-que a la del propio Lacan- al atender la arbitrariedad y denotación del lenguaje, mientras que a Lacan le interesan esas cadenas o estructuras que producen la noción de realidad. Como se puede entrever, ambos son estudiosos del lenguaje, pero desde distintas áreas o perspectivas.

Palabras indecidibles…

Otro de los personajes más representativos de la Trilogía del Siglo XX es el psicoanalista francés Jacques Lacan. Discípulo y renovador de las teorías de Sigmund Freud, en sus Escritos publicados en 1956, realiza un diagnóstico en torno a la formación psicoanalítica de aquel entonces y postula un retorno al valor de la Transferencia por medio del lenguaje durante las sesiones. Es decir, al momento en que el inconsciente se refleja a través de éste. Para ello, Lacan pone énfasis en esos conjuntos de significantes que provocan la noción de verdad y que determinan la idea del mundo que se puebla y la personalidad del hablante. Pero a Lacan no es lo único que le preocupa, sino también ese terreno de Lo no dicho, aquellos intervalos del saber que fallan al transmitir, la imposibilidad del lenguaje de poder atrapar la realidad. De hecho, como muchos estudiosos afirman, el estilo de Los Escritos (léase los adjetivos, su sintaxis, la superposición de conceptos, su estructura misma…) es un intento definitivo por demostrar los límites del lenguaje, pero al mismo tiempo, sus virtudes. En este sentido, el interés de Lacan se acerca al de Gödel al buscar un lenguaje- escrito, en el caso del matemático, numérico- que reproduzca fielmente la totalidad. Cabe señalar que las excelentes aportaciones de Jacques, al campo del psicoanálisis, no hubieran sido posibles sin la incorporación de conocimientos de otras ciencias y disciplinas. En parte porque en eso consiste la extraordinaria significación de Los Escritos: en la manera en que Lacan dialoga con los pensadores de su época. Lacan reinterpreta a Ferdinand de Saussure, Claude Lévi-Strauss, Heidegger, Sartre, asiste a seminarios y conferencias y es partícipe de los principales movimientos artísticos como el surrealismo; en suma, es un intelectual comprometido con su tiempo. 

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