«La fe como creencia, esperanza y manifestación. La fe como reflejo de una religión, la fe como relación entre lo humano y lo divino e incluso su posible ausencia. Formamos parte de una cultura que se desenvuelve entre devociones. Ante eso: ¿Cómo es la mirada? ¿Observa con juicio? ¿Se mantiene distante?
El siguiente group show, que saldrá publicado en ViceVersa Magazine y Femgrafía durante el mes de septiembre, reúne imágenes relacionadas con el concepto de fe, respondiendo de manera particular y colectiva; a través de imágenes abstractas, extensiones de iconografías pertenecientes a la cultura visual, retomando un contexto histórico, estético, filosófico o mediante un análisis artístico – periodístico.» – Karla Guerrero, Femgrafía
Invitada como jurado: Flavia Romani (Co-fundadora & Directora Creativa en ViceVersa Magazine)
Lilián Guerrero – @liliangguerrero
En la serie “Escapularios culturales” me interesa reflexionar sobre las prácticas de la fe en la sociedad actual. La fe es un concepto amplio y vago; refiere a confianza, creencias y convicciones, a lealtad y seguridad, a seguimiento de doctrinas particulares. La fe provee desahogo, bienestar y tranquilidad. Considero que ninguno de nosotros carece de un credo, todos somos practicantes devotos de algo o de alguien.
A través del autorretrato y distintos símbolos, muestro que la fe se profesa mediante ideologías y devociones, principios que nos permiten mantenernos en pie y continuar: la fe en el dinero, la ciencia, la madre, los ídolos sociales, la palabra escrita, los remedios, el azar, la moda, el trabajo, los diarios, la naturaleza, los estimulantes, uno mismo, las creencias antiguas, la gente, el consumismo, las dietas fitness, las limpias, el tiempo, incluso en la nada… Quizás la fe es solo eso, la creencia que nos salva de no creer en nada.
El proyecto consiste en 24 imágenes en sepia, impresas en papel algodón, medidas 3×3. Las imágenes se presentan simulando un escapulario con el fin de representar tanto al objeto de devoción religiosa como la duplicidad de credos en un mismo individuo. Se presentan tres imágenes a color de tres escapularios.
Lilian Guerrero, fe en los diarios; fe en el trabajo
Lilian Guerrero, fe en la madre; fe en el azar
Lilian Guerrero, fe en el consumo; fe en la gente
María Camila Alvarado Sánchez – @alvaradoocamila
«Cordero de Dios» es el registro de un performance realizado en la ciudad de Bogotá, Colombia.
En esta acción la artista realiza un recorrido por la ciudad, va a distintas iglesia cristianas vestida de blanco, con un velo y 12 ovejas de plástico atadas en la punta. Esta pieza explora la fe como un acto frágil y usa la metáfora del cordero y el feligrés como el fiel seguidor del pastor, en esta acción las ovejas de plástico se van desgastando por la erosión con el asfalto, van arrastradas por la fuerza de un sujeto que continua intacto en su recorrido.
Diana Patricia Guevara Bastidas – @dianaencolor
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11-1
“¡La fe es el «elixir eterno» que da vida, poder y acción al impulso del pensamiento!” Piense y hágase rico – Napoleón Hill
Estaba perdida. Ahogada en un mar de desesperación, lucha, sin sentidos, amargura, autocompasión…
Estaba inmersa en un líquido que me envenenaba lenta y silenciosamente. Me había desdibujado casi completamente y no era consciente de mi tortuosa autodestrucción.
Pero en algún lugar, muy recóndito, aún había esperanza, aunque muchas veces quise entregarme y dejar de respirar. Esa esperanza era como una pequeña chispa de luz que se negaba a apagarse, la última llama que me llevó a buscar una última opción de recuperación.
Resultó ser esa última esperanza el inicio de una nueva vida, sentí que renací, que logré salir de ese mar tormentoso que me mantenía en una frecuente lucha por no perder la vida. Fui rescatada, puesta a salvo en un mar en calma, en el que ahora me gusta estar, donde me paro con tranquilidad a contemplar, a limpiar los escombros de mi pasado y aprender cada día que de manos de la fe que obra todo es posible.
Ahora estoy viva, ahora estoy en paz. Todo gracias a la Fe.
Lucrecia Aicardi – @lucreaicardi
Estas imágenes forman parte de un ensayo en el que me propuse explorar los vínculos existentes entre mi abuela y su hermana gemela, durante los últimos años de su vida. Ambas sostuvieron una relación muy estrecha. Convivieron juntas por más de veinte años y compartieron su vida, su casa, los altares que construyeron en sus habitaciones de los seres queridos que ya habían partido, es decir, la dinámica cotidiana.
De alguna manera, ambas conformaron el anverso y el reverso de una relación que las mantuvo unidas, en una suerte de simbiosis, toda la vida.
Adela González De León – @adelagonzalezdeleon
Hay personas que en algún momento de sus vidas vivencian y se enfrentan a un desamparo existencial. La constatación de ser vulnerables o mejor: de tener que asumir las propias limitaciones e incertidumbres, les deja cierta sensación de desvalimiento; en ese estado de soledad se inicia la búsqueda -por momento sin demasiada consciencia- de territorios de amparo espiritual donde afianzar los recursos yoicos y, a la vez, protegerse de la angustia de las incertezas.
En esa búsqueda personal subyace las constelaciones simbólicas del misticismo transmitido transgeneracionalmente, y en particular, la modalidad de la vivencia de fe (en su connotación cristiana). La concepción de las circunstancias de la vida, problemáticas o dolorosas, como susceptibles de ser superadas y aliviadas con plena convicción, sin mediar la razón, podría remitir a la propia experiencia concreta de los antepasados familiares de su interpretación del mundo y su conexiones con lo sagrado.
Es así que se atesoran reliquias, se resguardan espacios de adoración y se repiten rituales, buscando, y muchas veces encontrando, el territorio que refugie la experiencia de la fe.
