Julia mira la impresora. Espera con el corazón en vilo. Para ese trabajo quiere la perfección. Necesita que el papel refleje cada matiz, cada sombra, los colores que se difuminan y se mezclan. Es importante que todo sea perfecto, como los recuerdos.
Lo había intentado varias veces sin quedar satisfecha con los resultados. Su amiga Laura, editora de la revista para la cual trabaja y quien la conoce en profundidad, al entender la importancia de ese trabajo le había recomendado, sin vacilación, usar la tinta para Canon Pixma TS5050.
– Es la única que te garantiza imprimir con calidad fotos y dibujos-, le dice.
Julia había salido corriendo al negocio. – Necesito imprimir muy bien fotos y dibujos. Una amiga me aconsejó usar la tinta para Canon Pixma TS5050 – había pedido con seguridad al joven que la atendía. Él la había mirado con una sonrisa y le había dicho: – Es la mejor opción para transformar su casa en un laboratorio de alta calidad. Con esa tinta tendrá la posibilidad de reflejar en el papel los colores y la textura que desea-.
Y ahora está allí, sentada frente a su impresora en la cual ha instalado el cartucho de tinta Canon Pixma TS5050, con la curiosidad de un niño y la exigencia del profesional. La primera foto está lista. La agarra con ansiedad, la mira. Está perfecta.
Pasaron los años, la Universidad, el trabajo, los viajes. Lejos, siempre más alejada de su casa. Con sus dibujos cubriendo cada hueco en su interior. Con una cámara fotográfica a cuesta con la cual trata de escarbar entre las intimidades de los demás y así escapar de las propias. Fotos y dibujos, compañeros fieles y silenciosos. Y, cuando creyó que las heridas ya se habían transformado en cicatrices, apareció frente a sus ojos ese pequeño teatro de papel. Estaba escondido y medio roto entre los estantes de la vieja librería del señor José. Esas figuritas que una vez bailaban al son de una musiquita le devolvieron miles de recuerdos que la asaltaron como una avalancha.
El rostro de su madre joven aparece frente a sus ojos y se mezcla con el de la mujer madura ya marcado por el paso del tiempo. Recuerda las muchas veces en las cuales su madre había tratado de superar el vacío que las separaba sin que ella se sintiera lista para escuchar esos llamados.
Y ahora un pequeño teatro de papel, con sus figuritas delicadas y la música que un día las acompañó le devuelve el pasado. Esa damitas de antaño le dicen que ya es hora de comenzar de nuevo.
Una llamada, pocas palabras, una cita a solas y un regalo muy especial.
Hojas tras hojas van saliendo de la impresora fotos que reflejan un ayer, el que vivieron juntas y el que transcurrió en soledad, imágenes que sintetizan una vida. Por último la impresora gracias a la perfección que le confiere la tinta Canon Pixma TS5050, con delicadeza cómplice, saca de sus entrañas un dibujo con un sutil entramado de colores. Es el pequeño teatro de papel.
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Photo Credits: akemi mitsueda ©