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paola maita
Photo by: Marketa ©

Inventario de recuerdos de un viaje (Parte I)

Comencé a escribir esto en el tren de venida a Madrid y termino de hacerlo en el tren de regreso. Sé que es un lugar común en la literatura escribir desde trenes, aviones o aeropuertos. Aun así, no me siento culpable de hacerlo ni de decir que lo hago. 

En vez de avergonzada, me siento parte de un todo. Hay un universo que está confirmado por no solo los que vamos en un tren de Barcelona a Madrid o viceversa, sino por todas aquellas personas que estén transitando de un lugar a otro y en el camino van atestiguando su viaje.

Tenía más de un año sin formar parte de este universo en una experiencia a solas. El último viaje que hice así fue a Berlín y quienes me conocen profundamente, saben que ese viaje me transformó como persona. 

Si bien es cierto que esta vez no siento que me haya afectado de esa misma manera, al menos hasta ahora, sí creo que puedo hacer un inventario de aquellas cosas que descubrí de mí en los 4 días que estuve caminando más que una perdida por toda la capital española.


Descubrí que me aterran las salas oscuras de los museos. A pesar de que entiendo que no me pasará nada adentro, que no era la primera vez que veía una, hubo algo que me paralizó ante una pieza de arte sonoro en el Museo Reina Sofía. No sé si fue el sonido de los jadeos, la combinación de otros sonidos con explosiones de luz, la oscuridad que se rompía y se armaba de nuevo continuamente o lo impredecible. Estuve de pie en la puerta por unos buenos minutos, hasta que la vigilante tuvo la compasión de acompañarme. He de admitir que, con su presencia al lado, fue que pude entrar un poco más a la sala y disfrutar de la pieza. 

Quizás si hubiese andado con alguien, no habría reaccionado igual porque me habría sabido acompañada desde el inicio. Quizás si hubiese estado con alguien con quien hubiese tenido la confianza de tomarle la mano, no habría experimentado el tener el corazón en la boca durante tanto rato. 

De haber sido algo ligeramente diferente, no habría conocido esa parte mía de la misma manera. Eso es algo que ahora forma parte de mi universo personal viajero, y que quiero compartir con todos, conocidos y extraños, quienes estamos en algún tránsito en este momento, aunque ellos no lo sepan.


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