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daniel campos
Photo by: Marco Verch © Natural spices: turmeric, ginger, pepper, mustard, barberry, garlic and pepper

Greg-san en Goemon Curry: Kampai

Greg-san sugirió que nos encontráramos esta noche en Goemon Curry. Es una cuevita en Kenmare Street, Manhattan. No sé muy bien si se considera parte de Chinatown o Nolita. En todo caso, cerca hay montones de lugares para comer ramen. Pero Goemon llama la atención pues en el ventanal hay un afiche que anuncia todos los beneficios del curry para la salud: entre la cúrcuma, el jengibre y la canela se forma una super alianza, algo así como los Super Amigos de la Salud, que harán de nuestro organismo un bastión impenetrable para la enfermedad. Yo sí lo creo. Los japoneses saben cómo comer rico y saludable.

Entramos. El mesero japonés casi ni habla inglés, así que se emociona de que ordenemos en su lengua. De cómo pedir comida todavía me acuerdo. Es lo más importante. Greg y yo fuimos compañeros hace algunos años en Japan Society, donde estudiábamos japonés. Por eso lo conocí como Greg-san. Congeniamos. Desde el principio me cayó bien porque era un tipo muy respetuoso, sensible, humilde y buena gente. Se comportaba como japonés siendo un muchacho judío-italiano del norte de la ciudad de Nueva York. Incluso sus gestos son suaves y un poco tímidos: cuando expresa una opinión a menudo baja la mirada y encoge los hombros, cuando dibuja una sonrisa pronto la retira. Cuando el mesero regresa e intenta conversar un poco más, es Greg-san quien le responde. Es un estudiante muy avanzado y maneja el lenguaje mucho mejor que yo. Le admiro.

Estudió literatura y teatro. Fue profesor de letras un tiempo. Ahora trabaja en una institución que promueve teatro comunitario y educativo sin fines de lucro. De manera independiente está filmando y produciendo un documental sobre un famoso show de Broadway. Ya está en proceso de edición. Fue además, mi editor ad honorem. Por pura amistad, se leyó todo el borrador de Loving Immigrants in America y actuó como primer editor, en cuanto al contenido narrativo y filosófico y en cuanto al estilo y la composición en inglés. El único pago que ha aceptado ha sido en cerveza Asahi y bocas tradicionales de izakaya japonesa para acompañarla.

Compartimos el placer de largas tertulias. De vez en cuando nos reunimos a conversar y ponernos al día sobre la vida, los libros y el cine. Compartimos el interés por los sutiles detalles del filme Lost in Translation (Sofia Coppola, 2003), sobre dos personas que se cruzan por algunas noches desveladas en Tokio para cambiarse las vidas mutuamente. Pero Greg-san ha visto la película decenas de veces más que yo, en parte por su veta cineasta que observa cada detalle, en parte por pasión.

Le gusta compartir sus pasiones cinéfilas. Por ello me regaló un DVD de la película taiwanesa Yi Yi (Edward Yang, 2000), saga familiar marcada por la sensibilidad perceptiva de un niño que observa todos los eventos familiares, y hasta los filma, sin que nadie le preste mucha atención a él. Greg-san creció en Nueva York con padres amorosos. Pero de todos modos creo que su sensibilidad y empatía con las personas a su alrededor es parecida a la del niño. Percibe y cuida. Quizá por ello le conmueva tanto Yi Yi.

Pronto regresa el mesero con nuestra orden. De verdad, esta sopa de vegetales al curry está deliciosa. Y la birrita Asahi, también. ¡Kampai, amigo!


Photo by: Marco Verch ©

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