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Fotografias de Marc Javierre-Kohan
Fotografias de Marc Javierre-Kohan

Historias del Bruc en cuatro partes y una coda

Crónicas sobre músicas, historia militar, seguridad y defensa
en el cuartel por excelencia de Barcelona

 Barcelona tiene un cuartel. En el cuartel los soldados pasan revista. La instrucción les prepara para servir.

Este cuartel tiene un nombre: Bruc, que interpela a la épica de una «batalla» ganada a los franceses en la guerra contra Napoleón.

Desde hace años, y sobre todo desde el inicio del «Procés» (el camino de Catalunya para la independencia del resto de España), el Bruc ha quedado como escondido, una burbuja castrense en medio de una ciudad cada vez más global.

Los artículos que aquí se ofrecen se publicaron en diversos medios y en diversos momentos, aprovechando festividades patrióticas y coberturas de prensa. (No se han actualizado con la idea de preservar la frescura del día en el que se escribieron.)

El acuartelamiento del Bruc, el único de Barcelona, se mantiene intacto, con el mismo espíritu con el que se construyó hace casi cien años. 

Citando a la poeta Gabriela Mistral: «Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay, / sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir».

III

DIFAS

Crónica sobre el Día de las Fuerzas Armadas en el cuartel del Bruc

«El Ejército español quiere hacerse querer.»

Este podría ser el titular de las crónicas que se escriban tras la visita al cuartel del Bruc (carrer de l’Exèrcit, 7), que del 5 al 7 de junio ha abierto sus puertas a los barceloneses con motivo de las actividades en torno al Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS, 6 de junio).

Se hace querer porque tiende la mano.

La letra de la canción El paso del Ebro, cantada por los soldados republicanos en la infausta Guerra Civil (concretamente, tras la Batalla del Ebro, del 25 de julio al 16 de noviembre de 1938), se oye nada más cruzar el umbral de este Exin Castillos.

El Ejército del Ebro
¡rumba la rumba la rum bam bam!
Una noche el río pasó,
¡ay Carmela, ay Carmela!

En el patio de armas, los tenderetes con lo más granado de los artefactos para matar. Los niños juegan con ellos como si fueran carruseles de circo.

En el Escupefuegos (o Pampampam; vehículo polivalente ligero «de operaciones de mantenimiento de paz» Lince, de 6 500 kg), los niños sujetan la ametralladora de la torreta, que ha disparado contra los talibanes en Afganistán.

Al Monociclo (o Pimpampum; vehículo blindado de combate RG-31 Nyala) se acerca un padre de familia, que se dirige al Soldado 1, a quien ya conoce: «¡A mí la Legión! Aquí vengo con los chavales».

El padre, afeitado y con voz motorizada, le dice a sus chicos: «¿Queréis subiros aquí?».

En el Rola Bola («área interactiva infantil», recorrido de obstáculos), un niño con la camiseta del Athletic Club se ha metido entre ceja y ceja dar dos vueltas completas. «Vamos, campeón», le anima la Soldado 2.

En las Anillas (estand del Centro Geográfico del Ejército, con diversos planos), anaglifos de Barcelona (escala 1: 12 500).

La Magia (o Tracatacatá; ametralladora pesada Browning M2 QCB, del calibre 50) envuelve a los niños con los colores de la bandera española pintados en sus mejillas.

El Volatinero (Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo, cabina de un caza F-18 Hornet) lleva por lema: «Obviam primus» (Los primeros en llegar).

Los Titiriteros («diverso material y equipo que llevan los pilotos del Ejército del Aire») venden camisetas estampadas con estos nombres: «Ala 15», «Spanish Air Force», «Quien ose, paga»…

Cuestan 15 euros. Las diseña la empresa textil Nath («Donde se unen moda y promoción»), de Amposta (Tarragona).

Polo+llavero+parche=30 euros.

Los Juegos Malabares (servicios de la Guardia Civil) reúnen varias especialidades: grupo especial de actividades subacuáticas; servicio de desactivación de explosivos y defensa nrbq (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química); servicio de protección de la naturaleza; servicio marítimo; equipo cinológico (adiestramiento de perros) y el laboratorio de criminalística con sus maletines para encontrar huellas, más el reactivo «bluestar forensic» («revelador de sangre más efectivo en el mercado»).

«Mira, el CSI», se entusiasma un crío; por la serie de televisión CSI: Crime Scene Investigation (CBS).

Ese mismo niño pondrá el ojo en la mirilla del rifle francotirador Pampumpim (Sig Sauer SSG 3000). «Solo tenemos uno en toda la unidad», avisa el Soldado 3.

Los niños hacen cola para subirse al cañón del Hombre Bala (carro de combate Leopardo 2E, de la división mecanizada Brunete, que vale unos once millones de euros).

Los niños agitan sus banderitas de plástico en la Cuerda Floja (o Bangbangbang; vehículo de reconocimiento y combate Centauro).

Con el Trapecista (o Piumpiumpium; vehículo de combate de infantería Pizarro) los niños son felices, y sus gorjeos suenan a lluvia, a camiones por las nubes.

La Cama Elástica (radar Raven, «constituye el elemento de vigilancia-alerta del espacio aéreo») atrae la mirada de un pequeño con la camiseta del jugador del Barça Messi.

Suben y bajan del Contorsionista (vehículo de movilidad táctico Uro Vamtac).

La Tela Acrobática (o Boom; helicóptero de ataque Eurocopter EC665 Tigre) les sirve para descubrir los misiles aire-aire Mistral (Boom boom) y los misiles aire-tierra Spike (Boom boom boom).

En la sala histórica del Batallón de Transmisiones (en la «sala de mandos» del Bruc), fotografías de los «altavoces del frente» del Ejército Popular Republicano, durante la Guerra Civil española (1936-1939).

En la cantina, «precios Día de las Fuerzas Armadas» (bocadillos de panceta, pechuga y lomo, 1 euro).

«El Ejército español quiere hacerse querer», podría ser el titular.

Y también «Port Aventura o el mercadillo de las armas».

En el díptico que se reparte: «El Ejército es de todos».

Una noche el río pasó…
Pero nada pueden bombas
¡rumba la rumba la rum bam bam!
donde sobra corazón
¡ay Carmela, ay Carmela!

*

Al mismo tiempo, a pocos kilómetros del Bruc…

Exposición temporal en Gobierno Militar de Barcelona: «Ingenieros, soldados y sabios»: «Breve selección de piezas museísticas y el uso de recursos audiovisuales, agrupados en tres salas, nos adentra en la historia y el papel del Ejército Español en Cataluña».

Los estudiantes de la Universitat de Barcelona, a grito pelado: «Fora les forces d’ocupació!».

En el mismo momento, en la Biblioteca de la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull, la estudiante de máster de reporterismo Mar Burgueño expone su trabajo de fin de curso, titulado «Aproximación al Ejército español contada por sus protagonistas»: «Al vivir toda mi vida en Zaragoza he tenido muchos amigos y conocidos dentro de la Academia General Militar y siempre he sentido orgullo y consideración hacia esta institución. Por eso, cuando me trasladé a Barcelona me sorprendió mucho la sensación que tenía la gente de mi alrededor hacia el Ejército, que básicamente se basaba en tacharlos de fachas y que dentro de poco invadirían la Diagonal de Barcelona con los tanques. Sobre todo, fue por esta ignorancia generalizada que advertí por lo que me decidí a enfocar mi trabajo​ ​hacia este tema».


Fotografias de Marc Javierre-Kohan

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