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Gustavo Gorriti: ¿qué pasa en Perú a pocos días de las elecciones?

NUEVA YORK: Nunca es fácil captar el alma de un país y mucho menos existe un modelo que nos permita leer una sociedad. Los múltiples claroscuros, los contrastes y las contradicciones, se perciben solamente cuando esas realidades son parte de nuestro día a día, cuando hemos absorbido con la piel vivencias que pertenecen a nuestra cotidianidad.

En Perú, a pocas semanas de las elecciones presidenciales, el clima político se torna a cada momento más confuso y enrarecido. La eliminación del candidato Julio Guzmán (Todos por Perú) antes, y César Acuña (Alianza para el Progreso del Perú), poco después; la decisión del Partido Nacionalista Peruano (PNP), actualmente en el gobierno, de retirar a sus candidatos que no llegaban ni a un dos por ciento de preferencias según las encuestadoras locales, constituyen eventos que se prestan a muchas lecturas y que, desde lejos, son particularmente difíciles de desentrañar.

Situación que preocupa a los peruanos en el exterior quienes, ya en el 2012, según un informe elaborado para la OIM por Aníbal Sánchez Aguilar, eran 3.560.663. De ellos un 31,5 por ciento se encontraba en Estados Unidos. Una cifra muy alta que, con toda probabilidad, ha crecido ulteriormente en los últimos años. Eso significa que los peruanos en el exterior, con su voto, podrían influenciar el éxito de las votaciones.

Los periodistas generalmente siguen los acontecimientos nacionales desde un observatorio privilegiado ya que tienen acceso a varias fuentes informativas. Más todavía si son, como Gustavo Gorriti, maestros en el periodismo de investigación.

Ejemplo de entereza y honestidad Gorriti es una de las pocas personas quien, ni en los peores momentos de su vida, ha cedido al miedo de las amenazas y mucho menos a los cantos de sirena de los sobornos. Su pluma irónica, afilada, aguda, se acompaña a una prosa que se lee como si fuera literatura. La experiencia de muchos años en el oficio del periodismo le ha enseñado a sortear obstáculos gracias a la seriedad profesional y a una acuciosa investigación. Como todos los periodistas de su calidad tiene más enemigos que amigos pero en el mundo del periodismo internacional, Gorriti goza de gran admiración y es considerado un ejemplo a seguir.

Los recursos de las nuevas tecnologías nos permiten alcanzarlo en su oficina, allí donde dirige IDL Reporteros, uno de los más importantes medios online de periodismo de investigación de América Latina. Conversamos con él para entender, con una visión desde adentro, la complicada situación política de Perú.

 

Gustavo Gorriti
Photo Credits: IDL – Reporteros

Gustavo, posiblemente las razones que esgrimió el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para eliminar la candidatura de Julio Guzmán y César Acuña sean ciertas, pero hay otros candidatos que también incurrieron en irregularidades que deberían motivar iguales decisiones. Y no fue así. ¿Por qué?

El proceso electoral que se está desarrollando en Perú, a estas alturas, es totalmente anormal. Si fraude significa, en términos electorales, burlar la voluntad potencial de los ciudadanos al secuestrarles la posibilidad de elegir a un candidato, como Julio Guzmán, quien estaba en un segundo puesto y seguía creciendo, podemos decir que estamos presenciando un proceso electoral fraudulento. Normalmente los fraudes se perpetran desde los gobiernos pero la naturaleza especial, disfuncional, distópica de la democracia peruana ha tenido un vivir peligroso y para mantenerla se ha tenido que escoger, cada cinco año, el mal menor. El precio que pagamos por eso, es una democracia debilitada, con osteoporosis, sin fuerza, sin músculo, sin alma. A eso hay que unir todo lo que se ha cedido para lograr uno de los objetivos centrales que es mantener un crecimiento más o menos sostenido de la macroeconomía. Son concesiones que han causado una gran debilidad institucional. Por otro lado, hay actores quienes no ejercen directamente el poder político, porque no son parte del ejecutivo, pero que tienen una influencia superior a la del gobierno. Son fuerzas ligadas a partidos políticos estrechamente vinculados con sectores empresariales muy poderosos que han demostrado una gran capacidad de penetrar y controlar los organismos de regulación de una democracia. Poderes que, en una democracia disfuncional, representan la posibilidad de subvertir el derecho ciudadano salvando las formalidades. En este caso concreto sacando del juego a un candidato que iba creciendo rápidamente y que podía suponer el hundimiento de los dirigentes de los partidos tradicionales, los del establishment para ponerle un nombre más o menos adecuado, y con ellos los planes, programas, expectativas de quienes habían invertido en ellos. En conclusión se usaron pretextos formales, nimios para sacar del juego a un candidato como Guzmán a menos de un mes de las elecciones.

 

Pero Guzmán realmente incurrió en irregularidades.

Las razones que esgrimió el Jurado Nacional de Elecciones son ridículas. Las fallas administrativas que denunciaron hubieran sido fácilmente subsanables y en el peor de los casos hubieran podido sancionarse con una multa. Pero Guzmán fue eliminado y todos los otros partidos, también el de Acuña, que no sabía que iba a ser el próximo, apoyaron la decisión del JNE. Pigmeos que utilizaron argumentos absurdos y estúpidos. Cuando Guzmán todavía no estaba excluido del todo y tenía posibilidades de apelar, ya las encuestadoras estaban analizando como se perfilarían los nuevos votos. La verdad es que quedó «supercontrademostrado» que lo que menos existió en esa decisión fue una consideración jurídica.

 

¿Quién es Julio Guzmán y por qué asustaba tanto?

Guzmán había crecido mucho en las preferencias, estaba en el segundo puesto y, en el sur del Perú, en el primero. Era un candidato cuyos postulados, sobre manejo económico, eran internacionalmente admitidos por las multilaterales de este hemisferio, pero buscaba poner un fuerte elemento distributivo en la política económica del estado. El hecho más importante es que no podían controlarlo, estaba haciendo su campaña y eligiendo sus propios eventos.

 

¿Consideras irreversible ese dictamen?

Podría probar la vía constitucional y también la de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero es poco probable que, pese al escándalo internacional que esto ha generado, se vaya a dar alguna medida que pueda tener un efecto en estas elecciones, sobre todo si consideramos que el saqueo de votos, en el cuerpo tibio de Guzmán, está en pleno proceso.

 

¿Y el caso de César Acuña?

El caso de Acuña es muy diferente. Era un candidato que pretendía presentarse como una alternativa popular, un self made man que había salido de la pobreza y había acumulado millones. Hacía gala y ostentación de esa riqueza. Es dueño de una cadena de universidades con un alto número de estudiantes y pésima calidad educativa, universidades que han florecido como hongos en todo el país y que son una enfermedad del sistema educativo nacional. Profesionalizan a personas que no son profesionales llevando adelante una gigantesca estafa. En el mientras sus dueños se enriquecen y con frecuencia forman grupos de poder de apoyo a líderes políticos, a veces hasta están involucrados en lavado de dinero. Acuña había crecido durante un momento pero había sido señalado una y otra vez como un plagiario serial. Salió hasta un masivo plagio de su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid, para la cual fue motivo de gran bochorno. Todas esas cosas tuvieron el efecto de rebajarle drásticamente el prestigio y ya estaba en franca caída en las preferencias.

 

Muchos medios, entre los cuales está el que tu diriges, denunciaron otras, y quizás más graves irregularidades hechas por los demás candidatos. Sin embargo el JNE parece indiferente a esas denuncias.

En el camino se descubrió, y se expuso en varios medios, que había situaciones comparativamente peores de la que llevó a la eliminación de Guzmán, las hubo en la alianza del Apra, el partido de Alan García, y también en el partido de Pedro Pablo Kuczynski. Pero más grave aún es que sacaron a Acuña por haber violado la ley que prohíbe dar dádivas electorales y sin embargo se hizo caso omiso de las denuncias que demostraron que Keiko Fujimori hizo exactamente lo mismo en varias ocasiones. Hay un video y fotos que la retratan al lado de una persona que está contando el dinero que se le ha entregado y a pesar de eso el JNE consideró que no había pruebas suficientes. Hay un principio jurídico que dice “a igual razón igual derecho” pero en este país eso se traduce en “a igual razón desigual derecho”. También demostramos que había conflictos de interés insalvables en dos de los tres miembros del jurado que habían suscrito el dictamen contra Guzmán pero, en medio de todos esos escándalos, esta acusación pasó desapercibida.

 

En algunos casos acusas directamente a Alan García y a su partido de ser los “mandantes” del asesinado político de Guzmán. Sin embargo parece que el que menos se favoreció del caudal de votos de Guzmán fue justamente García.

Alan García estaba en franca caída a pesar de todo lo que estaba haciendo. Sin embargo su capacidad de influencia, a través de las asociaciones de profesionales y en particular la de abogados, es muy grande. Pensó que liquidar de una u otra forma a aquellos que consideraba como enemigos, por la vía legal ya que no tenía ninguna posibilidad de hacerlo por la electoral, le dejaría el terreno libre para presentarse como alternativa en una segunda vuelta. Lo que no valoró García fue el grado de encono y hostilidad que iba a producir en la gente. El cálculo le salió mal y en este caso vale el dicho según el cual “uno nunca sabe para quien trabaja”.

 

¿Crees que finalmente trabajó para Keiko?

No, Keiko tampoco se ha visto favorecida porque quienes seguían a Guzmán atribuyen a ella gran parte de la culpa de su salida. El que salió favorecido es Kuczynski que ha subido en las encuestas y que tiende a presentarse como una alternativa seria. Pero hay tal furia dentro del electorado, como han demostrado las grandes manifestaciones que hubo en Arequipa, Cuzco, Junín y otras ciudades, que también están subiendo las preferencias de otros dos candidatos,  Alfredo Barnechea del Partido Acción Popular y Verónika Mendoza del Frente Amplio y quizás ese sea el único efecto positivo de la decisión del JNE.

De todas formas, en mi opinión, lo más grave es que el espíritu democrático del país ha sido subvertido y que en este proceso la legalidad ha sido socavada. Va a quedar como tarea pendiente para el próximo gobierno, si lo preside una persona democrática y comprometida con la lucha anticorrupción, el promover una investigación a fondo sobre estos jurados para sacar a la luz las verdaderas razones que los llevaron a tomar la decisión que tomaron.

¿Quiénes son Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza, y qué posibilidades reales tienen de presentarse como la segunda opción?

Alfredo Barnechea es un inteligentón, es ilustrado, fue yerno de Javier Pérez de Cuellar, ha estado antes en el Apra y ahora en Acción Popular. Se presentó con una posición neokeynesiana que no estuvo mal considerando que todos los demás estuvieron cantando básicamente el mismo ritmo; Verónika Mendoza, candidata del Frente Amplio de izquierda tiene a su favor una visión de espontaneidad y honestidad, es una persona de valores y de coraje pero, por lealtad, no ha sabido desligarse a tiempo de quienes estuvieron vinculados con el gobierno de Venezuela y eso le ha hecho mucho daño. Pero aún así ha estado subiendo en las encuestas. Los juegos están abiertos y podrían haber sorpresas. Hasta ahora siempre ha sido necesario optar por el mal menor pero creo que en este momento el asco de la gente ha alcanzado tales límites que los que antes eran vistos como males menores ahora aparecen como males mayores.

Un leve toque a la puerta de la oficina de Gorriti interrumpe por un momento nuestra conversación. Es el abogado con el cual va a reunirse en un rato para analizar una nueva amenaza de denuncia contra IDL Reporteros. En ese instante nos vienen a la mente los duros momentos que le ha tocado vivir a Gorriti por querer ejercer la libertad de prensa sin doblarse frente a las amenazas. Recordamos la indignación internacional que ocasionó su secuestro, por parte de la policía de Fujimori, antes y luego el exilio forzado, así como las múltiples denuncias que acompañan su trabajo.

 

¿Cómo viven las personas quienes, como tu, han sufrido en carne propia la violencia del régimen de Fujimori, esta escalada de la hija que podría llegar a ser la próxima Presidente? ¿Cómo es posible que la gente haya olvidado lo que se vivió en esos años?

No es este el primer caso. Si, por ejemplo, haces un análisis de la situación que está viviendo un país como Venezuela podrás ver que, pese al desastre económico, pese a las evidentes, incontrovertibles pruebas de corrupción profunda por parte de una elite que ha transformado la democracia en una cleptocracia utilizando un lenguaje supuestamente revolucionario, el gobierno sigue teniendo la capacidad de movilizar masas.

Aquí muchos recuerdan a Fujimori como a un autócrata que sin embargo hacía obras, y dio algunas cosas a la gente necesitada. También como al Presidente quien con mano dura logró resolver algunos problemas serios. Recuerda que en esos años Perú empezaba a salir de una de las peores crisis económicas, dejadas por el primer gobierno de García, y de las terribles circunstancias causadas por Sendero Luminoso. De todas formas Keiko, muy inteligentemente, ha tratado de migrar hacia el centro, su campaña es diferente a la anterior, hasta llegó a pedir perdón por los errores de su padre diciendo que ella carga con una mochila muy pesada por las cosas que pasaron durante esos años. Es la razón por la cual no solamente puede contar con el público fujimorista sino que la siguen también otras personas.

Pero, al mismo tiempo, el rechazo de una buena parte de la población es muy grande. Ha habido fuertes manifestaciones en contra de ella en Cuzco y Arequipa, tanto que tuvo que salir muy protegida. También en Lima hubo una marcha gigantesca contra Keiko. Estamos hablando de cientos de miles de personas. Creo que a estas alturas el antifujimorismo, que reúne a quienes asocian ese apellido con golpes de estado y violaciones a los derechos humanos, sin ser un movimiento de tramos largos que esté todo el tiempo activo, en momentos especiales se junta, se coaliga y logra ser más fuerte que el fujimorismo. No, las cosas para Keiko Fujimori, no están nada fáciles.

 

Hablando ahora de la corrupción parece que el escándalo Lava Jato que en Brasil tocó a líderes como Lula y Dilma, va a involucrar a políticos de otros países. También en Perú. ¿Crees tu que la corrupción sea un mal incurable de América Latina?

La principal línea investigativa en la cual estamos trabajando en este momento, junto con otros periodistas de Venezuela y de Brasil, es justamente el análisis de las implicaciones que tendrá el escándalo Lava Jato en otros países de Hispanoamérica. Estamos investigando muy a fondo este asunto y espero que pronto podamos sacar a la luz hechos que logren tener el mismo impacto de los que salieron en Brasil. Al momento puedo decirte que tengo información suficiente para indicar que muy pocos mandatarios saldrán indemnes de esta investigación. En el caso de Venezuela no tengo la menor duda de que muchos chavistas han estado vinculados hasta la cabeza. Es una oportunidad histórica de sacar a la luz la corrupción y demostrar que no es un mal incurable.

 

¿A pesar de los tantos intentos de silenciar la prensa libre que existen en nuestros países?

Pueden limitar la prensa pero no acallarla. Mis colegas y yo estamos profundamente volcados a hacer esta publicación digital totalmente dedicada al periodismo de investigación. Es verdad que vivimos existencias precarias y que tenemos que trabajar con unidades muy pequeñas por falta de medios pero algunos tenemos suficiente experiencia como para lograr bastante con poco. Espero que, como ha sucedido en otros casos, a pesar de un posible bloqueo informativo por parte de la “pseudo prensa” grande, igual podamos llegar a la gente gracias sobre todo a las nuevas herramientas que permiten los medios digitales y las redes sociales. Estoy seguro que el impacto de los resultados de esta investigación va a ser muy grande.

 

Gustavo, en una oportunidad, recordando tus primeros pasos en el periodismo, el escritor y periodista José Rodríguez Elizondo dijo: “apareció por la redacción un verano limeño de comienzos de los ’80, reventando la camisa a golpe de bíceps y pectorales. Venía con dos ensayos sobre terrorismo y decidido a abandonar las aceitunas que cultivaba en un valle sureño del Perú”. Después de tantas batallas, después de haber vivido situaciones tan difíciles, ¿te has sentido alguna vez arrepentido por haber dejado la tranquilidad del campo y haber dedicado tu vida entera al periodismo de investigación?

La respuesta de Gorriti llega tajante e inmediata, aún cuando es endulzada por una de esas raras sonrisas que le iluminan la mirada.

Nunca, ni por un segundo, en ningún momento – y lo repite – ni por un segundo, en ningún momento. Todo lo que se hizo valió la pena y la única frustración que siento, sobre todo en esta época de la vida que no es en absoluto temprana, es la de no haber podido lograr más, por falta de medios. Supe desde el comienzo los riesgos que tomaba, lo pensé con absoluta honestidad y claridad porque sabía con qué gente me iba a enfrentar. Sé bien lo que significan las confrontaciones,  me he preparado mucho para ello y nunca he tenido la actitud de valor pasivo, por lo contrario siempre supe responder en forma activa y he aceptado los costos que eso significó. Más bien estoy agradecido con el destino porque sé que esos costos hubieran podido ser mucho más terribles. Es verdad que no ha terminado el juego y que uno nunca sabe lo que puede pasar pero, pase lo que pase, si algo tengo claro, es que todo lo que se hizo, todo lo que se logró, valió la pena. No haber podido lograr más es una pena y también, quizás, lo es el tener que darme cuenta que, al haber dedicado tanta fuerza y tanto empeño a las investigaciones, no he podido escribir todo lo que hubiera querido, mientras los años pasan y pasan y el futuro ya es mucho más corto que el pasado.

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