EN EL ORATORIO PROFANO del trabajo, cuentas de un rosario tallado con sudor y sufrimiento: arandelas, tornillos y tuercas. Articularon el movimiento sobre los caminos de hierro y unas manos sobre otras manos, compusieron la liturgia del engranaje. Ahora, reliquias de un tiempo mudo y anónimo, son quietud y brillo triste en las estrías. Arrojadas cual estirpe destronada, reposan como piezas de un mecano sin manual de instrucciones.
Fotografía. Gabriel Tendero López
Texto. Pedro Luis Ibáñez Lérida.