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El Oro de Klim texposición inmersiva
“El Oro de Klimt” exposición inmersiva © imagen de archivo.

La Inteligencia Artificial y sus aplicaciones en la Historia del Arte (Parte II)

En el artículo anterior planteaba un poco sobre el papel del historiador ante el uso de la Inteligencia Artificial. Entre los factores a considerar es esencial el tener en mente cómo se percibirá (bajo un proceso de digitalización) la obra artística. Desde hace tiempo que el concepto de aura por Walter Benjamin venía resonando en mi cabeza, pero nunca lo había contemplado para obras digitales. Entendiendo el aura como estado puro de la obra, ¿cómo podría reconocerse en su virtualidad?

Latour y Lowe en “The migration of the aura” retoman el concepto y lo expanden, determinando que los procesos y resultados en IA se convierten en facsímiles y estos actuarán como el nuevo original. En consecuencia la experiencia estética se potencializa o se expande. “La desmitificación de la obra sucede al momento de su sobreproducción mediática y mecánica” explica Benjamin, pero si las técnicas y procesos de IA incluyen miles de fotogramas (adicional a los algoritmos) entonces, ¿cuántas veces la obra pierde el aura? o ¿cuántas veces la recupera? Si se potencializa la experiencia fenomenológica en la obra de arte, por lo tanto, la distancia entre la obra y su percepción, para que se vea no de manera aislada, si no en continuidad hasta el punto final, podemos asumir también un (nuevo) modo de ver.

La repartición digital en relación a la reunificación de elementos artísticos, es sin duda polémica. Porque afecta tanto lo cognitivo, como lo estético, entre otros, dependiendo de las decisiones sobre lo que se digitaliza y archiva. La acción de colocar una foto por un cuadro y esa foto por una regeneración virtual 3D, sugiere múltiples desplazamientos y reemplazamientos. El uso de un elemento por otro, puede ser malinterpretado, causando la sensación de que nunca nada perteneció, que no hubo un sentido de posesión y pertenencia ante las cosas. Sucede que cuando apreciamos una obra la hacemos nuestra o dejamos que la obra nos hable. El fin de preservar el cómo se constituyen las cosas, puede ser la otra cara de la moneda, el generar representaciones idílicas (de ruptura en tiempo y espacio) brindarán nuevas experiencias, y creo que ese sea el trueque ante lo polémico.

Pensar en el original y la copia, o en su caso el “facsímil” es un debate nuevo. Lo autodenominado como original generará un factor ante su apreciación y reivindicación, determinando una obra más creíble, más experimentable y más real. Esta significación otorgada, hace que se disuelvan los referentes anteriores o que se reivindiquen, pero sin ejercer un completo reemplazo. Ante nuestra nueva experimentación con la obra artística, se le tendrá que considerar que no es entre dos agentes, si no entre múltiples. Sería equiparable a un archivo editable con ilimitadas capas de edición.

Entre “menos es más”, “menos es suficiente” y “más es diferente”.

Si el movimiento moderno del “menos es más” surgía para rechazar todo lo que no era necesariamente parte del estilo de vida, con la práctica virtual parece ser que este concepto se transforma en lo contrario. Tomamos en cuenta el concepto de Pier Vittorio Aureli, en el que menos es suficiente en el sentido de que “hay que revalorar lo que se necesita, en el que tanto más como menos, sean suficientes”. Pero esto ¿podría aplicarse en IA?

El big data, con algunos teóricos aparece como “más es diferente” porque el hecho de no tener una completa comprensión de datos, no hace la diferencia en que estos sean correctos o falsos. Existe una acumulación de datos esperando a ser usados para su interpretación. ¿Estos deben ser menos, suficientes o diferentes? Por ejemplo, las exposiciones inmersivas, para mí significan lo diferente, porque se pretende existir literalmente dentro de la obra, sus elementos se manifiestan y el espectador, aun sin estar preparado a ello transforma y vuelve diferente el acto de hacerse presente. Todos los procesos de contemplación y los de interpretación, suman a la estructura de la obra. Si hay una tendencia hacia el más, se tiene que pensar y analizar qué forma parte. La reproducción digital va agregando significaciones a la obra construida que no pertenece exclusivamente al historiador, comisario e institución, sino que es el resultado de una retroalimentación que viene de quien la observa.

Si las experiencias estéticas tienden a maximizarse, pueden incluso generar una ansiedad o mejor dicho una acción positiva ante la revelación de algo nuevo; son las acciones de búsqueda, observación y de experimentación. Me causa intriga el cómo experimentar las réplicas en realidad virtual, porque mi percepción responde a lo físico – material (bidimensional) más que a lo físico – virtual (tridimensional). La IA nos deja posibilidades abiertas para no sólo apreciar la obra, si no, para existir en ella por lo que, ante esto quedará en duda ¿Cuál será la obra real y con aura?

Fuentes externas

1. Vittorio Aureli, P. (2016) Menos es suficiente, Gustavo Gili.

2. Latour, B.y Lowe, A.(2010) The migration of the aura,or how to explore the original through its fac símiles. Switching Codes, University of Chicago Press.

3. “El Oro de Klimt” exposición inmersiva, imagen archivo (el Oro de Klimt) disponible en: https://www.elorodeklimt.es


Photo: El Oro de Klimt” exposición inmersiva © imagen de archivo.

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