Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
alan r
Photo by: Jason Tessier ©

Había una vez una Flor, que germinó una semilla

¿Sabés cuántas araucarias hay en todo Buenos Aires?

Yo no, pero si sé que encuentro una a cada hora, y a veces más.

¿Y sabés quién aparece en mi mente cada vez que veo una araucaria?

Estimo que conocés la respuesta.

Cómo también aparecés cuando llega la música de «Guanaqueando» interpretada por Divididos, desde algún rincón de la vía pública, o la recibo como recomendación en la plataforma de videos.

Y cuando ando por La Boca, aparecés como fantasma al que le adeudo un susto.

Como si no bastara, el 28 ha cambiado su recorrido, y ahora pasa por la puerta de casa donde vivíamos, por calle Chacabuco.

¡Que ironía tan grande, creer que me había liberado de aquel amor! Resulta que quedé atrapado hasta, por lo menos, el día de hoy.

Encima mi trabajo actual es el mismo que proyectamos juntos. Yo sigo caminando con libros en la mano por las calles de la gran ciudad, y en cada libro, estás vos.

Estuve todo este tiempo reprimiendo mis ganas de escribirte, haciéndolo una vez al año, para tu cumple. Pero ahora, que hemos retomado el contacto, me es inevitable enamorarme, una vez más, del modo en que ordenás las palabras.

Admiro tu poesía inevitable. Si no quieres ser poeta, entonces vas a tener que dejar de escribir. Lo tuyo es inevitable.

Ando con ganas de caminar a tu lado, por algún barrio desconocido para ambos.

O bien, subir al furgón de un tren con nuestras bicicletas y pedalear por pueblos aledaños donde la gente duerme con la puerta sin llave ni alarmas, y dejar la bicicleta sola en la calle sin ataduras.

Ando con ganas de prepararte un café de desayuno, con una palta pisada con limón y pan semillado.

Quiero reclamar un abrazo que siento me pertenece y que es lo único que tengo derecho a reclamar.

Un abrazo y nada más.

Sé que te debo una Rayuela, y estoy dispuesto a pagar mi deuda, pero también quiero proponer una negociación.

Mientras te escribo voy a comprar libros a Florencio Varela, y en mi salida de shopping semanal, apareció un ejemplar que, a mi sentir, vale más que una Rayuela. E incluso es más pertinente para nosotros.

Se llama «Los autonautas de la cosmopista, o un viaje atemporal Paris-Marsella», lo escriben Carol Dunlop y el magnánimo, Julito Cortázar.

Encantado de la vida saldaría mi deuda con este libro, y creo que a vos también te serviría mucho más ya que es una rareza que no aparece todos los días, contrariamente al gran clásico del escritor argentino.

Cuéntame qué te parece la idea, y si aceptas, te pido que propongas el  momento de la entrega.

En cuanto a mis tiempos, no te preocupes por ello, cancelaría todo tipo de eventos en mi agenda con tal de verte, aunque sea, solamente una vez más.

Cariños


Photo by: Jason Tessier ©

Hey you,
¿nos brindas un café?