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Loving Immigrants in America
Loving Immigrants in America

Inmigración y filosofía: Loving Immigrants in America

Es una madrugada invernal en Nueva York. Dos amigos viajan juntos, de Manhattan a Brooklyn, en el tren F del metro. Uno es irlandés, el otro costarricense. Ambos son inmigrantes, como muchos otros pasajeros en su vagón: bengalíes musulmanes, mexicanos, chinos, uzbekos, judíos ortodoxos emigrados de Rusia y Argentina, es decir, una muestra de la gente que vive en barrios brooklynianos como Kensington y Borough Park. Hay pocos anglosajones y casi todos se bajan en los afluentes barrios de Carroll Gardens y Park Slope. Conforme el tren se adentra en Brooklyn, el vagón va quedando vacío.

Ya en Church Avenue se bajan los últimos bengalíes y mexicanos. Solamente quedan el irlandés pelirrojo, el costarricense, pálido por la falta de sol durante el invierno, una señora rusa, de tez blanca y pelo castaño, y un muchacho veinteañero, blanco y rubio. De repente éste mira a los dos amigos y les dice, en inglés de acento brooklyniano, con ira y suponiendo que ellos estarán de acuerdo:

—Dios mío, ¿qué mierda es esta? ¿Dónde putas estoy? ¿No estamos en los Estados Unidos? ¿Vieron a toda esa gente?

 

Loving Immigrants in America 1

 

El tico y el celta lo ignoran. Pero los tres se bajan al mismo tiempo en la siguiente estación, Ditmas Avenue. El muchacho continúa gritando improperios contra los inmigrantes. Está enfurecido. El irlandés se disgusta, lo empuja y le reprocha, acusándolo de xenofobia. Se inicia un enfrentamiento verbal tenso, cara a cara, que amenaza con pasar a los golpes y patadas. El costarricense los separa y se lleva remolcado a su amigo irlandés. Pero siente ardor en el pecho por la indignación. Le pesa el corazón como yunque al recordar muchas confrontaciones similares a lo largo de sus años como inmigrante centroamericano en los Estados Unidos. Se siente cansado de “los gringos”. Y sin embargo, recuerda, su vida en este país se inició con una actitud de exploración sin fronteras sociales ni reticencias emocionales, de apertura a las posibilidades de interacción significativa con todas las personas y todos los lugares que pudiera conocer en “la Yunai”. Ahora ni él quiere saber de “gringos” ni “los gringos” quieren saber de él.

¿Cómo ha llegado él a este punto? ¿Cómo se ha forjado este estado de abierta confrontación en los Estados Unidos? ¿Y cómo se pueden cultivar condiciones que favorezcan relaciones más respetuosas, solidarias y de mutuo cuidado entre personas de comunidades inmigrantes y receptoras en la Yunai?

Daniel Campos aborda estas cuestiones en su reciente libro Loving Immigrants in America. Para ello recurre a narraciones de sus propias experiencias como inmigrante centroamericano y a reflexiones que apelan a tradiciones filosóficas y literarias americanas, tanto estadounidenses como latinoamericanas.

En una serie de ensayos personales, recuenta sus experiencias caminando en ciudades y bosques; viajando en motocicleta y automóbil; jugando al fútbol; leyendo a autores como John Steinbeck, Henry David Thoreau, Jack Kerouac, William Faulkner, Flannery O’Connor y Toni Morrison; yendo a servicios religiosos de iglesias evangélicas; e incluso bailando música folclórica y popular latinoamericana. Todo esto a lo largo y ancho de los Estados Unidos, desde Arkansas y Oklahoma hasta Pensilvania y Nueva York.

A partir de estas narraciones, reflexiona sobre sus experiencias afectivas, corporales e intelectuales como centroamericano en “la Yunai”. Al final recomienda una ética del amor, basada en el concepto de amor agápico del filósofo Charles Peirce (EEUU, 1839-1914), como camino para cultivar relaciones interpersonales de mutuo cuidado y cooperación entre inmigrantes y anfitriones receptores en los Estados Unidos. El título del libro en inglés justamente se refiere tanto a que los inmigrantes merecen recibir amor efectivo y cuidadoso de parte de sus anfitriones como a que tienden a ser personas amorosas y solidarias con sus vecinos, amigos y familias.

El libro es de interés para personas interesadas en filosofía, narrativa personal y estudios americanos, latinos y migratorios. Al respecto los críticos han dicho:

“Este libro es una contribución oportuna a la tradición filosófica Americana (James, Du Bois, Addams, Peirce, Lugones). Surge de la experiencia y empieza con la noción de que a veces la narración provoca mejores reflexiones filosóficas y mayor comprensión que la argumentación. La inmigración es más que un estatus legal, es una vivencia, plena no solamente de conflicto, odio y xenofobia sino también de posibilidades para el entendimiento y aprendizaje mutuos”.

–Gregory Fernando Pappas, Departamento de Filosofía, Texas A&M University

“Daniel Campos nos regala una picaresca de la filosofía pragmatista y la literatura americanas. En el camino con Jack Kerouac y Samuel Clemens, mezcla lo vivencial con lo filosófico, narrativas memorables de aventuras personales con reflexiones guiadas por Charles Peirce y Henry Thoreau, Jane Addams y María Lugones. Estas evocaciones narrativas y reflexiones líricas sobre la experiencia de inmigrar y su significado se enriquecen con su perspectiva como ciudadano de Transamérica y su comprensión sagaz de la literatura y filosofía americanas”.

–Robert King, Departamento de Inglés y Estudios Americanos, Utah State University.

Información para comprarlo o recomendarlo a sus bibliotecarios públicos y universitarios:

Daniel G. Campos, Loving Immigrants in America: An Experiential Philosophy of Personal Interaction (Lanham, Maryland: Lexington Books, 2017). ISBN: 978-1-4985-4784-0.

El autor es profesor asociado de filosofía en Brooklyn College – City University of New York y colaborador de ViceVersa Magazine. Escribe un blog filosófico en inglés, www.saunteringinamerica.blogspot.com

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