Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Javier Limon
Photo Credits (video): Flavio~ ©

Javier Limón: calidad brutal y emoción máxima para hacer buena música

La música invade el espacio, es una presencia viva, una energía vital, regeneradora. Cuando Javier Limón y su grupo irrumpen en nuestra vida con el ritmo de sus composiciones ya no hay espacio para la indiferencia.

Limón creció entre ritmos de gitanos y baladas antiguas. Sus raíces ahondan en Andalucía, tierra a la cual pertenece, si bien haya nacido en Madrid. El flamenco fue su primera lengua, la que le enseñó el poder de las notas, alfabeto con el cual escribe y se describe.

– Hasta los 17 años mi vida transcurrió entre la música clásica y, de manera más íntima, la música flamenca o andaluza. Luego vine a Estados Unidos para profundizar estudios y aquí descubrí los demás ritmos, el rock, el jazz, el blues. A los 19-20 años ya había tomado mi decisión: entregar mi vida a la música. Estudié piano y guitarra en el Real Conservatorio de Madrid, y me metí de lleno en el estudio del flamenco. 

Lo hace como compositor pero también como productor y funda Casa Limón. En su estudio de grabación desfilan grandes nombres del flamenco, desde Paco de Lucía hasta Enrique Morente y muchos otros. Pronto ese espacio se transforma en algo más que un sencillo estudio de grabación, es un lugar en el cual la música se vive con todos los sentidos, en el cual se profundiza, se comunica con notas, palabras y silencios. Allí nacen amistades verdaderas, de esas que duran toda la vida. En 2004 recibe su primer Grammy Latino como productor. En los años acumulará diez Grammy Latinos, un Grammy y numerosas nominaciones.

Tras una larga e intensa zambullida en el flamenco, la música latinoamericana irrumpe en la vida de Limón casi sorpresivamente. Es a raíz de la grabación del disco “Lágrimas negras”, famoso bolero del cubano Miguel Matamoros, en el cual dos grandes de la música, Bebo Valdés y Diego el Cigala, comulgan el cante con los ritmos caribeños. Limón lo produce junto con Trueba quien está terminando Calle 54, documental que presenta lo mejor de la música latina.

Limón se enamora de los ritmos latinoamericanos y, con la pasión y seriedad que lo caracteriza, los estudia, descubre los matices que diferencian un país del otro y una región de otra dentro de un mismo país. Paralelamente estudia la música norteamericana en un viaje que lo lleva a conocer las profundidades de las almas de Norte y Sur América.

Sus raíces gitanas no solamente le han regalado el don de la música sino también la curiosidad, el anhelo de conocer nuevos horizontes. Después de las Américas vuelve al Mediterráneo para desarrollar un proyecto que acaba de terminar.

– Grecia, Turquía, Portugal… su música me involucró mucho y me gustó bascular como un péndulo entre América Latina y el Mediterráneo porque son dos mundos infinitamente diferentes. Era divertido cambiarme de acera constantemente.

 

Javier Limón
Photo Credits: Casa Limón

 

Tu recorrido musical parece basado en la recuperación de raíces, es como si quisieras descubrir el sentido profundo de las identidades a través de la música.

Es verdad, vivo constantemente entre la búsqueda de las raíces más antiguas y la deconstrucción de las mismas. Tengo una obsesión con el origen. Me vuelve loco escuchar a una vieja cantando una canción de hace 200 años y no me interesa el estudio antropológico o histórico, solo la parte musical, entender el por qué de algunos ritmos. Conocer las raíces en profundidad es lo que me ha permitido desprenderme de ellas. El reto es utilizar ese alfabeto para crear un vocabulario nuevo, un lenguaje musical en el cual convergen ritmos que vienen de distintos sitios pero que es diferente, es nuestro, es una música que suena a nosotros. Es la mezcla de todas esas influencias y raíces con nuestras propias vivencias. Siempre respetando las leyes físicas de la música, la afinación, la armonía y la emoción que también catalogo como ley física.

 

¿Podemos considerar la música un lenguaje universal que permite una comunicación inmediata, profunda, porque transmite emociones, evoca recuerdos?

Hoy en día la música y el chino mandarín son los dos grandes idiomas del mundo. La música nos permite comunicar sobre todo en estos tiempos en los cuales la globalidad nos aleja. Basta pensar en el éxito de Despacito, de repente un planeta entero estuvo bailando esa canción. Nada viaja con la velocidad de la música, ni el humor, ni la gastronomía, si quitamos la pizza y el sushi, ni la política. Tampoco la literatura, menos algunas excepciones, tiene el mismo carácter universal de la música.

 

Volviendo a las raíces, en alguna ocasión dijiste que toda la música occidental tiene raíces africanas.

La música occidental viene de la mezcla de tres culturas, la que viajó con los esclavos de África, la indígena y la colonial europea. En Argentina las raíces africanas las encontramos en el Tango, desde el mismo nombre que es una palabra africana, en Brasil en el Candombé, en todos los ritmos cubanos y en las músicas caribeñas. En Estados Unidos las encontramos en el jazz, rock, hip hop. El cien por ciento de lo que escuchamos por radio en Europa o en las Américas tiene influencia africana.

 

Javier Limón
Photo Credits: Casa Limón

 

¿Hasta que punto esas raíces africanas influencian también tus composiciones?

Esas raíces son para un compositor como el latín para un escritor o un periodista que escribe en español. Aunque no hables o escribas latín esa herencia está allí, mucho más arriba en la escala cronológica. Hay músicos que no conocen esas raíces hasta que un día viajan a África y se dan cuenta. Algo similar me pasó con el flamenco cuando, profundizando mis estudios, entendí que tenía un vínculo directo con la música india que es aún mas antigua de lo que está catalogado o que conocemos de África.

 

Tu has desarrollado un gran trabajo social a favor de la igualdad de género a través de la campaña latina HE FOR SHE que promueve la ONU y Positive Generation realizada con Médicos sin fronteras. ¿Cómo surgieron esas iniciativas?

Mis proyectos no han sido premeditados aunque en mi carrera la parte social ha sido siempre muy importante. Considero que la igualdad de género no es y no debe ser un asunto de las mujeres sino de todos. En el marco de HE FOR SHE dediqué un disco entero a las mujeres de Irán quienes tenían prohibido cantar y cuando fui a Zimbabwe con Alejandro Sanz y David Trueba surgió la idea de Positive Generation con Médicos sin fronteras. Es un proyecto musical para dar a conocer la problemática de las mujeres africanas con SIDA. Las canciones de los grupos de apoyo y coros de Zimbabwe se fusionan con el talento de artistas como Juan Luis Guerra, Estrella Morente, Andrés Calamaro, Alejandro Sanz y muchos otros.

 

La música también como instrumento para combatir xenofobias, racismos.

Sí, hemos trabajado mucho con los refugiados en Europa. Impulsando su inclusión y contra todo tipo de racismo y xenofobia.

 

Javier Limón
Photo Credits: Casa Limón

 

¿Hasta qué punto la música te acompaña en tu vida personal, te ayuda a expresarte, a hablar más allá de las palabras?

Con la música me divierto, me río, celebro bautizos, matrimonios, me enamoro y me desenamoro. Es incluso el mejor vehículo para comunicar con mi hijo quien tiene 16 años, empieza a ser adulto y tiene amigos norteamericanos que no hablan español. Yo, con lo chistoso que soy en español, no podría serlo en inglés así que me comunico a través de la música. Es lo que me permite superar las barreras generacionales, crear una amistad que va más allá del quererse como padre e hijo. La música no conoce edad y puedes tener 80 años y sentirte de igual a igual con tus hijos y nietos. Si le presentara Keith Richard a mi hijo le parecería el tipo más cool del planeta. A veces un joven es fans de un músico de 80-90 años porque toca mejor que otros más jóvenes. Sin contar que un músico normalmente llega a su mejor momento cuando está entre los 60 y 70 años. De hecho cuando los gitanos quieren alabar a un niño que es buen cantante le dicen que canta como un viejo. Es un gran halago.

 

Toda la música mueve emociones sin embargo tus discos y tus presentaciones trasmiten algo más, diría que el placer de la música. Es evidente que ustedes la disfrutan y logran enviar esa energía al público, a quien escucha.

Pienso que lo más importante, cuando estamos en un estudio de grabación o en un escenario, es crear una atmósfera que te haga percibir ese momento como muy especial. Es como enchufarle una energía particular que logra transformar una interpretación en algo diferente. A veces se logra con un silencio, con una mirada, a veces con unas palabras o simplemente con un acorde. Odio a los músicos que suben a un escenario o graban como si estuvieran haciendo un oficio cualquiera. Hay que unir calidad y emoción. Son los dos pilares de la música, calidad brutal y emoción máxima.

 

A lo largo de los años has producido más de cien discos para un increíble número de artistas de altísimo nivel. Sin embargo muchos dicen que la industria disquera está en crisis y que está destinada a morir. ¿Es realmente así?

No es verdad y basta ver los números. La industria musical de producción de discos ha crecido en los últimos años y las multinacionales siguen siendo multinacionales, hay veces en que el dinero del artista se lo lleva una compañía de discos y otras que lo hacen Apple, YouTube, Google. Es como decir que el cine ha muerto porque está Netflix. Sabemos que no es así. Es más, en los últimos tiempos, gracias a Netflix creció el número de personas que ven documentales de música. Cambia el lugar desde el cual vemos cine o el medio con el cual escuchamos música pero se ve más cine que nunca y se escucha más música que nunca. Lo que si van a morir son la televisión analógica y la radio analógica, pero también desaparecieron los carros de caballos.

 

Javier Limón
Photo Credits: Casa Limón

 

También eres docente en el reconocido Berklee College of Music de Boston y das clases magistrales de producción y composición musical en diferentes ciudades europeas en colaboración con el Instituto Cervantes. ¿Cuál es el consejo que darías a un joven?

Que nada está garantizado. Nadie puede asegurarte que te podrás dedicar a la música o que tengas un talento especial. Sin embargo lo que está en tus manos es la posibilidad de prepararte de la mejor manera posible para que, si un día te llega la oportunidad, no tengas que perderla por falta de preparación. Así que el mensaje es estudio-trabajo-estudio. Hoy en día cualquier joven que quiere ser músico debe tocar tres y cuatro instrumentos, conocer todo de los estilos musicales, debe saber programar, ser productor, y aún así no es seguro que pueda llegar a trabajar en el mundo de la música. A veces y es peor aún, lo hacen pero con una música que no les gusta. Eso es tan frustrante que casi es mejor tener una ocupación diferente y dedicar las horas libres a la música que de verdad se siente como propia. De todas formas no soy bueno dando consejos.

 

¿Casa Limón está organizando su semana en Nueva York? ¿Cuáles serán las novedades de este año?

En octubre, del 14 al 23, vamos a tener la “Casa Limón Nueva York” una semana dedicada a nuestra música. Este año habrá muchas sorpresas. Una de ellas, quizás la más importante, es la celebración de los 100 años del nacimiento de Bebo Valdés con jóvenes mujeres pianistas cubanas quienes tocarán su música. Para todos nosotros es muy importante esa semana porque Manhattan es el mejor escenario del planeta.

 

La música de Javier Limón, su interpretación en la guitarra, las voces e instrumentos de quien interpreta sus composiciones, es algo que entra en tu vida, se instala y no te deja más nunca. Esas notas, esas voces, nos permiten comunicar con nuestros ancestros, nos regalan una conexión profunda con las muchas raíces tantas veces arrancadas y reanudadas, con las personas que encontramos en los caminos recorridos, con cada una de las huellas que han marcado nuestras vidas.


Photo Credits (video): Flavio~ ©

Hey you,
¿nos brindas un café?